Al menos tres comercios sanduceros recibieron sendas llamadas telefónicas de un hombre que, haciéndose pasar por un inspector de la Dirección de Higiene de la Intendencia, les pidió que depositaran en una cuenta la cantidad de $ 5.300 para el pago de los timbres del expediente –el cual aparentemente harían desaparecer– generado por una denuncia de un cliente.
El delincuente primero llamaba por teléfono y explicaba el caso, argumentando que un cliente se había intoxicado con un producto comprado en ese comercio, y que lo había denunciado. No obstante, el supuesto inspector podría hacer algo con una gestora, por lo que pedía que le depositaran esa cantidad en un Abitab, dando un nombre y un número de cédula de identidad, comunicándose desde ese momento por mensajes de texto. Uno de los casos fue el comercio Chiberta y, según Anthony Mathieu, tras la insistencia del delincuente optó por comunicarse con su abogado. Luego lo hizo con el secretario general de la Intendencia, Mario Díaz, con lo que la aparente estafa se vio desarmada.
Posteriormente Díaz radicó la denuncia en la Unidad de Investigaciones y la Intendencia emitió un comunicado alertando a la población de esta maniobra delictiva que, según lo que se sabe, no tuvo ninguna víctima.
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