Criminal nazi ejerció medicina en Paysandú con nombre falso

Un documento hasta ahora desconocido parece confirmar una teoría sobre la que se discute desde los años 90 y que se relaciona con un médico perseguido por crímenes de guerra en campos de concentración en Austria durante el período de dominio nazi que, fugado de Europa, ejerció su profesión bajo una identidad falsa en Paysandú.
De acuerdo a lo publicado por el diario El País, la nueva prueba habría salido a la luz gracias a la escritora uruguaya radicada en Estados Unidos Marice Ettlin Caro. La mujer –autora de un libro de reciente publicación: “La Quinta Columna Nazi en el Uruguay”– le preguntó al investigador Héctor Amuedo, también uruguayo, si tenía datos sobre el nombre falso que habría usado el médico nazi Aribert Heim durante su presunta estadía en nuestro país. Amuedo proporcionó el nombre de Enrique Klugkist y así Ettlin tenía en su poder un documento que podía echar luz sobre la vida del fugitivo.
El documento es una solicitud de ingreso a Brasil desde Uruguay, en el que además de una fotografía, se encuentra también la firma del solicitante: “Enrique Teodoro Francisco Klugkist Rosanowski”, con ciudadanía legal uruguaya, nacido en Alemania y con pasaporte renovado en 1962 y en 1964 y expedido por primera vez por la Policía de Paysandú en 1960.
Amuedo dijo que “al poder ver, por primera vez, una fotografía en primer plano del famoso Enrique Klugkist (que podría compararse con fotos conocidas de Aribert Heim mediante software de reconocimiento facial) y al mostrar su firma, cuya escritura puede ser sometida a una pericia caligráfica, se posibilita finalmente resolver el enigma de si era o no el sádico médico del campo de concentración austríaco de Mathausen”. El investigador agregó que el mérito de este hallazgo “es todo de Marice Ettlin Caro, quien buscó y halló esa documentación hasta hoy desconocida” y afirmó que la fotografía del documento tiene elementos como para determinar que el médico Enrique Klugkist era en realidad Aribert Heim.
“Si bien la foto está encandilada por un flash (lo cual no permite ver bien algunas facciones y le quita relieve al rostro), la forma poco común de los ojos oblicuos y rasgados (como asiáticos), debido a lo que se conoce como ‘doble párpado’, coincide perfectamente con los de Heim”, dijo Amuedo. “Se pueden comparar los ojos achinados de ambos rostros, la fuerte estructura ósea del cráneo, etcétera. El labio inferior del tal Klugkist aparece exageradamente ancho, como deformado, quizás fruto de una mal realizada cirugía plástica hecha con la finalidad de cambiar algunas facciones para evitar ser reconocido”, agregó.

LA VIDA EN PAYSANDÚ
El pasaje de Klugkist –el supuesto Heim– por el hospital de nuestra ciudad quedó documentado por el doctor Washington Lanterna en su libro “Debido al Pueblo, historia del hospital Hospital Galán y Rocha – H.E.L. – 1915 – 1965”, editado en el año 2005. De acuerdo al relato de Lanterna, Klugkist no ocultaba su simpatía por el nazismo, así queda en evidencia en la cita: “En el Uruguay –dijo en el año 1960– no se precisa más que un hombre. Alemania estaba como ustedes… Entonces vino el Furher y dijo: dénme cuatro años y no conocerán a Alemania. Y después de cuatro años no había pobreza, todo el mundo trabajaba, era una colmena en actividad”. Lanterna agrega que por ese entonces Kugkist “veía como posible que un régimen comunista se instalara en el país y decía que una vez que este sistema se instale, no se puede salir de él. Mirando retrospectivamente, fue un juicio errado”.
En su trabajo el médico sanducero lo describe como “un hombre alto y fuerte, de unos 60 años, aunque era difícil asegurarlo; de rostro huesudo, pómulos salientes, nariz recta y fina, la frente amplia, los labios finos y los ojos pequeños, muy expresivos, el cabello entrecano y escaso”.
También señala que su mejilla izquierda “estaba cruzada por una cicatriz vertical, que no había sido suturada con demasiada prolijidad” y especulaba con que “era el resultado de un duelo que estilaban los estudiantes alemanes, llamado Mensur, muy usado en la época Hitlerista que le tocó vivir en Alemania”.
De acuerdo al relato de Lanterna, Klugkis “fue médico del ejército durante la Segunda Guerra Mundial y relataba algunas anécdotas”. También menciona que su padre “fue un médico de importancia. Tratando de huir de Alemania oriental durante la invasión rusa el tren en que viajaba con su esposa y dos hijos fue bombardeado. Sólo él quedó con vida”. Tras ese episodio, dice, “se embarcó en Dinamarca con un grupo Menonita con destino a Paraguay”, luego de eso habría llegado a nuestro país junto a una enfermera, de nombre Margarita.
El autor también menciona que Klugkist logró la habilitación para el ejercicio de la Medicina en nuestro país al amparo de una ley creada para inmigrantes en la posguerra: “se proporcionaba la reválida a profesionales de actuación relevante. El mencionó a su padre, un médico reconocido en la Alemania de preguerra. Junto a una carta de recomendación de un profesor, fue suficiente”.

REVÁLIDA
En páginas de EL TELEGRAFO, en la edición del 13 de mayo de 1959, se daba cuenta de la obtención por parte de Klugkist de la habilitación para el ejercicio de la Medicina en su especialidad de otorrinolaringólogo. “Revalidó su título de médico el doctor Enrique Klugkist”, se titulaba el artículo en el que, además, se destacaba que el profesional ya alcanzaba una década de ejercicio en Paysandú pero en el área de la anestesiología.
Agrega el artículo que el título revalidado en Montevideo, le fue otorgado “en la facultad de Medicina de la célebre Universidad de Tubingen, en Wurtemberg, Alemania” y que por un año y medio ejerció en esa misma ciudad, desde donde luego emigró a Copenhague, para asistir a sus compatriotas refugiados en Dinamarca.
De acuerdo al artículo, Klugkist ejercería su especialidad en Paysandú en los sanatorios Modelo y Pasteur.
Lanterna da cuenta de algunos rumores que se generaron luego entorno a Klugkist, entre ellos el que podría ser el detonante de su partida desde Paysandú: “Posteriormente comenzaron a escucharse distintos tipos de comentarios como por ejemplo, que los pacientes salían de sala de operaciones con la cuenta entre los dedos del pie para que los familiares fueran a pagarla. Se dijo que una paciente judía, enferma del Dr. Sarroca, premedicación mediante, comenzó a gritar en la sala de operaciones que lo había reconocido como un médico de un campo de concentración en el que ella había estado”.
Tras esa alusión el texto del sanducero relaciona la partida del germano con “la lucha de los tupamaros y el ejército”, debido a que “le trae recuerdos de su juventud en Alemania. A la lucha armada le llamaba ‘los riesgos del comunismo’. Además, coincide la partida del Dr. Burguera, una inestimable ayuda para su trabajo de anestesista”. Al respecto indica que el profesional “en forma intempestiva vende sus propiedades y retorna a Alemania para seguir trabajando en su especialidad”. Sin embargo ya sobre el final de su relato indica sin mayores datos que Klugkist “vuelve a Paysandú años después y es recibido con gusto por los médicos, que le organizan una recepción de camaradería”.
De acuerdo al relato de Lanterna, Klugkist falleció en Andalucía, víctima de un infarto mientras se encontraba en una casa de playa propiedad del citado doctor Burguera en Alcira. Indica que fue atendido por un hijo de su amigo, “quien lo envía en avión a Alemania, donde fallece poco después”. Esta versión difiere con la que manejan los investigadores respecto al final de los días de Heim.

BUSCADO
Sobre la historia de Heim el mismo diario publicó un artículo el 10 de setiembre de 2009, en el que recuerda que en 1997 el legendario “cazador de nazis” Simon Wiesenthal escribió una carta al entonces senador del Partido Colorado Nahum Bergstein, en la que le pedía un favor muy especial: que enviara en misión confidencial a un investigador a Fray Bentos y Paysandú, porque sospechaba que un médico austríaco, criminal de guerra y en ese entonces el segundo nazi más buscado del mundo, vivía o había vivido en alguna de esas ciudades uruguayas. Su nombre completo era Aribert Ferdinand Heim. La sospecha estaba fundamentada en movimientos bancarios desde Uruguay a Austria, donde vivía una hija de Heim. Wiesenthal estaba convencido de que por lo menos hasta 1983 Heim había estado ejerciendo la medicina en Uruguay con otro nombre. Y quería saber si aún lo hacía en 1997; si se había ido o si había muerto aquí. La investigación no logró avances.
La muerte de Aribert Heim habría ocurrido en 1992, a causa de cáncer, en El Cairo, donde residía tras haberse convertido al Islam y adoptar el nombre árabe de Tarek Hussein Farid.