“El Galpón” estrenó su peor obra

La institución teatral “El Galpón” es una de las organizaciones culturales más importantes y de mayor tradición en nuestro país. Fundada en el año 1949 como resultado de la unión de los componentes de las experiencias independientes “La isla” y “Teatro del Pueblo”, toma su nombre del inmueble en cual inició sus actividades. Desde los orígenes en el depósito de barraca de la calle Mercedes en Montevideo, ha sido protagonista de incontables éxitos teatrales y un claro compromiso en su combate a la dictadura militar y por la recuperación democrática. Sufrió en carme propia la falta de libertad imperante y en 1976 la dictadura “ilegalizó” a la institución, disolvió su elenco, confiscó sus bienes y prohibió toda actividad teatral y cultural a sus integrantes, sometiendo a muchos de ellos a persecución policial. Algunos debieron exilarse en México y el 2 de setiembre de ese mismo año reinició su actividad teatral y cultural, esta vez en tierras aztecas. Durante su exilio en México, la institución realizó 2.500 representaciones recorriendo todos los estados mexicanos y diferentes ciudades de 20 países de América y Europa, denunciando la situación política que vivía nuestro país.
Como símbolo inequívoco del nuevo tiempo que se iniciaba en el país y en claro reconocimiento a la importancia de esta institución, el 1° de marzo de 1985, el mismo día en que asumía como presidente de la República, el Dr. Julio María Sanguinetti promulgó el decreto N°97/985 el cual derogó, entre otras normas, las resoluciones que dispusieron la disolución y prohibición de actividades del Grupo de Teatro “El Galpón”, así como todos los actos administrativos que directa o indirectamente se opusieran a esa norma. El decreto dispuso, asimismo, la devolución a sus legítimos propietarios de todos los bienes muebles e inmuebles incautados por los referidos actos administrativos que de esta forma se dejaban sin efecto. Asimismo se derogaron los decretos que disolvieron al Partido Comunista, Partido Socialista, Unión Popular, Movimiento 26 de marzo, Movimiento Revolucionario Oriental, Partido Comunista Revolucionario, Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, Resistencia Obrero Estudiantil (ROE), Federación de Estudiantes Revolucionarios (FER), Grupos de Acción Unificadora (GAU) y Grupos de Auto Defensa (GAD), Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT), Asociación de Magistrados del Uruguay y la prohibición de actividades del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) así como la clausura de los diarios “El Popular” y “Crónica”. Entre los motivos expresados en el decreto del presidente Sanguinetti se menciona que “las referidas disoluciones de Partidos Políticos y de asociaciones gremiales, son contrarias al sistema democrático-republicano de Gobierno, que admite el pluralismo ideológico y la tolerancia y respeto por las ideas políticas, religiosas, morales, etcétera”.
En los últimos días se ha conocido la decisión de “El Galpón” de declarar “persona no grata” al actor, director y escritor Franklin Rodríguez como consecuencia de sus opiniones vertidas en una entrevista realizada por el semanario “Voces”. Rodríguez, una persona comprometida con la izquierda desde su juventud, formuló diversas críticas a la fuerza política en el gobierno e incluso mencionó en las mismas al expresidente José Mujica. Entre otros conceptos, el dramaturgo expresó lo siguiente: “Yo votaba al Frente, creía en el Frente. El año pasado me llamaron para hacer lo mismo y dije que no lo hacía, porque no creía en absolutamente nada de todo eso. No hay chance de que crea en un proyecto que fracasó. No me quiero pelear con mis amigos, porque muchos siguen creyendo en esto, pero creo que fue todo una gran mentira, un falso amor. Capaz que yo creía demasiado. Ellos me dicen que bueno, que la política es así. Ayer veía en el diario a Daniel Ortega. No puedo creerlo. Tengo su libro guardado en mi casa. Le creí todo, pensaba en los que habían ido a plantar café, en la revolución sandinista, en Ernesto Cardenal. Todo esto me parece doloroso, y ahora pasa acá, lo vivimos nosotros. Creía que el futuro iba a ser distinto. No pensaba que iba a cambiar el mundo, pero sí que las creencias se iban a mantener más fuertes. Nunca hubiera pensado que un vicepresidente iba a renunciar por todas las matufias que pasaron. Me duele, y aunque ahora no soy del Frente tengo mis raíces en la izquierda y me duele mucho”. Las críticas de Rodríguez estuvieron referidas también al programa “Socio Espectacular” del cual participa “El Galpón”. En represalia por sus opiniones, Rodríguez fue declarado persona no grata por la institución teatral y no se le permitió el ingreso a un ensayo que tenía previsto en las instalaciones de la misma. Según el actor y director Héctor Guido, quien se desempeña además como secretario general de “El Galpón”, Rodríguez “ha hecho declaraciones extremadamente agraviantes a nuestra institución, a nuestro proyecto y a todo el teatro. Tiene una especie de incontinencia verbal en todo lo que plantea”.
La censura impuesta por “El Galpón” generó un rechazo tan unánime que en las últimas horas la institución teatral trató de minimizar el impacto negativo de su accionar explicando, en su cuenta oficial de Twitter, “que nunca declaró persona no grata al Sr. Franklin Rodríguez, más allá de no compartir las afirmaciones por él enunciadas en entrevista concedida al semanario Voces”. El episodio que terminó con la censura a Franklin Rodríguez es una muestra más de la intolerancia que día a día va ganando la sociedad uruguaya y es fomentada por las autoridades de gobierno, quienes no reparan en utilizar el aparato estatal y los dineros públicos para atacar a quienes no comulguen con la versión oficial de la realidad, tal como sucedió a principios de año con el colono que increpó al presidente Vázquez y cuyas deudas fueron difundidas públicamente por Presidencia de la República. En este contexto, no puede resultar llamativo que el propio Guido se haya desempeñado como director de Cultura de la intendencia de Montevideo entre los años 2010 y 2015 durante el gobierno departamental del Frente Amplio.
Una de las obras teatrales fundamentales de “El Galpón” fue “Artigas General Pueblo” de Milton Schinca y Ruben Yañez y que contó con la dirección de Atahualpa del Cioppo y César Campodónico. Sin embargo, las autoridades del teatro “El Galpón” han olvidado lamentablemente una de las frases que nuestro máximo héroe nacional estampara en una carta dirigida al General en Jefe de Buenos Aires el 25 de diciembre de 1812: “La cuestión es sólo entre la libertad y el despotismo”. Existen muchas formas de despotismo e innumerables personajes menores dispuestos a transformarse en censores de aquellos ciudadanos que cometan el “pecado” de no pensar como el poder de turno, porque como bien lo señaló Eduardo Pons Etcheverry en el debate televisivo por el plebiscito constitucional de 1980, “siempre habrá rinocerontes” para esa tarea. La historia de “El Galpón” no merecía que, una institución que fue objeto de la censura y la persecución, se transformara ella misma en un ejemplo de intolerancia y división entre los uruguayos, violentando de la peor forma su propio pasado. Al fin y al cabo, el respeto por las opiniones ajenas requiere algo más que una puesta en escena adecuada, luces de colores y una linda escenografía teatral; exige un compromiso democrático que en este caso brilló por su ausencia.