La falta de límites, la globalización y la soledad influyen en aumento de suicidios

El doctor en sicología Edson Pinto fue uno de los disertantes en el Seminario sobre prevención del suicidio, que se cumplió el sábado en la sala Rómulo Calegari del Hospital Escuela del Litoral.
Consultado respecto a la situación de los niños y adolescentes frente al suicidio, y a qué se debe el aumento de los casos en los últimos años, el especialista brasileño dijo a EL TELEGRAFO que “yo percibo que los padres están confundidos y perdidos en su papel, en su rol. Los padres no muestran amor y tampoco límites, hay un desequilibrio. Y cuando los niños o adolescentes no están acostumbrados a tener límites porque los padres no se los pusieron desde el inicio de la vida, tenemos niños muy agresivos, que enfrentan a los padres, los maestros y profesores. Y ese es un síntoma muy interesante, porque el que es agresivo con otras personas o con los animales, también puede ser agresivos consigo mismo, puede cortarse o hasta quitarse su propia vida”.

La globalización también influye

También atribuye responsabilidades en los casos de suicidio a “la globalización, porque las cosas buenas no se globarizaron tanto, Internet, la televisión, los juegos en demasía pueden comprometer la salud mental de los niños”, y sobre si hay diferencia entre clases sociales, afirmó que “la clase social más elevada, que tiene acceso a muchas más cosas que los pobres no tienen, ahí se encuentran más casos. Y como tienen más derechos también son más agresivos”. A su juicio, “hay que apoyarse en la sicología, la siquiatría y la medicina, para que haya un apoyo en la familia”.
En cuanto a los adultos, dijo que “los suicidios en los adultos ocurren mucho en los mayores de 60 años, que pueden tener alguna incapacidad, no pueden caminar o están mal de salud y ya no pueden trabajar, o tienen un cáncer o enfermedad grave, e incluso porque están muy solos. No es por un problema mental, es por una crisis existencial, que puede acontecer en cualquier momento de la vida”.
También se registran por casos de depresión, “que puede ser bipolar, la depresión mayor –que es la más común– o la esquizofrenia son los tres casos con mayor índice de suicidio. Con esas personas, si tienen una crisis existencial, la cosa es peor porque es un agravante, como lo es si en la familia hubo casos de suicidio porque lo toman de ejemplo”. Influyen asimismo “las injusticias, las relaciones afectivas, la soledad que es terrible”.

Antes se hablaba más

Estos problemas son de hace relativamente pocos años, porque “en el pasado teníamos una sociedad más solidaria; se hablaba más, había una red de apoyo”.
“Se puede ver en Montevideo, donde muchos adultos viven solos en apartamentos, aislados. Pero también pasa por ejemplo en la facultad, donde yo fui en la década de 1980, y teníamos amigos, relaciones, salíamos. Ahora doy clases y veo que cada uno está solo, hay aislamiento. Por eso digo que la globalización influyó, porque las personas se separaron, se aíslan y están mucho consigo mismas. Y no hay compañerismo, sino que hay competencia”.