¿Quién se equivoca: el Instituto Cuesta Duarte, el Pit Cnt y todo Paysandú o el ministro Murro?

Seguramente el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, ha sorprendido a propios y extraños al evaluar el panorama socioeconómico de Paysandú desde el punto de vista laboral, al considerar que de acuerdo a los datos que maneja su secretaría de Estado –no hay por qué no creerle– hay solo unas 3.500 personas desocupadas en Paysandú, en contraste con más de 51.000 trabajando en el departamento.
Y decimos propios y extraños, porque incluso los adherentes a la fuerza de gobierno, que residen en el departamento, con solo recorrer las calles de la capital sanducera y localidades del interior departamental, observan sin lugar a dudas que el panorama laboral, de la actividad en Paysandú, de las empresas, está en uno de sus niveles más bajos, y se percibe que a duras penas los empresarios están tratando de mantener personal. Pero muchos trabajadores no han corrido esa suerte y han sido enviados al Seguro por Desempleo o en el peor de los casos, despedidos, simplemente porque los números no dan y la realidad es la que manda.
Basta con caminar por la ciudad, sobre todo por la zona céntrica, para observar decenas de locales comerciales vacíos y sin perspectiva cercana de ser arrendados, porque quien aspire a acometer un emprendimiento empresarial, del ramo que sea, saca cuentas y asume desde el vamos que con los impuestos, costos laborales, precio de insumos, de servicios como UTE, Antel, seguridad, un mercado deprimido y la propia competencia de la venta por Internet en muchos casos, está ante una tarea quijotesca y con muy escasas perspectivas de éxito.
Inevitablemente, este escenario tan difícil para las empresas se traslada al mundo del trabajo, y en este contexto es que deben tomarse con pinzas, para ser benignos en el concepto, las cifras expuestas por el ministro Murro en Paysandú, en su doble condición de secretario de estado y precandidato presidencial de su fuerza política. Es que ha edulcorado conceptos y cortado los datos al cierre de 2017, y por lo tanto dejado fuera de consideración los diez meses de 2018, en los que a ojos vistas se ha deteriorado aún más la situación socioeconómica en Paysandú y en todo el país.
El ministro llegó a Paysandú el martes, visitó empresas, se reunió con sindicatos, con el Pit Cnt, con productores remitentes a PILI, con autoridades departamentales y presidió un acto del Frente Amplio. Evaluó que hay efectivamente empresas en dificultades, y destacó que a la vez “estuvimos visitando una serie de empresas que tienen varias posibilidades en el Departamento de Paysandú, y realmente nos vamos con satisfacción de ver empresas que aquí en el departamento tienen posibilidades”.
Entre ellas mencionó a “Fempay, una metalúrgica que está trabajando y quiere seguir ampliando sus posibilidades. Estuvimos visitando Tecnova, donde tenemos los paneles fotovoltaicos y la fabricación de productos de hormigón y tiene una serie de posibilidades si quiere ampliar sus trabajos. Tenemos un proyecto a estudio del Ministerio de Industria, Energía y Minería y del Ministerio de Economía y Finanzas al respecto”. También “Lumimer, una empresa que arma luminarias y que las vende, originaria de Mercedes, pero con una fuerte instalación metalúrgica en Paysandú, que tiene también perspectivas de crecimiento que estamos analizando. Asimismo una muy buena visita a la planta de Azucitrus. Allí vimos el intenso trabajo que se está desarrollando preparando embarques de exportación de cítricos hacia España y Brasil, tuvimos una muy buena conversación con la empresa, que está estable; hay que trabajar por los aranceles, y esto es continuidad de algo que se hizo la semana pasada, que fue la firma del convenio en el sector citrus y arándanos”.
Claro, el ministro soslayó los enormes esfuerzos que hacen estas empresas para poder mantenerse operativas, alguna con fuerte endeudamiento, y eventualmente tener proyectos para expansión en un escenario de gravosos costos que han expulsado del circuito a muchos emprendimientos, tanto PYME como empresas de mayor porte, y que ha sido determinante para que en no pocos casos se esté trabajando con números en rojo, al límite, o se haya optado por sobrevivir pasándose total o parcialmente a la informalidad, lo que es pan para hoy y hambre para mañana. Por otra parte, son necesarias muchas PYME para absorber una sola industria que cierre o reduzca sustancialmente su plantilla laboral. Y a excepción de Azucitrus –que ciertamente no parece estar en una situación floreciente como la muestra el ministro–, las demás son empresas que ocupan poca mano de obra. De hecho, sumando las otras tres –que tampoco son “nuevas”, sino que están funcionando hace ya muchos años– ni siquiera alcanzan a cubrir el agujero que dejó Paylana con más de 600 trabajadores sin su fuente de ingresos.
No es extraño, por lo tanto, que tras reunirse con Murro el secretariado departamental del Pit Cnt, el dirigente departamental Manuel López evaluara que “tenemos algunas discordancias entre la información manejada por el ministro Murro y la central de trabajadores, que pasa por lo que se percibe en el departamento y lo que se observa en los lugares de trabajo”, y que los representantes sindicales están “más preocupados en buscar una solución que en leer resultados”. Dijo además que los trabajadores “no encontramos un ámbito donde se puedan ver los resultados sobre todo en el corto tiempo. Los trabajadores que quedan al margen necesitan una respuesta hoy y debemos hacernos cargo”.
“Los lugares con mayor visualización de estos problemas son los sectores del comercio y servicios. En el área de la industria aún quedan trabajadores especializados que invirtieron años de aplicación, con oficios que se pierden y trabajadores que quedan al margen”, agregó, a la vez de convocarse para ayer a un paro parcial de 10 a 14 por la situación laboral de varias empresas de nuestro departamento.
Pero ya hace un mes el mismo dirigente había alertado que el desempleo “es de dos cifras en Paysandú”, en base a un documento del Instituto Cuesta Duarte, que analiza además que las franjas etarias de jóvenes hasta 29 años y entre 45 y 60 años están más comprometidas con el empleo. Por lo tanto, de esta forma indirectamente Murro estaría desacreditando nada menos que al Instituto de investigación de la central obrera.
Ese es el panorama real que vivimos a diario en Paysandú, donde el dinero circula solo los primeros días de cobro, se pagan cuentas en locales de cajeros y luego la actividad se deprime durante todo el resto del mes, en un escenario que se extiende desde las zonas y localidades que dependen directamente de la alicaída actividad agropecuaria y se traslada gradualmente a la ciudad. Una situación que tiende a profundizarse, porque la experiencia indica que cuando la Argentina cae, primero arrastra a las ciudades limítrofes y en ese aspecto Paysandú está en primera línea, porque de una forma u otra la plata “se va” a la vecina orilla y no recircula en el comercio local, que termina cerrando o achicándose al mínimo. Esa es la realidad, la que no ve el precandidato presidencial, que vino a Paysandú a decirnos que estamos equivocados, que todo va sobre ruedas. Sin dudas es una muy mala carta de presentación para quien pretende dirigir el país, porque lo menos que se puede pedir a un presidente es que esté bien informado, y tenga los pies sobre la Tierra.