Enriquecedora experiencia sobre investigación ovina en Malvinas

MONTEVIDEO (Por Pablo Blanc). Pasaron cinco meses desde que el veterinario sanducero Daniel Pereira Machín viajó con su familia a las islas Malvinas (Falklands) para desarrollar trabajos de investigación en el rubro ovino, y retornar al país por algunas horas para contar en el marco de la Expo Prado la experiencia en ese lugar.
“Es un mundo diferente desde todo punto de vista”, reconoció el profesional que permanecerá dos años en ese lugar, quien llegó a las islas fuera de estación casi entrando en el invierno, y en donde la gente se dedica especialmente en ésta época al mantenimiento de los establecimientos”.
Durante este período ha procurado visitar algunos establecimientos y ver la realidad de los productores, “desde la situación del campo natural, el alimento de los animales, qué tipo de ovinos crían y qué selección realizan”. Cuentan con un biotipo intermedio entre Ideal y Merino Australiano, con variaciones, moviendo la finura media micra en los últimos años en base a inseminación artificial. Además, un programa de mejoramiento genético bien coordinado con una especie de plantel nacional que tienen en un campo experimental”.
Definió al animal como “muy particular”, con finura que oscila entre 22 y 24 micras, promedio, pero es un animal de muy buen esqueleto y buen hueso, y les quedan algunas características de animales que tuvieron anteriormente, con más cuerpo que el nuestro posiblemente”.
Estableció que en ese medio ambiente los productores no pueden moverse demasiado hacia el Merino, aunque hay gente que lo hace. Pero en promedio se busca un tipo de animal entre Ideal y Merino. Nosotros tal vez nos acostumbramos a hablar de razas puras. Ellos manejan finura, carne, y se rigen por parámetros objetivos”. Son animales de lana “muy blanca, de muy buen largo de mecha y se las pagan muy bien a los productores de las Falklands”.
Subrayó que se trata de animales “muy sanos, porque la sanidad allá es buena, y solo tienen algunos problemas que acá no tenemos, como es la carencia de minerales”. Precisó que las pasturas “son de más baja calidad, se pueden mantener muchos menos animales por hectárea”. Explicó que en estos momentos están pasando por una buena situación debido al precio de la lana “y eso los tiene muy entusiasmados”. Y respecto a la carne indicó que “hace algunas semanas, el frigorífico hizo una presentación a los productores pidiendo que les remitan más animales y pondrá un camión en la otra isla –de la cual se cruzan en ferry los productos– porque están preocupados en faenar más, aunque recién están en sus inicios”. En las islas actualmente tienen 500.000 ovinos –admiten una oveja por hectárea– y 4.000 vacunos. “en algún momento se pasaron y tuvieron hasta 700.000 y 800.000 ovinos y ahí hay problemas”.

INVIERNO.
Sobre el invierno, Pereira señaló que “no estabulan, pero en invierno pierden alrededor de 8 a 10 kilos las ovejas de cría, porque se hace sentir con el viento y la baja temperatura, y los animales pasan al límite en esa estación”.
El invierno en las islas es “como en Uruguay, pero hay menos luz, los días se hacen más cortos. En verano el día va desde las 4.30 y hasta las 9.30 de la noche, y en invierno el Sol sale entre 8.30 y 8.45 los días más cortos, y se pone a las 5 de la tarde”.
El veterinario sanducero se desempeña en un departamento de agricultura que depende del gobierno, ubicado en la capital, Stanley. Consideró que la vida allí “es muy tranquila”. La actividad laboral comienza a las 8 y se extiende hasta la 5 de la tarde, parando al mediodía en general.
Señaló que “son especialistas en combatir el frío. Las casas están muy bien aisladas y son calientes”, dijo. Las islas tienen el tamaño parecido al departamento de Lavalleja –cerca de un millón de hectáreas–, separadas en dos islas grandes y varias chicas”, indicó.