Le aplicó el reglamento

A muchos les quedó la sensación de que la sanción ordenada por el presidente Tabaré Vázquez en detrimento del comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, resultó un tanto exagerada o, cuando menos, fuera de lugar, sin ninguna necesidad. El mandatario le aplicó el reglamento al ordenarle la semana pasada un arresto a rigor por 30 días, todo por ejercer –según dijo el jefe de Estado– actividades políticas.
El oficial tuvo el “tupé” de brindar una entrevista en una radio de la capital, en la que comentó el proyecto de ley en torno a la reforma de la caja de jubilaciones y pensiones militares, que se encuentra en discusión en el Parlamento, y que ha sido llevada adelante por el propio Poder Ejecutivo. Ya fue aprobada hace unas semanas por el Senado.
Como responsable de su tropa, como cabeza de un cuerpo, Manini Ríos no hizo otra cosa que sacar la cara por los suyos ante una iniciativa que tendrá consecuencias para los militares y, en especial, para los de menor rango. El comandante en jefe solo dio una entrevista: jamás se puso en campaña, no hizo una ronda de medios para marcar su punto de vista, no se plantó ante el presidente para exigirle que de vuelta atrás a la iniciativa.
Dio su opinión, muy válida para el momento, y dejó que el proyecto siguiera su curso parlamentario, como corresponde. Es difícil encontrar en esto una vulnerabilidad constitucional o de la cadena de mando.
Además, si Vázquez cree que Manini Ríos violó la Constitución, no quedaba otra que destituirlo. Un arresto a rigor –que ya cumple– es un medias tintas que lo único que hace es restarle autoridad al comandante en jefe frente a sus subordinados y a la sociedad civil. Como dijo el exmandatario Julio María Sanguinetti, esto bien puede representar una “humillación” para las Fuerzas Armadas. Tampoco el momento resultó ser el más oportuno: el presidente se lo comunicó mientras el militar se encontraba en una conferencia en México.
“Tuvimos en cuenta el artículo 77 de la Constitución en su numeral cuarto que no permite ni al presidente de la República ni a los militares ejercer ningún tipo de actividad política salvo el voto”, explicó Vázquez la semana pasada durante la Expo Prado.
Asimismo, el presidente resaltó que el Reglamento Nacional de Servicios Número 21 (conocido como R21) establece “con claridad” que los militares no pueden interferir ni directa ni indirectamente en trámites administrativos ni en la discusión ni en presentar opiniones sobre proyectos de ley que están en discusión.
Supongamos que en efecto Manini Ríos se pasó de la raya al hacer una ponderación política, por más que la haya hecho de forma correcta y educada. Su cargo no se lo permite, está claro, se puede aceptar. Pero, ¿somos así de rigurosos cuando miembros del Poder Ejecutivo, presidente incluido, han hecho política? ¿Alguien fue sancionado?
Esto ha ocurrido con los últimos gobiernos. El propio Vázquez se mojó por José Mujica mientras él gobernaba en su primer período, y Mujica mientras gobernaba desde la Torre Ejecutiva nunca se cansó de meterse en política, violentando cabalmente la Constitución, sin que pasara absolutamente nada. Como siempre que sucede cuando Mujica está en el medio. Pero es sabido que “el Pepe” hace “lo que se le canta” –Constitución incluida– y encima muchos lo aplauden.
Curiosamente, el extupamaro justificó la intervención de Manini Ríos en la entrevista con un programa de la radio Océano FM, porque “alguien tiene que defender” a los soldados. “Por lo que yo sé, no hay ninguna violación constitucional, sino que es una falta”, expresó Mujica durante una conversación con la agencia rusa Sputnik. “Creo que el presidente estuvo bien, pero el comandante también estuvo bien: los soldados no tienen sindicatos y no se pueden manifestar por lo que alguien tiene que defender sus intereses”, afirmó el exmandatario.
O sea, Vázquez estuvo bien y, a su vez, Manini Ríos estuvo bien, pero bueno, había que sancionarlo de alguna manera, porque tiene que saber que no puede hablar así como así. Esta podría ser un poco la reflexión. Es que también, como sucede con la reforma de la caja militar, huele a revanchismo hacia los militares. Esto, al mismo tiempo, ha generado la reacción de los militares y en un supuesto documento –publicado esta semana por Búsqueda y El País–, calificaron de “soberbia e hipocresía” el proceso de la reforma militar y aseguran que Manini Ríos ha sido sometido al “escarnio público”.
En aquellas declaraciones en la Expo Prado, el actual presidente recalcó que, pese a este incidente, no cuestiona ni la confianza ni la lealtad del comandante en jefe del Ejército, por lo que no está “en juego” poner en duda “la buena fe” con la que Manini Ríos actúa. “Creo que actúa de buena fe, creo que lo hace con un gran respeto a la lealtad institucional que tienen que tener las Fuerzas Armadas pero se equivocó y cometió errores y en función de esos errores fue sancionado”, detalló.
Las palabras de Vázquez son contradictorias. Si violó la Constitución, repetimos, hoy ya tendría que estar otra persona liderando el Ejército. El sancionar solo para mandarte un rato al rincón mientras el resto se ríe, es una tomadura de pelo que no soluciona nada. Al contrario, mina la confianza entre las partes y ayuda a generar un mal ambiente, en este caso, en la discusión por la reforma de la caja militar.