Preocupa continuidad de heladas, pese a que mayo tuvo tasas de crecimiento de pasto por encima de lo normal

Las tasas de crecimiento de mayo “fueron por encima de lo normal”, pero la continuidad de las heladas está generando preocupación en técnicos y productores por las dificultades que enfrentan aquellos predios que más sufrieron la sequía en el verano. “Vamos cuatro o cinco heladas y aún queda la mayor parte del invierno”, comentó a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Marcelo Pereira Machín. “Vamos a tener meses duros para adelante”, dijo.
Según el profesional, “aún bajando la carga ganadera, el desempeño animal en el invierno depende de la cantidad de pasto con que se entre al comienzo de la época más fría del año”. Acotó que, “en términos generales, la disponibilidad fue muy baja (tres centímetros) e incluso menos, por lo que el ganado va a perder peso”.
Para Marcelo Pereira, “esto se acentúa más en campos superficiales. En aquellos predios donde no tomaron ninguna medida de reservar un potrero, hoy están totalmente pelados, con menos de tres centímetros. En esta situación, cualquier vaca que tenga problemas no se acomoda y sigue perdiendo peso, para comenzar a acomodarse entre setiembre y octubre”.

Baja tasa de crecimiento
Marcelo Pereira manifestó que “cuatro meses (diciembre, enero, febrero y marzo) transcurrieron con tasas de crecimiento por debajo y algunos incluso muy por debajo de lo normal”. Precisó que en diciembre “fue de un 19%, en enero 20%, febrero 36% y marzo 25% y después se normalizaron las tasas de crecimiento. En mayo, las tasas de crecimiento para el basalto y casi todo el país fueron entre 0 y 30% por encima de lo normal”. Aclaró que en mayo las tasas de crecimiento “son muy bajas, parecido al mínimo de todo el año que es junio, por lo que se ve que las pasturas repuntaron”.
Esto se puede dar porque las especies que nacen en mayo son muy distintas a las que fueron afectadas por la seca; “eso normalmente lo hemos constatado que se da. No obstante, como en mayo las pasturas crecen muy poco, se aprecia que hay muy baja disponibilidad de forraje, debido a que tuvimos varios meses con tasas de crecimiento por debajo de lo normal”, explicó el coordinador de la regional litoral norte del Instituto Plan Agropecuario (IPA).
Según él, “es importante que hoy se comience a planificar una próxima sequía. No se sabe cuando va a venir, pero ya hay que estar preparado”, subrayó. Desde la institución, actualmente “se está pensando en lo que denominamos “diseño de módulo de prevención de crisis forrajera”. Consiste en reservar pasto de la primavera para el verano, al ser el verano la estación con más variabilidad, en la que habitualmente ocurren las sequías”.
Esa reserva se va a utilizar “una vez cada cinco o seis años, según el promedio. Sería construir un seguro de producción contra estos eventos, en el intento de desacoplar el concepto de déficit hídrico de crisis forrajera”. A su vez, precisó que esto se puede hacer “siempre y cuando la carga ganadera esté ajustada”.
Comentó que tienen un proyecto en la regional “que los únicos predios que llegaron con pasto al otoño fueron a los que les sobró el pasto en la primavera”. Aclaró que “si precisaban un 100% de pasto, en la primavera, aquellos que tenían un 120 o 130% de forraje, un 20 o 30% más de lo que se precisaba, fueron los predios que entraron con buena disponibilidad en el otoño”.
Reforzó la idea de que el pasto en la primavera “tiene que sobrar y lo que le ocurrió este año a Uruguay, por estar sobrecargado, es que el pasto no sobró. Vino el déficit hídrico y eso desembocó en una crisis forrajera”. Explicó además que esos potreros al cerrarse semillan las especies de invierno y eso determina que se vayan haciendo más invernales, siendo los mismos que se pueden cerrar en el otoño para prever la crisis de forraje”.

En el departamento
Con respecto a la situación del departamento de Paysandú, el profesional indicó que “el problema comenzó en forma muy dura en el Este del departamento y después se fue generalizando prácticamente para todo Paysandú”.
Y fue más claro aún. “Una cosa es que te afecte un mes o dos meses, pero cuando son cuatro meses, con tasas de crecimiento muy por debajo de lo normal, eso determina que haya una tendencia a que las situaciones en los campos se emparejaran”. El potencial de los suelos contra el litoral oeste “es mucho mejor y hay otras estrategias, con las pasturas mejoradas que han venido bastante bien, a pesar de que muchas pasturas se perdieron y ya no van a venir”, dijo Pereira.