Recomendaciones para transformar el déficit de alimentos en los tambos en una oportunidad

El ingreso a los meses de menor temperatura está generando preocupación en los tambos debido a que cuentan con menos reservas de la esperadas. Según estimaciones de Conaprole para la región litoral sur, los tamberos cuentan con el 70% de las necesidades de forrajes conservados para pasar el invierno. En tanto, al norte del río Negro, las dificultades de forraje son aún más importante que en el sur.
Se llega a esta situación porque los cultivos de verano de 2018 tuvieron menores rindes que los pronosticados: tuvieron menor porte por las bajas temperaturas durante la implantación y el primer desarrollo. La situación se agravó más con un estado de déficit hídrico que redundó en menores tasas de crecimiento y mayores consumos de reservas, y finalmente en siembras tardías de verdeos y pasturas. Todo este combo tiene consecuencias directas en el costo de alimentación del tambo, porque empuja al uso de reservas o concentrados para suplir el déficit.
Un trabajo elaborado por los técnicos del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) Gonzalo Tuñon, Fernando Lattanzi, Alejandro Mendoza y Santiago Fariña describe algunas recomendaciones para intentar transformar esta situación de crisis en oportunidad.
En cuanto a las recomendaciones sobre la gestión técnica y económica, entienden que este es un momento para ordenarse y repensar la estrategia y la táctica mirando al futuro. Se deben analizar uno a uno los gastos y ver dónde puede hacerse un recorte sin consecuencias residuales graves. Trabajar con asesores, intercambiar experiencias, hacer un presupuesto financiero y gestionar las finanzas.
Además, recomiendan tener presente que a partir de mitad de año la liquidez y situación financiera mejoran siempre, dependiendo mucho de lo que se haga en otoño-invierno. Buscar estrategias de financiamiento para disponer de liquidez, mantener la motivación del equipo y reorganizar rutinas si es necesario se tornan fundamentales.
Los costos aproximados para incrementar forrajes en abril a junio (asumiendo precio de urea U$S 385 por tonelada), aplicación de 100 kilos de urea por ha. U$S 50/ha, aplicación de 170 kilos de urea/ha U$S 75/ha, siembra verdeo avena (100 kilos semilla más 120 kilos de urea, más control de malezas U$S 200/ha.
MANEJO PASTURAS Y FORRAJES
Ante la falta de reservas, habrá que recurrir al pasto más que nunca. Para eso es preciso tener la “fábrica” de pasto lo más ajustada posible.
Es importante tomar decisiones potrero a potrero sobre necesidad de resiembra/intersiembra de pasturas. En el caso de pasturas con alfalfa, si hay menos de 25 plantas por metro cuadrado, considerar intersembrar.
Pasturas base festuca o dactylis. Si la cobertura de la línea de siembra es mayor al 60%, es recuperable: fertilizar con 170 kilos de urea por hectárea poslluvia y eventual control de malezas es el recurso que puede ofrecer pastoreos en más o menos 40 días.
Si la cobertura de la línea de siembra está entre 30% y 60%, esperar a la primavera para determinar si es recuperable (ejemplo, con intersiembra). Si la cobertura de la línea de siembra es menor al 30%, asumir que se perdió y planear siembra verdeo o nueva pastura. Dadas las condiciones del verano pasado, es posible que el trébol blanco se haya perdido. En ese caso, se debe considerar resembrar.
También hay que apuntar a perennizar. Es necesario efectuar un buen control de malezas presiembra, es decir: permitir la emergencia de malezas, controlar y luego sembrar. Prestar especial atención a las chacras con poa. Sembrar hasta fines de abril para leguminosas y hasta mediados de mayo si solo se siembran gramíneas (inocular), y semilla curada contra isoca e insectos de suelo. Lo que se implante, hacerlo lo antes posible. Se puede estimar densidad y costo de siembra usando sus propios datos de calidad de semilla, coeficiente de logro y precio de la semilla.
POTENCIAR USO DE VERDEOS
Para potenciar el uso de verdeos, se debe elegir avena para mayor rapidez. Considerar cultivares precoces, ejemplo Brava, o combinar cebada o trigo más avena bizantina (40 + 70 kilos/ha). Elegir raigrás para mayor aporte en otoño tardío e invierno.
Otro aspecto es fertilizar. Aprovechar el uso de nitrógeno en verdeos para capturar más materia seca (MS) por hectárea. Aplicar parte a la siembra y parte luego del primer pastoreo. Considerar la relación costo-beneficio: la urea está U$S 0,38 por kilo y un litro de leche U$S 0,32, con respuestas de 10 kilos de MS de pasto, mientras que seamos capaces de cosechar al menos el 70% de lo que crece, vale la pena, sostienen los profesionales.
CONTROLAR MALEZAS
Sostienen que se debe manejar eficientemente el pasto (no acelerar demasiado). Respetar más que nunca los períodos mínimos de rebrote. Esta es la época del año con mayor variabilidad térmica: asegurarse de monitorear hojas y nudos-avena y raigrás: 3 hojas, festuca: 2,5 hojas, alfalfa ocho nudos. Con esto se evitan pastoreos demasiado frecuentes y se asegura ingresar a pastorear con adecuada disponibilidad.
Se debe poner atención a la potencial intoxicación por nitratos en pastoreos intensos de avena o raigrás, 15 a 20 días poslluvia o con fertilización con nitrógeno seguida de varios días nublados. Si se sospecha peligroso, empezar con franjas chicas y siempre de tarde, pues tienen menos riesgo. El test de nitratos es muy simple y barato. Definir qué potreros sacrificar durante suplementación y los días de lluvia, apuntando a aquellos en los que se espera menor productividad primaveral.
MANEJO Y ALIMENTACIÓN
Ante la escasez, es clave gastar poco y maximizar la respuesta los suplementos. Apuntar a un mayor porcentaje de pasto en la dieta, que en otoño-invierno no pasa de 40%. Lotear animales según el estado fisiológico. El criterio puede ser que las vacas con más de 200 días de lactancia, preñadas y en estado corporal adecuado formen un lote de “baja”. Las vacas vacías y de estados corporales subóptimos son candidatas a ser refugadas. Usar la oportunidad de hacer secados anticipados o descartes voluntarios.
Diferenciar la asignación de concentrados, aprovechando la buena respuesta a la suplementación con concentrados en vacas de lactancia temprana (puede ser de 1 a 1,5 litros por kilo de concentrado). Explican que una vaca de 25 litros, comiendo ocho kilos de concentrado, más reservas, más un pastoreo, tiene un costo de dieta de $ 110, un ingreso por leche de $ 230 y un margen de alimentación por día de $ 120.
Una vaca de 15 litros, comiendo cuatro kilos de concentrado, más reserva, más un pastoreo, tiene un costo de dieta de $ 80, un ingreso por leche de $ 140 y un margen de alimentación por día de $ 60. Los profesionales además aconsejan controlar la dieta de manera estricta, hacer un cálculo de alimento disponible y un cálculo de requerimientos, y repetir el ejercicio con frecuencia. Monitorear los análisis de leche: en especial grasa, proteína y urea también es parte de la estrategia.
No descuidar el aporte de calcio en particular en vacas recién paridas de alto potencial. No hacer cambios bruscos de alimentación (prevención de acidosis). Evaluar si valen la pena las caminatas a potreros con baja disponibilidad de pasturas, porque muchas veces las pérdidas superan los aportes, señalan.
Considerar el uso de cascarilla: 2 kilos sustituyen 2,5 a 3,5 kilos de MS de silo. Empezar desde ahora si las reservas son escasas, especialmente para el lote de punta. Pensar en el aporte proteico. Otoño e invierno son estaciones con falta de proteína en las dietas por la limitación de verde, especialmente en lotes de punta. Finalmente, para los ingenieros agrónomos es importante que los productores evalúen el uso de urea o concentrados proteicos.