El convenio con los jueces motiva la discordia

El básquetbol de Paysandú sigue sin poder iniciar la temporada 2018, y el convenio que la Liga pretende que firmen los árbitros es el motivo de la discordia.
Gerardo Tagliani, representando a los jueces, dio la versión desde su punto de pista explicando las razones por las cuales la mayoría de los árbitros no firmó el convenio mediante el cual la Liga y los colegiados iban a regir su actividad y relación en la temporada.
Más allá de que los árbitros participaron, cumpliendo con una de las premisas de la Liga, en los cursos de actualización y categorización que brindara en Paysandú Héctor Uslenghi (cuatro jueces no aprobaron), la situación continúa trabada por cuanto los clegiados, salvo dos o finalmente una excepción, no han querido firmar el convenio por entender de que es contraproducente para ellos.
De acuerdo a lo que hemos podido saber, a los cuatro árbitros que no aprobaron el curso en su momento, se les una nueva oportunidad para dar el examen. Eso sí: se les dejó en claro que para tener esa segunda chance, deben primero firmar el convenio con la Liga.
No hay una cosa, si primero no está la otra.
¿Qué es lo que reza el convenio en cuestión? En su parte medular expresa en cuanto a la retribución que será la misma de 2017, pero aumentará ajustándose mediante el IPC en caso de que los árbitros “cumplan con la concurrencia y aprobación de los cursos de actualización requeridos”. El aumento comenzará a regir “el primer día hábil posterior a la aprobación del último curso”.
Y agrega el convenio que “las partes sociales serán de responsabilidad de los prestadores de los servicios”, es decir los árbitros.
La Liga ya tiene confirmado al profesor de Educación Física que trabajará con los árbitros, a quienes se les exigirá pruebas bimensuales.
En otro literal hace referencia al gasto de los cursos, indicándose que “serán por cuenta del participante”, y que “previo a cada curso se abonará indefectiblemente el equivalente al 50%, el que se descontará de la prestación de servicios hasta en un 50% de la remuneración de cada servicio prestado, hasta completar el monto total”. Es muy difícil predecir cómo se podrá salir adelante de esta situación, y no es secreto para nadie. Sin árbitros no se puede jugar, más allá de las razones de cada uno, y si bien hay un llamado a aspirantes, se necesita tiempo para prepararlos y no es tarea sencilla.