Nahuel Lemes: un premio tras otro

El festival de folclore de Cosquín se realiza desde el año 1961 en las nueve noches de la última semana de enero de cada año, y para poder participar del mismo, artistas de los más alejados lugares compiten en cerca de cincuenta sedes buscando un lugar en el certamen. Una de esas sedes es la ciudad entrerriana de Villaguay, lugar hasta el que llegó el joven músico sanducero Nahuel Lemes acompañado por Martín Arbelo en Guitarra, Rodrigo Fagúndez en el bajo y Nazareno Ruiz en batería, para presentar su propuesta artística y convertirse en uno de los ganadores del Pre-Cosquín. Ahora les toca participar en las finales en Córdoba –que se llevarán a cabo entre el 26 de enero y el 3 de febrero de 2019–, donde los ganadores de cada sede realizan una presentación a modo de ronda clasificatoria, tras la meta de actuar en el escenario mayor del festival de Cosquín, en la gran final.
No es la primera vez que Lemes, de apenas 21 años, es reconocido por su tarea. Ya en 2013 había llegado a la final en el concurso “Guitarra Negra”, y habiendo clasificado en el Pre-Cosquín del 2017, probó suerte en el renombrado festival de folclore a principios del año, no logrando pasar la etapa de la ronda clasificatoria.
“Creo que certámenes de la altura de Cosquín le permiten a uno ampliar un poco el currículum, además de conocer nuevos lugares, nuevas personas y con ello hacer nuevos contactos. Pero sobre todo he participado mucho en certámenes porque me divierte el hecho de jugar haciendo música y buscar bien adentro qué es lo mejor que uno puede dar”, comenta el músico sanducero.
En esa mezcla de apuesta y pasatiempo, también llevó su oferta musical a la “Movida Joven” de la Intendencia de Montevideo, un festival que se realiza en varios escenarios desde hace 17 años y donde puede apreciarse lo que hacen los más jóvenes en áreas tan diversas como las artes escénicas, las visuales, las literarias y las musicales. Llevado a cabo en escenarios tales como el Auditorio del Sodre, la Sala Zitarrosa o el Teatro El Galpón, Nahuel Lemes obtuvo el primer premio en la categoría canto, compartiendo ese sitial con Julia Wels y Valentina Enciso.
En su repertorio combina varios estilos y eso seguramente tiene que ver con la variedad de cosas de las que se nutre como oyente y que van desde el pop y el rock, pasando por el folclore y el tango, y llegando hasta la murga y la cumbia.
Muchas de sus canciones logran surtir efecto sobre el público pero hay una en particular como “Ella tan”, que parece tocada por la varita mágica de la inspiración y que colocándose a una cierta distancia del resto del repertorio, se muestra tan capaz de abrir las puertas de auditorios que buscan la recreación, como las de aquellos que están a la búsqueda de otras cualidades. Y dado que ya tiene título para el nuevo disco que saldrá en 2019 -“Cuestión de fe”-, es de esperar que entre sus pistas se pueda hallar una o varias de esas canciones, con ese aliento de las musas, con ese brillo.
Claro que cuando se trata de inspiración el artista no decide y más bien se deja atravesar por un algo que llega mientras navega por el territorio de la creación. Lo que sí puede incidir es el método de composición, que en el caso de Lemes, varía dependiendo de las características del trabajo a realizar.
“Cuando se trata de canciones que son para mi proyecto personal -porque a veces compongo para otras bandas que integro o para algunos amigos y colegas- utilizo la técnica de instalarme una idea en la cabeza, alguna frase que me aparece ya con música y todo, y que después la voy trabajando sin presiones, dejando que fluya. Será por eso que compongo muy poco, que hago una canción cada varios meses y la tengo rato en la vuelta hasta que sale”, confiesa.
En cuanto a si lo primero que se aparece es la música o la letra de la canción, también depende para Nahuel Lemes de cada situación particular.
“En general me vienen las dos cosas juntas, pero a veces tengo letras que son de amigos y solo me encargo de ponerles música, y también le he dado algunas letras a mi tío -Eduardo “Chito” Lemes- para que él las musicalice según sus criterios”, dice.
Desde hace un tiempo está viviendo en Montevideo, lugar donde su nombre artístico ha cambiado, y donde las posibilidades son mayores para el desarrollo de una carrera musical.
“Montevideo es para mí el punto medio entre mi hermosa y alocada Buenos Aires y mi verde y tranquila Paysandú. No es una ciudad tan caótica, por lo que es muy fácil adaptarse, pero no deja de ser un lugar que lo tiene todo como para proyectarse en cualquier cosa, no solo en el aspecto artístico. Venirme para aquí fue además, la posibilidad de empezar de nuevo. Cuando viví en Buenos Aires todo el mundo empezó a llamarme “Nahú”, que es el nombre artístico que ahora estoy usando, y me costó mucho llevar ese nombre a Paysandú, porque siempre fui el Nahuel, o el Lemes chico -dice entre risas- y aquí en Montevideo fue como reiniciar el chip, y ser el ‘yo’ que estaba buscando”.