Ciencia hoy ¿y mañana?

En los próximos días, proyectos de liceales uruguayos recorrerán ferias internacionales de ciencia. Se trata de estudiantes de Tambores, Colonia y Migues que son responsables de proyectos científicos que participarán en Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería Intel ISEF (la competencia internacional de ciencia preuniversitaria más grande del mundo, que se realiza en Arizona) y en el World Festival (Houston, Texas).
Estos grupos de estudiantes, que ya cuentan con reconocimiento nacional a su trabajo, surgen de un programa de popularización de la ciencia y tecnología impulsado por el Ministerio de Educación y Cultura y que tiene su evento anual en las ferias departamentales y la nacional de ciencia, un semillero para jóvenes interesados en la investigación.
El programa tiene un doble aspecto positivo: interesar a la población general en los temas científicos –muchos de los cuales tienen directa relación con nuestra vida cotidiana aunque no siempre seamos conscientes de ello– y despertar y promover vocaciones y talentos en un área en la cual son pocas las personas que se especializan pero que es sumamente necesaria para el desarrollo de un país.
También en estos días se desarrolla en nuestro país el X Congreso Iberoamericano de Educación Científica-Enseñanza y Aprendizaje de las Ciencias en Debate, coordinado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y el Consejo de Formación en Educación (CFE), perteneciente a la Administración Nacional de la Educación Pública (ANEP).
En este marco, el director el director de la Cátedra de la Unesco para América Latina y el Caribe, Daniel Meziat, destacó la “preocupación” y “sensibilidad” de nuestro país en asuntos relacionados con la ciencia y enfatizó en la importancia de la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias en los diferentes niveles educativos y en la promoción del debate con el fin de contribuir a la promoción de una formación científica acorde a las necesidades de las sociedades actuales.
Por su parte, la ministra de Educación y Cultural, María Julia Muñoz, destacó la importancia de la enseñanza de la ciencia y la promoción de las investigaciones científicas en Uruguay al tiempo que valoró las estrategias que se aplican en la materia y cómo son utilizadas en el resto de las áreas. “La metodología de trabajo es clave para que existan mejores científicos”, precisó la ministra. No obstante, se puede señalar que a pesar de su importancia no es ese el único aspecto que incide en la excelencia científica sino que las condiciones de trabajo y los presupuestos repercuten en la capacidad de investigación y producción científica de un país e inciden en sus posibilidades de innovación y el desarrollo.
La investigación científica en Uruguay cuenta con el 0,4% del Producto Bruto Interno. Si bien hubo un incremento, es modesto y se aleja de la promesa electoral del 1% realizada por el actual gobierno del presidente Tabaré Vázquez.
Distintas voces se han expresado en ese sentido. Por ejemplo, el director ejecutivo del Instituto Pasteur en Uruguay, Dr. Luis Barbeito, señaló el año pasado que el presupuesto disponible “no alcanza para cubrir las nuevas necesidades del sistema científico y es así como decenas de egresados no tienen trabajo; estudiantes que hicieron sus doctorados y maestrías acá, hoy están en la calle, si no es que emigraron, porque la fuga de cerebros formados en Uruguay y con un promedio de 23 años de edad sigue creciendo y sin miras de un retorno al país”.
¿Cuál es el panorama de investigación en Uruguay? Según datos divulgados este mes por el MEC en base a un mapeo de instituciones y actividades de investigación, realizado por la Dirección para el Desarrollo de la Ciencia y el Conocimiento (D2C2), existen 43 instituciones públicas y privadas que realizan investigación y, en conjunto, suman 934 unidades de investigación.
De ese total, 20 pertenecen al gobierno, 15 son organizaciones privadas sin fines de lucro y 8 son del sector de la educación superior. El 82% de las unidades de investigación se encuentran en Montevideo (767) y apenas un 18% en el Interior (se destaca la ausencia de investigación en los departamentos de Artigas, Flores, Florida, Lavalleja y Soriano). A su vez, la mayoría están en la órbita de la educación superior siendo la Universidad de la República la que tiene más unidades, el 66% del total, y es la principal fuente de producción científica del país.
Actualmente 1.700 investigadores uruguayos que en su mayoría trabajan en la Udelar, el Instituto Clemente Estable, Instituto Pasteur o el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria forman parte del Sistema Nacional de Investigadores creado por la Agencia Nacional de Investigadores (ANII) que destina recursos a proyectos de distintas áreas, lo que ha permitido alguno hitos en el panorama científico de un pequeño país como el nuestro, como por ejemplo, superar las 1.000 publicaciones de trabajos científicos anuales.
La radicación de núcleos de investigación en el interior asociados a denominados Polos de Desarrollo Universitario de la Udelar –de los cuales existen varios en Paysandú- en el marco de la descentralización encarada por esta universidad en los últimos años, así como la incorporación de la UTEC a la enseñanza superior, han contribuido a asentar científicos en el interior generando la masa crítica necesaria para investigación básica pero también para temas asociados a las dinámicas locales y el sector productivo.
Esto constituye un aporte valioso y necesario, habiendo favorecido también el retorno de investigadores uruguayos que estaban radicados en el exterior.
A pesar de todo ello, diferentes voces de la ciencia uruguaya han expresado que para que el crecimiento reciente de la actividad del sector no se frene, es necesario mayor presupuesto e inversiones que permitan formar más estudiantes de posgrados, estadías formativas en instituciones del exterior y mejores oportunidades laborales en el país.
También se necesitan compromisos y políticas de largo plazo, además de evitar la fragmentación de esfuerzos. Empero los avances realizados en comparación con la situación de décadas anteriores, el desarrollo de la ciencia nacional ha sido un tema que si bien está presente en el discurso de nuestros gobernantes y políticos ha tenido una asignación de presupuesto que ha estado signada por la insuficiencia de recursos. No es un tema menor teniendo en cuenta que la capacidad de innovación de un país generalmente determina su potencial de desarrollo y crecimiento. En tiempos preelectorales y de propuestas de agendas, conviene tenerlo presente.