Una madre que vive en la zona del Batallón busca con angustia y desesperación a su hija de 16 años, quien abandonó su hogar hace aproximadamente 13 días.
La adolescente –quien según la versión de su madre sufre un problema de adicciones, que estaba siendo tratado con especialistas–, salió de su casa un sábado a la noche. “Cenamos, se bañó y le dije que fuera por su colchón a su cuarto porque la hago dormir pegada a mi cama para cuidarla. En ese instante, salió de la casa y se fue”, comenzó su relato la madre sanducera.
“De inmediato hice la denuncia porque es la séptima vez que esto me pasa. La he sacado de una boca de venta de drogas yo misma y he pedido a todas las instituciones que me ayuden pero nadie te da una mano”, dijo con enojo. “Desde abril que estoy pagando una abogada para poder lograr una internación involuntaria, donde la puedan tratar y ayudar, y hasta ahora no he tenido respuestas de ningún lado”, dijo.
La madre manifestó que ha recibido varios mensajes y llamados de gente particular que ha visto a la menor. “Llamé tres veces a la Comisaría (ayer) para decirles que me acababan de pasar fotos que estaba en plaza Constitución con otra chiquilina y un morocho a quienes no reconozco. Cuando fueron, ya no estaba. Me volvieron a decir por mensaje que iba caminando por 18 de Julio (al oeste). Llamé de nuevo a la Comisaría y tampoco la encontraron. Yo no entiendo cómo paran a cualquier pobre desgraciada a veces para identificar y no pueden dar con una adolescente que la están viendo por todos lados”.
La desesperación es mayor porque “vivo lejos y mientras me movilizo pierdo tiempo que es vital. Cuando llego es evidente que no la voy a encontrar”, comentó. Además, explicó, “me preocupa qué está haciendo porque hasta puede llegar a delinquir. La vieron comprando en un kiosco y ella no tiene plata”.
Si bien la prensa no puede identificar a la menor, la fotografía, datos y teléfono de contacto se encuentran en las redes sociales bajo perfiles públicos, incluso el de una exedila departamental.
La mordaza legal
La intención de esta nota es dar a conocer la angustiante situación por la que está pasando la madre, de forma de que, quien desee colaborar, busque información por vías alternativas en las redes sociales.
Como ya es sabido, la prensa no escapa a la mordaza legal que prohíbe a los medios identificar directa o indirectamente a un menor en problemas, bajo riesgo de recibir duras sanciones económicas. Existen ya en nuestro país antecedentes en este sentido, con multas siderales a los medios que se arriesgaron a hacerlo. En el caso de EL TELEGRAFO, si bien somos extremadamente cuidadosos en este sentido, en junio de este año fuimos conminados por el INAU a presentar nuestros descargos tras publicar una solicitud de localización de dos menores, publicación que hicimos a modo de apoyo al Ministerio del Interior que había colgado dicho comunicado en su página web como llamado a la colaboración de la población. Aunque nuestros descargos fueron atendidos, queda claro entonces el alcance de la mordaza legal y el celo con que el INAU actúa contra la prensa. Pese a que la madre pidió que su nombre sea publicado y también la foto de su hija, lamentablemente no podemos hacerlo, porque de hacerlo, directa o indirectamente la joven en cuestión estaría siendo identificada.
Queda entonces la vía virtual, las redes sociales, por donde el lector podrá hacerse de todos los detalles, bajo la protección que brinda el ciberespacio.
