Una logística para todo tiempo

La incidencia de la logística en Uruguay ha tenido en la última década una revalorización que tiene mucho que ver con el perfil exportador de nuestro país, a partir de la colocación en el exterior de productos de gran volumen y bajo valor relativo, es decir commodities, cuyos precios internacionales fueron el motor de la bonanza que vivió el país en el período.
En este tipo de bienes, el flete es factor clave debido al volumen a transportar, pero aún teniendo en cuenta fallas en el esquema logístico y costos, el boom de los precios suele permitir ocultar falencias que quedan al desnudo una vez desaparece la espuma, y nos encontramos con la realidad de los costos inflados respecto a nuestros competidores, como ha ocurrido a partir del descenso en los precios internacionales que se mantiene hasta hoy.
Una puesta al día en el sector se ha dado en el reciente foro de Somos Uruguay – Logística, sobre “Una logística innovadora impulsa el desarrollo del país”, en el que expusieron la presidenta del Instituto Nacional de Logística (Inalog), Cra. Ana Rey, y el secretario de Transformación Productiva y Competitividad en Transforma Uruguay, Alvaro Ons.
Al realizar su presentación sobre el papel que cumple Inalog en el sector logístico, Rey hizo hincapié en los desafíos planteados para su gestión. Expuso cifras y tendencias respecto a la problemática, y apuntó a los desafíos que se presentan en materia de innovación tecnológica que está enfrentando el sector o que deberá enfrentar si quiere ser competitivo a nivel regional e internacional.
Evaluó que las cifras son importantes, porque demuestran que hay mercado y que hay oportunidades de crecimiento para el sector, y en este contexto subrayó que las cifras del puerto de Montevideo reflejan tasas positivas incluso superiores a las del PBI local y regional y que en particular Inalog está trabajando por ejemplo para generar tránsito de mercaderías hacia el sur del Brasil y consecuentemente crecer hacia esa zona, sin descuidar posibles desarrollos con Ecuador y Bolivia.
Un aspecto que fue destacado por Rey tiene que ver con las perspectivas de crecimiento del sector servicios enfocado al transporte ferroviario, de fundamental incidencia para la viabilidad de la futura planta de UPM en el entorno de Durazno y Paso de los Toros.
Asimismo, la presidenta de Inalog evaluó que “los objetivos de desarrollo sostenible que involucran a todos los actores públicos y privados, con la ciudadanía en general, se asocian a las alianzas que el sector logístico y sus actores pueden impulsar para generar sostenibilidad sectorial, infraestructura, trabajo, crecimiento económico y educación de calidad, ampliando el hinterland de la logística en el Uruguay”.
Es cierto que el enclave estratégico de Uruguay lo posiciona como un nodo logístico muy particular en la región, sobre todo a partir de las necesidades de salida a ultramar de países como Paraguay y Bolivia, así como el extremo suroeste de Brasil, pero hay aspectos que habían quedado disimulados en gran medida por los precios de las materias primas que permitían igualmente competir con ventajas en un mundo demandante de los commodities.
Pero, la realidad indica que Uruguay se encuentra encabezando el podio de los países más caros de la región en cuanto a los costos logísticos, y a la vez lidera con holgura el ranking de los combustibles más caros de la región, factor este que tiene mucho que ver con la logística, precisamente, en la que el transporte es pieza angular del esquema.
Para que ello se dé se conjugan diversos factores, pero seguramente el más importante es el que tiene que ver con la presión fiscal sobre los carburantes, por cuanto como es sabido –y sufrido– por los uruguayos, aproximadamente la mitad del costo en el surtidor corresponde a los impuestos que aplica el Estado.
Y no es un tema que haya aparecido de repente este año, sino que viene desde hace años. En 2017, con un costo 25% más caro que en Argentina, el precio del gasoil en Uruguay era el más caro de la región y el país era el segundo con mayores costos logísticos de Latinoamérica, según un informe publicado por la consultora PwC en base a un análisis de la Asociación Latinoamericana de Logística (Alalog).
Los parámetros utilizados para establecer la comparación tienen en cuenta el valor del metro cuadrado, alquiler de depósitos, costo mensual operario en materia logística, costos de chofer, valor de lubricante por litro, costo de gasoil por litro, precio de neumáticos de camión.
Además de la incidencia del costo país, es importante el apoyo institucional en cuanto a capacitación de mano de obra y personal técnico para la logística, y en este sentido se están sumando esfuerzos, no todos coincidentes ni coordinados incluso, para los servicios de logística, y de a poco se van “llenando agujeros” en estas carencias en áreas específicas.
Entre los aportes podemos mencionar, entre otros, la licenciatura en logística en la Universidad Católica del Uruguay, y en Paysandú, por citar un ejemplo local válido, la incorporación de una opción educativa mediante un convenio de cooperación entre la UTU y el Instituto Nacional de Logística, del Polo Tecnológico Regional Norte de la UTU.
La logística, más allá de avatares, debe sustentarse en pilares como el marco legal y fiscal, la infraestructura y la educación. En nuestro país, con el paso de los años, la logística es considerada con el convencimiento de que debe enmarcarse en una política de Estado, para poner énfasis en el conocimiento de las ventajas competitivas que tenemos, pero a la vez asumir que es un mundo absolutamente dinámico, que requiere de una respuesta educativa y de personal capacitado para aprovechar las oportunidades del país, y para dar respuesta a las necesidades de los operadores.
Es sin dudas un acometimiento de mediano y largo plazo, atemporal, y en el que la capacitación es clave e involucra desarrollar profesionales para la gestión, operaciones y estrategia, de una de las disciplinas más importantes de este país, y actividades interrelacionadas, como la distribución y el transporte, en la perspectiva de la inserción local y la proyección internacional de los recursos humanos preparados con este fin.
Implica tener en cuenta que la logística involucra variados aspectos de carácter estructural y coyuntural, pero sobre todo la infraestructura perdurable y en desarrollo, que no se genera de un día para el otro, porque requiere proyectos de carácter integral y fuentes de financiación para ejecutarlos. Pero además deben trascender un período de gobierno o un escenario coyuntural, apostando a escenarios sustentables y en expectativa y posibilidades de futuro, porque los factores que hoy pueden resultar desestimulantes para la inversión mañana pueden darse a la inversa. El punto es que las acciones deben preceder a las coyunturas favorables, para estar preparados a la hora de aprovechar las oportunidades.