Un atisbo de cambio de pisada en el Mercosur

En una decisión impensable de que se adoptara en el pasado inmediato, cuando el Mercosur funcionaba como un “club de presidentes amigos” en sintonía con la ola de gobiernos progresistas que tenían como abanderados sobre todo a los expresidentes José Mujica, Cristina Fernández de Kirchner y Lula –luego Dilma Roussef– el bloque mercosuriano expresó hace pocas horas un contundente rechazo a la represión que está llevando a cabo en Nicaragua el presidente izquierdista Daniel Ortega, que ya ha causado entre 300 y 500 muertos, y por añadidura acaba de dar un paso significativo para aproximarse a la firma del eternamente postergado acuerdo con la Unión Europea (UE).
Es un indicativo de los tiempos, que hace alentar alguna moderada expectativa de que a partir de este recambio de gobiernos populistas se pueda ingresar en una etapa en que el bloque pase a ser realmente un ámbito para potenciar el intercambio comercial, tanto dentro como hacia afuera de la región, y que además se consolide una actitud prodemocrática sin tener en cuenta previamente el color y la ideología del gobierno que protagonice violaciones a la cláusula democrática del bloque.
Así, los países del Mercosur expresaron este martes su repudio ante las “acciones represivas del Gobierno nicaragüense contra sus opositores” y señalaron preocupación por las detenciones reportadas el domingo en Nicaragua, país que vive una crisis sociopolítica desde abril, que ha dejado centenares de muertos.
“Los cancilleres de los países del Mercosur expresan su repudio a las acciones represivas del Gobierno nicaragüense contra sus opositores y la preocupación por la detención de defensores de los derechos humanos ocurridas este domingo 14 de octubre”, señalaron a través de un comunicado los cancilleres de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, reunidos en Montevideo hace pocas horas.
Según organizaciones humanitarias locales e internacionales, Nicaragua atraviesa una crisis sociopolítica que ha dejado entre 322 y 512 muertos, mientras que el Ejecutivo de la nación centroamericana establece los fallecidos en 199 y denuncia un intento de golpe de Estado.
Incluso en el marco de la crisis, la Policía de Nicaragua reprimió este domingo a un grupo de opositores y detuvo a 38 de ellos cuando pretendían protestar en las calles de Managua contra el presidente Daniel Ortega.
Hasta hace unos pocos años los gobiernos “amigos” hubieran soslayado estas “chambonadas” de un presidente populista, pero para el grupo de ministros del Mercosur, este tipo de acciones de los cuerpos de seguridad del Estado de Nicaragua representan “un agravamiento de la crisis social y política”.
Los cancilleres reiteraron también “su rechazo a la continua limitación de las libertades individuales que sufre el pueblo de Nicaragua y a la creciente violencia de la represión policial, incompatibles con un sistema democrático de Gobierno y que han provocado un elevado número de víctimas desde el pasado mes de abril”, concluye el documento.
Las protestas contra el presidente Daniel Ortega se iniciaron por reformas de seguridad social que se tornaron en la exigencia de su renuncia y la de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
Organizaciones humanitarias nicaragüenses a su vez denuncian la existencia de unas 459 “presos políticos”, mientras que el Gobierno de Nicaragua habla de más de 200 detenidos, a los que señala como “terroristas” y “golpistas”.
Asimismo, los cancilleres de Argentina, Jorge Faurie; de Brasil, Aloysio Nunes; de Paraguay, Luis Alberto Castiglioni; y de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, se reunieron para avanzar en la firma del dilatado acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, cuyas conversaciones llevan ya casi veinte años, sin que hayan fructificado todavía las gestiones.
Precisamente en la consideración del temario inherente a la negociación entre bloques con la UE, las “indicaciones geográficas” de productos sudamericanos son uno de los principales escollos para el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), junto a la oferta del bloque europeo “de acceso de mercado” a los productos del Mercosur, según afirmó el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa.
Es que bloques con una heterogeneidad tan diversa deben atender hacia adentro los reclamos proteccionistas de sectores de fuerte influencia en cada país, y en el caso de la UE hay producciones de base agrícola que subsisten en mediante fuertes subsidios y aplicación de aranceles que no se está dispuesto a desmantelar.
Después de la reunión entre los cancilleres de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay celebrada en Montevideo, Nin Novoa aseguró en relación a las indicaciones geográficas que “hay muchísimos productos que tienen en estas naciones más de 150 años de elaboración”, y puso como ejemplo el “queso parmesano”, que se elabora ya “desde el año 1864”.
Además, afirmó que existen “temas sensibles” en el proceso de negociación y que estos hacen referencia al acceso de mercado de sectores como el automotriz y el lácteo, donde precisamente están involucrados los subsidios y otras medidas proteccionistas.
Las observaciones de los estados miembro del Mercosur en estas materias se incluyen en la “plataforma de acuerdo” que las autoridades elaboraron este martes y que presentarán a los representantes de la UE.
Nin Novoa consideró que “de todos los pedidos que nos ha hecho la Unión Europea hemos avanzado en casi todos ellos, hay algunos que siguen siendo más dificultosos, más sensibles, (…) pero lo que manifestamos y reafirmamos es la vocación y la voluntad de poder seguir negociando”, destacó Nin Novoa.
Sin embargo, no quiso profundizar en cuáles son las resoluciones que tomaron en estos aspectos para proteger el acuerdo: “No voy a entrar en muchos detalles porque en la época de las comunicaciones se sabe inmediatamente y yo no quiero que los europeos se enteren por la prensa qué es lo que le vamos a decir, de manera que lamentablemente no podemos ser muy explícitos, pero tenemos toda la mejor voluntad”, subrayó.
Nin Novoa aseguró que presentarán su propuesta “en pocas semanas” y con ella esperan “un movimiento” que les permita sentirse “más satisfechos” con las ofertas que el bloque europeo ha realizado.
Por supuesto, cuando se dan los “avances” en una negociación de dos décadas, el margen para el optimismo es muy relativo, y son de recibo las reservas del canciller uruguayo, porque más de una vez se ha estado cerca y las negociaciones se han visto torpedeadas por intereses muy particulares que han logrado frenar lo que ya se creía al alcance de la mano.
Pero es preciso seguir intentando, porque nuestros competidores siguen suscribiendo acuerdos para ingresar sin aranceles al mercado europeo y a naciones asiáticas, y no es posible seguir en un Mercosur mirándonos el ombligo sin a la vez participar en cadenas de valor que hacen la diferencia y mejoran la calidad de vida de los pueblos.