La arenga no alcanza

En un discurso brindado en el lugar correcto y adecuado para tal fin –el Parlamento–, el presidente argentino Mauricio Macri se plantó ayer para defender su política de austeridad en el discurso del estado de la nación, en medio de la crisis económica que tiene a sus ciudadanos sumamente inquietos. Y por estos lados, también, por supuesto.
El mandatario de Argentina habló en términos de campaña electoral, que al igual que en Uruguay en los últimos meses del año tendrá que votar quién será el nuevo presidente o si se produce una reelección. Sin embargo, más allá de un discurso en el que bien pudo hacer en un acto de masas, se pronunció en el ámbito parlamentario, como suele suceder en los países que ofrecen este tipo de rendición de cuentas.
Acá en Uruguay, se hizo este mismo speech ayer en el Antel Arena, con Tabaré Vázquez a la cabeza y toda la parafernalia frenteamplista. Una movida totalmente política partidaria, sin importar que el presidente representa a todos los uruguayos, no solo a un sector. Pero desde un tiempo a esta parte, nuestro gobierno nos tiene acostumbrado a ver cómo pasan por encima las formas. La movida fue claramente en contra de la Constitución en momentos que se necesitan con urgencia señales de republicanismo.
En cambio, Macri habló en medio de un clima de confrontación, con las ovaciones de sus legisladores por un lado y los abucheos de la oposición por otro, que portaba carteles como “Hay Otro Camino” o “Macri fuera ya”. Eso sí, en un tono vehemente, el mandatario argentino apeló a la arenga y por momentos habló a los gritos y de modo desencajado. Quizá no sea lo más civilizado ese ambiente más de hinchada de fútbol que de un foro parlamentario, pero por lo menos Macri dio la cara frente a los que lo odian.
Macri la tiene complicada para volver a ganar en octubre aunque como dicen algunos analistas, lo mejor que le puede pasar es que Cristina Fernández de Kirchner vuelva a presentarse como candidata a la presidencia. El rechazo que genera la señora, bien puede beneficiar una reelección del extitular de Boca Juniors. La viuda de Néstor Kirchner no tendría impedimento de dar ese paso gracias a los fueros parlamentarios; de otra manera estaría en la cárcel, bien merecida por cierto.
El panorama que afronta Macri es grave y según un reciente análisis de The Wall Street Journal, el presidente no podría finalizar su mandato, sobre todo porque subestimó la magnitud de los problemas que le dejó su predecesora; sí, Cristina Fernández. El agujero fue grande pero Macri demoró en tomar recaudos, cuando los hizo no surtieron efecto y además está adoleciendo de una falta de cintura tremenda para acometer cualquier situación que se le presenta.
Bajo el título “La inflación acecha a Macri en la Argentina”, la analista Mary Anastasia O’Grady publicó en ese periódico un duro análisis de la situación político-económica que vive el gobierno de Macri y las tensiones con el peronismo. Advierte que “no hay certeza” de que el presidente pueda concluir su mandato, “debido a que subestimó la magnitud de los problemas que heredó” de Cristina Fernández.
Para la pluma de The Wall Street Journal los gobiernos kirchneristas “dejaron al país en la quiebra, tanto institucional como financiera”, a la vez que puso en duda la política gradualista de Macri. “Está jugando con fuego”, señaló. Además, O’Grady subrayó que Macri no está cumpliendo con sus promesas electorales de bajar la inflación e impulsar el crecimiento económico. “En este punto está atrasado y corre el riesgo de que se le acabe el tiempo”. “La inflación acecha a Macri en Argentina. Los peronistas esperan terminar su presidencia prematuramente. Bien podrían lograrlo”, advirtió la columnista.
La inflación acumula un 50% interanual, la pobreza crece, cierran fábricas y comercios y hubo casi 200.000 asalariados despedidos en 2018, según cifras oficiales. Una de las mayores encuestadoras del país, Poliarquía, acaba de revelar que 64% de personas desaprueba la gestión de Macri. De cualquier modo, nadie sabe si la mayor rival de Macri en los sondeos, Cristina Fernández de Kirchner, presentará su candidatura. Por ahora la justicia la tiene acorralada con más de una decena de casos por corrupción.
Macri dijo ayer que se encuentran “en el camino correcto”. Pero la arenga no alcanza. Lo saben bien los argentinos muy dados a los alientos de hinchada. Se necesita algo más certero. Más si se sabe que las finanzas del país caminan de la mano de un respirador llamado Fondo Monetario Internacional (FMI), que le presta 57.000 millones de dólares entre 2018 y 2021. A cambio de un plan de ajuste, donde la emisión monetaria se acotó. Nada es gratis. Como consecuencia, los salarios perdieron 18% frente a la inflación el año pasado, según el ente oficial Indec.
El presidente argentino anunció en su discurso algunas medidas para paliar la situación a nivel de la población, como el aumento en un 46% en la asignación por hijo a familias pobres. Pero sigue dependiendo en demasía, como suele suceder en nuestros países, en los millones de dólares que puedan ingresar por las exportaciones de soja, maíz u otras materias primas. Potencial hay en Argentina. Pero parecen empeñados en no sacar cabeza de una buena vez.