“A CONSIDERAR QUE”
Muchas veces se pasan por alto cosas muy importantes cuando se trata de mejorar el tránsito. Al respecto, lo que más dolor de cabeza produce son las licencias de conducir, cuyos exámenes para obtenerla se reforman de una manera a otra, se le agrega más en lo teórico o práctico. Pero los que pasan las pruebas salen a la calle y conducen de la manera que se les antoja, poniendo en peligro su vida y la de los demás. Es imposible adelantar quiénes serán los que actúen así, estos se llaman inconscientes, infractores que ponen en peligro la seguridad de los demás; evitarlo es una tarea para la cual los inspectores y autoridades de tránsito deben de luchar permanente, que no pueden ceder un palmo. Por estos motivos siempre discrepé y abogué por el buen conductor, aquel que durante años fue fiel cumplidor al pie de la letra de normas y ordenanzas sin cometer infracciones, y buen pagador de tributos. Jamás se pueden mezclar con los antes mencionados, a estos debería premiar de una forma tan simple como que cuando vaya a renovar la licencia de conducir le sea muy fácil obtenerla. Sólo exigirle la prueba de manejo en el tránsito con un inspector para ver si aún es apto para conducir. Luego de terminada la prueba, que entregue la licencia vieja, pague y listo. Se estaría obrando con justicia y razón. Esto se vería como ejemplo ante los ojos de los infractores irresponsables, que verían que es mejor portarse bien. Otra cosa a modificar es la distancia a la cual el oculista hace la prueba de visión, ya que aproximadamente más de un sesenta por ciento de los conductores usa lentes. Para estos tendría que ser a cuatro metros y sin lentes a cinco, como está creo que es demasiada la exigencia actual.
También he comprobado que hay cosas que habría que repensar. Como la luz amarilla en los semáforos: dura muy poco tiempo y se corre el riesgo de que cambie a roja antes de cruzar. Esa sería una multa injusta, se debería corregir.
Para tener un tránsito amigable, educado y ordenado se debería de notificar más en infracciones leves y por primera vez, por ejemplo por no uso del casco o llevarlo en la mano o desprendido, olvidarse de encender la luz o alguna lámpara quemada, falta de espejos, no llevar chaleco, olvidarse de algún documento, estacionar mal sin querer, ruidos de escape roto o flojo, plásticos de luces rotos o faltantes, señaleros y luz de freno y bocina que algunos de estos elementos no funcione y algo más que se pueda arreglar. Dar plazos de 24 o 48 horas, y con el problema solucionado presentarse en la Dirección de Tránsito o de lo contrario corre la multa. Infracciones no perdonables serían circular contra flecha, cruzar semáforos en rojo, no respetar cartel de Pare o Ceda el paso, cruzar cebras a alta velocidad, conducir bajo los efectos del alcohol o drogas, circular a alta velocidad en calles o avenidas, llevar más personas de lo permitido en todo tipo de vehículos, licencia de conducir vencida de mucho tiempo. En todas estas infracciones y algunas más que son graves debe aplicarse la multa sin excepción, los que lo cometen lo hacen a conciencia, porque saben que está mal pero igualmente lo hacen. Con estas ideas se logrará un tránsito amigable, de buenos conductores y peatones en general.
También sería bueno un cursillo de mecánica ligera para enseñarles a los inspectores algunos detalles que les servirán durante la fiscalización; no sólo inspeccionar luces y documentación sino partes mecánicas que pueden poner en riesgo la vida de conductores. Con una simple capacitación se puede entrenar a los inspectores a fiscalizar las partes críticas de las motocicletas; yo como mecánico me he dado cuenta que prevenir a tiempo salva vidas. Es como una enfermedad que cuando se diagnostica a tiempo tiene cura, y en este país la mayoría de los accidentes son provocados por motocicletas, ya sea por fallas mecánicas o hacer cosas indebidas e irresponsables. A este tipo de vehículos hay que respetarlos, son vehículos de equilibrio, el cual se consigue solo cuando se ponen en movimiento y nuestro cuerpo forma parte de la carrocería sin ningún tipo de protección. A tomar conciencia y responsabilidad. A no enojarse con las autoridades de tránsito, están para cumplir un cometido, para salvar su vida y la seguridad de los demás. Si usted no se siente responsable o no quiere cumplir nada de esto no es apto para conducir ningún tipo de vehículo. Mi consejo y por su bien, siga de a pie, no arriesgue su vida en vano y traiga dolor a su familia, si se siente capaz y seguro siga adelante con sus derechos respetando los derechos de los demás.
Héctor Núñez