Enviaron a la cárcel a conductor que chocó a motociclista y se fugó

Una de las últimas fotos de José Pedro Ribal Chinazo junto a su esposa Ana y sus hijas Lisbet, Valentina y Delfina.

La Justicia procesó con prisión a un hombre de 29 años que en 2016 protagonizó un accidente que le terminó costando la vida a José Pedro Ribal Chinazzo. La víctima, de 35 años al momento del hecho, estuvo dos años en estado vegetativo y requería cuidados diarios que asumieron su esposa e hijas.
El 10 de diciembre de 2016, personal de la Comisaría Primera concurrió a las inmediaciones de José Pedro Varela y Chain donde se encontraba un motociclista lesionado. En el llamado, recepcionado a través del servicio telefónico 911, se indicó que el mismo estaba inconsciente y que el otro involucrado, que también circulaba en moto, se había fugado del lugar. En la escena, Ribal Chinazzo fue encontrado gravemente herido, caído boca arriba en una cuneta. A pocos metros, estaba la motocicleta Yumbo 125 cc, con matrícula de Paysandú, en la que éste se desplazaba a trabajar rumbo a Paycueros.
El hombre fue asistido rápidamente por personal médico y trasladado al servicio de emergencias de Comepa donde le diagnosticaron “politraumatizado grave”.
En tanto, el otro involucrado, se dirigió a la casa de un amiga a quien le contó lo ocurrido. Gracias al aporte de testigos que vieron cuando éste ingresó en la vivienda, los uniformados encontraron la motocicleta estacionada en la vereda y pidieron para entrar. Al verlo herido, fue trasladado hacia el Hospital Escuela del Litoral.
Indagado, J.C.O., dijo que circulaba por Varela al norte cuando, al llegar a Chain, no vio que por ésta al oeste lo hacía otro motociclista con el que entró en colisión. Ambos cayeron al pavimento pero una vez que logró reincorporarse, se retiró del lugar. La prueba de espirometría que se le practicó dio positivo y las actuaciones continuaron a nivel de la Justicia.
Con el fallecimiento de Ribal Chinazzo, ocurrida el 13 de noviembre del año pasado, hubo cambio en la carátula del caso que fue investigado con base en el código penal anterior. Elevadas las actuaciones, se resolvió el procesamiento con prisión de J.C.O., por “un delito de homicidio culpable”.

Dos años de angustia

Con un poco alivio porque finalmente se hizo justicia, pero con la certeza que eso no le devolverá a su compañero de vida, Ana Cucaro, contó a EL TELEGRAFO lo difícil que fueron estos años de lucha. Con la voz entrecortada dijo que sigue adelante, luchando cada día, por la familia que formó con José Pedro. “Tenemos tres hijas, Lizet de 19 años que el crió como padre desde los dos, Victoria de 11 y Delfina, la bebé de la casa, de 5. Cada día se nos hace difícil y no hay uno en que no lo lloremos, pero sabemos que dimos lo mejor que pudimos para cuidarlo y amarlo mientras estuvo con nosotras”. José Pedro estuvo dos meses en CTI y luego tres más en sala intermedia. “Después nos lo trajimos para casa. Aprendimos de un momento al otro a atenderlo, a cuidarlo, a alimentarlo por sonda. Todos los días lo hacíamos con amor”, comentó.
Juntos desde hacía 17 años, Ana recuerda de la mejor manera a su compañero, pero no deja de quedar pasmada cuando debe evocar el fatídico día que les cambió todo, desde la rutina hasta la forma de pensar.
“Esa mañana del 10 de diciembre, mi esposo nos dio un beso a cada una y se fue a trabajar a Paycueros. Era una persona correcta, atenta y responsable. Cuando iba por Varela y Chain se le cruzó un amanecido, que venía alcoholizado, en una moto tipo cross. Chocaron y mi esposo quedó muy herido tirado en el suelo. Pero este tipo no mostró ningún tipo de empatía. Se levantó, agarró la moto y se fue, aún escuchando que una vecina le dijo ‘Tengo anotada tu matrícula’. No le pasó nada por la cabeza, no pensó que se iba sin asistir a una persona grave. Se fugó”, recordó.
Con el diagnóstico médico comenzó el periplo para la familia de José Pedro. “Cuando lo tuvimos en casa tratamos siempre de darle lo mejor”, indicó. Incluso, Ana tiene una fotografía en su Facebook en que las pequeñas Victoria y Delfina hicieron un cartel para su padre deseándole un feliz día.
Mientras la tarea de cuidados se intensificaba, sumado al desgaste anímico que conlleva, Ana se enteró que el caso había sido cerrado. “Mi abogado me contó que habían cerrado el caso sin ninguna resolución. Casi me vuelvo loca. Había allegados que me mostraban cómo la persona que chocó a mi esposo vacacionaba en Brasil, tenía una vida social normal y yo no entendía por qué no le habían puesto siquiera una restricción de salida del país. Nunca se acercó ni como ser humano a preguntar por José Pedro, si necesitaba algo, nada. Siguió con su vida como si nada”, comentó.
En tanto, la batalla librada por el abogado logró que una nueva jueza reabriera la investigación. “Mandaron la forense a casa para que viera como estaba mi esposo, se hicieron otras pruebas y finalmente mi abogado me dijo que habían procesado con prisión a este hombre. La espera fue dura porque parecía que nos cerraban puertas de todos lados. Pero hubo gente que siempre nos alentó a seguir, los compañeros de trabajo de Paycueros que nos acercaban una colecta que cada mes levantaban por José Pedro y muchos otros. Sabemos que no lo tenemos más con nosotros, aunque conservamos sus cenizas en casa, pero también sentimos un alivio porque se hizo justicia y quien tenía que pagar está preso”, dijo Ana Cucaro, esposa del fallecido.