Destrozaron parabrisas de una pedrada sobre puente de calle Montevideo y arroyo Sacra

Momentos de tensión vivió una madre junto con sus hijos menores al ser blanco de una pedrea cuando acertaban pasar por el puente de calle Montevideo sobre el arroyo Sacra. El hecho se produjo próximo a las 18 y si bien no hubo personas lesionadas, causó daños materiales y el susto “que todavía no se va”, dijo la mujer a EL TELEGRAFO.
La familia se dirigía hacia la zona de San Félix, a visitar a un familiar. “Siempre voy por Independencia, paso el puente y llegamos sin problemas. Esta vez, como ya iba marchando por Montevideo al sur, decidí seguir por ahí. La verdad nunca pensé que fuera a pasarnos algo como esto. Llevaba la camioneta con los vidrios cerrados, porque iba con el aire prendido, y trancadas las puertas”, comenzó su relato.
Al llegar sobre el puente, fueron sorprendidos por un estruendo y a los segundos se dio cuenta de que se trataba de una pedrada en el parabrisas. “Atiné a seguir y no frenar, porque justamente es lo que los ‘pichis’ esperan que uno haga. Seguí con el parabrisas roto y mis hijos llorando”, indicó. Es más, su hijo mayor, de 12 años, quien iba en el asiento del acompañante, quedó con esquirlas de vidrio. “Por suerte no se cortó, pero en el momento del propio nerviosismo, yo no veía sí le había pasado algo o no”, comentó la mujer. En tanto, su hija de 8, que iba en la parte trasera, “también se asustó y no entendía nada”. La piedra, de gran tamaño, dio de lleno en la parte central del parabrisas, “pero fue lanzada desde mi lado, es decir del lado izquierdo del puente”. Condujo un tramo más y paró para dar cuenta de lo ocurrido a la Policía. “Fue el personal de la Comisaría Cuarta y me tomaron la denuncia. Me dijeron que eso es cosa de casi todos los días, pero que mucha gente no denuncia porque no llegan a romper nada”. No menor fue el hecho que un señor que iba detrás de la familia, a bordo de un automóvil, también resultó apedreado. “En el caso de él, la piedra pegó en la puerta del chofer. Si iba un poco más arriba, le rompía la ventanilla”, dijo la mujer.
“La ‘joda’ nos costó 6.900 pesos”, comentó la víctima sobre el dinero que debió desembolsar para el gasto que no estaba contemplado por la familia. Sobre el o los causantes del hecho, la señora indicó que no llegó a ver a nadie. “Se esconden bajo el puente y para mí usan algún tipo de honda, por la fuerza y la puntería. Por suerte no nos pasó nada a nosotros o bien yo no me apampé, porque podría haber hasta frenado mal en la curva o algo”, indicó tras el trago amargo.