La baja internacional del precio del azúcar afecta competencia en el mercado uruguayo

La baja del precio internacional del azúcar repercutió directamente en las dos empresas uruguayas, Azucarlito y ALUR, que debieron bajar el precio al público hasta casi un 30% para competir con el azúcar importado, y también entre sí. Es así que de los 45 pesos el kilo que costaba hasta hace unos meses, bajó hasta 33 pesos.
Esta situación generó una competencia hasta ahora inédita entre las dos compañías nacionales (y los importadores), ya que Azucarlito generó dos marcas secundarias con precios más bajos y ALUR decidió bajar su producto “Bella Unión” a $35 el kilo. Mientras tanto, el azúcar importada de una conocida marca de otros productos alimenticios importados es la que comenzó a ganar mercado, ya que fue la primera en salir con el precio apenas superior a los 32 pesos.

VINCULADO AL PETRÓLEO
La baja del precio internacional, está vinculada tanto a la producción de azúcar como al precio del petróleo. Brasil es el principal productor de azúcar y de etanol del mundo, y la caída del precio del barril de petróleo influye en cuanto el etanol pasa a ser menos rentable para usarlo como gasolina, por lo que se especula que los ingenios en Brasil podrían optar por producir más azúcar.
En el caso específico de Brasil, además, se da la coyuntura que el real (la moneda brasilera) bajó frente al dólar, por lo que es más negocio para los productores y los ingenios azucareros exportar azúcar, que se vende en dólares y les rinde más por temas cambiarios.
Así las cosas, y con la tonelada de azúcar refinada en el orden de los 340 dólares, el producto está costando al importador unos 11 pesos por kilo, más costos de flete, trámites de importación y el pago del 35% de arancel que tiene de recargo para defender la industria nacional. Por lo tanto, le es buen negocio al importador –al menos mientras el precio internacional esté bajo– pagar ese 35% de impuesto, envasarlo y venderlo al por menor. Por otra parte, ya hay importadores permanentes e históricos de azúcar refinada, que ingresa sin impuestos pero está destinada sola y exclusivamente a la industria alimenticia al por mayor y a granel, no al consumo directo en el almacén por kilo o fracción. Pero esos mismos importadores, habida cuenta de la baja del precio, pueden traer más azúcar destinada al consumo familiar, pagando el arancel, que es lo que está pasando actualmente, y que generó esa competencia entre los dos ingenios nacionales.