La difícil decisión sobre Sendic

A Raúl Sendic ya no saben cómo enviarle más mensajes. Le han pedido “un acto de grandeza”, que “de un paso al costado” o que “vaya a estudiar cinco años para recibirse de médico” e incluso el presidente Vázquez señaló al semanario Búsqueda que “él se hubiera ido” cuando aún era su vice y antes del “bullying fantástico” al que dijo que fue sometido, sólo porque debía agregar algo y –de paso– culpar a los medios de comunicación
En fin, hasta la vicepresidenta Lucía Topolansky pasó de pedirle que “se ausentara por un tiempo”, hasta afirmar que el tema Sendic “no es prioridad”. Como sea, les cuesta adoptar una decisión como conglomerado, como fuerza política en el gobierno, liderado por sectores con bastante más fuerza que la Lista 711. Sin embargo, no sucede.
Ahora, que no encuentran la forma de sacárselo de encima, han apelado –como la ministra de Turismo Lilián Kechichián en el último encuentro de Alianza Progresista– a recordar la renuncia de Líber Seregni a la presidencia del Frente Amplio luego de sentirse desautorizado por la coalición en sus negociaciones a favor de una reforma constitucional. Claro que la dimisión del histórico líder ocurrió en momentos de profundas divisiones internas y cuando se fue, pronunció aquella frase que aún resuena para algunos: “La tolerancia es una virtud que tendríamos que cultivar los frentamplistas y aplicar sobre todas las cosas”.
Sin embargo, hay que recordarlo como el mascarón de proa de la renovación frenteamplista, elegido por José Mujica como el continuador del esquema progresista en la región. Pero los últimos hechos ubican a la 711 detrás del objetivo de presentarse como una lista con candidaturas al Senado, encabezado por el exvicepresidente que, incluso acusó al presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, de hacer campaña en contra de Sendic.
Con tanta tirantez finalizó el último plenario, que Miranda puso su cargo a disposición y recibió el respaldo de los grupos que lo integran. El dirigente es, sin dudas, uno de los que apura una definición a la Mesa, en tanto los plazos se acortan y las decisiones se deben tomar más temprano que tarde. Porque sobre la mesa hay 1.500 firmas que reclaman la inhabilitación a la presentación de su candidatura al Senado, en un hecho que enfureció al sector que lidera Sendic y aunque las voluntades se manifestaron por fuera de las actividades orgánicas, apuntaron a su cabeza como el ideólogo de una campaña.
Y de paso, aprovecharon a enrostrarle algunas cuestiones no resueltas en la interna. El diputado Saúl Aristimuño dijo que le preocupa la soledad de Miranda, quien no logró consolidar un equipo y que nadie asumiera la secretaría general, el cargo que dejó vacante Gonzalo Reboledo. Como sea, aunque el Frente Amplio cuenta con una mayoría para considerar el fallo del Tribunal de Conducta en un próximo plenario en diciembre, hay dudas en cuanto a los votos necesarios para inhabilitar su candidatura al Senado porque requiere de cuatro quintos. Por eso, como es difícil la decisión del conglomerado, apelan a un gesto facilitador y que allane el camino hacia el último congreso, que deberá definir las candidaturas y preparar su estrategia para las elecciones nacionales.
Pero, ¿cómo basar su relato en la ética, con este antecedente de difícil resolución? Y más aún, cuando no se puede apelar a la “herencia maldita” porque ya van tres períodos de gobierno y casi 15 años en el poder, les ha creado el vicio de un discurso que cuestiona a la derecha, que no gobierna, y a los medios de comunicación, que abrieron el camino de la investigación en diversos ámbitos, como lo ocurrido en Ancap.
Sendic fue procesado sin prisión en mayo por abuso de funciones y peculado y pesa sobre él, el difícil récord de ser el primer vicepresidente que renuncia a su cargo. De acuerdo al fallo de la justicia, el abuso de funciones se explicó por las negociaciones efectuadas con Exor, a nombre del ente estatal que presidía durante la gestión de Mujica. El delito de peculado ocurrió con el uso personal de las tarjetas corporativas, sin contar el título de “Licenciado en Genética Humana” que ostentó por bastante tiempo y que el Poder Ejecutivo confirmaba en las sesiones del Consejo de Ministros.
La Junta de Transparencia y Ética Pública encontró irregularidades y se pronunció al respecto. Lo mismo hizo el comité de ética del Frente Amplio al señalar que “el cuadro general que presentan los actos reseñados del cro. Sendic no deja dudas de un modo de proceder inaceptable en la utilización de los dineros públicos”. Pero las sanciones internas se retrasan y por esa razón, ya anunció que será candidato al Senado.
Seguramente sea un flanco que atacará la oposición, pero quienes se presentaron como los paladines de la blancura, no están prontos para ese mensaje final que se da con el ejemplo. En todo caso, tal como señala el petitorio con más de 1.500 firmas: “Es incomprensible e inadmisible que el FA no sancione y tome distancia de estas conductas reñidas con la más elemental ética política”.
O como lo mencionó el ministro de Economía, Danilo Astori, cuando estuvo en Paysandú: “No podemos hacer de cuenta que esto no existió y tenemos que tomar las medidas que corresponda”.
Pero los tiempos electorales son mezquinos y exhiben las miserias humanas en su máxima expresión. Unos no lo inhiben por temor a que pueda hablar más de la cuenta, otros porque apelan a la figura de su extinto padre. Lo cierto que va camino a transformarse en la explicación de los fracasos y apelan a los despistados para dar consejos que ya resultan obsoletos, son obsecuentes y no sirven para nada.