“No puede decirse que no hay contaminación en la zona industrial; no hubo adecuados controles”

“Es realmente preocupante que un gobernante departamental, por sí o por sus directores, insista en negar la contaminación en el terreno de la antigua Paylana, así como en el entorno del mismo, cuando no se ha podido comprobar tal extremo, y cuando toda la biblioteca al respecto alerta que es más que probable que sí haya contaminación, en suelo y aire”.
Así se expresó el edil departamental José Pedro Illia, quien desde hacer cierto tiempo viene tratando el tema “como edil pero también porque me intereso en el medio ambiente y en las personas que deben vivir bajo determinadas condiciones que pueden no ser las mejores”.
Recordó que “el derecho a un ambiente sano está elevado a derecho humano” e hizo especial hincapié en que “aunque alegremente algunos colegas parecen hacer caso omiso el edil departamental tiene la obligación de velar por la salud de los ciudadanos del departamento en que actúa. La ley 9.515 de 1935 así lo establece; el artículo 37 de la Constitución también establece el cuidado del medio ambiente como de interés general. No podemos ninguno de los ediles hacer caso omiso a estas obligaciones legales. Realmente defender el medio ambiente y la salud de los habitantes es una de nuestras obligaciones”.
“He leído con preocupación como el varias ediciones de EL TELEGRAFO autoridades del Ejecutivo expresan las acciones que llevan adelante en ese lugar, incluyendo la adjudicación de terrenos para viviendas. Voté en contra cuando se pidió la anuencia porque es muy evidente que en una zona donde no puede negarse la contaminación se construyan viviendas. Claro, no es algo que resulte en consecuencias para la salud mientras esté esta Administración; pero el futuro llega siempre. Y golpea”, aseguró Illia.
“Seamos claros: en pocas partes del mundo se permite la construcción de viviendas frente a una curtiembre, porque el cromo, los ácidos que utilizan en el curtido de los cueros contamina y mucho. Incluso –lo que no dudo– cuando se cumplen con todos los protocolos”, expresó. Aseguró que tras pedir por la ley de acceso a la información pública información, accedió al oficio 725/2018 “donde textualmente se dice que ‘el aparato que controla la calidad del aire en la zona industrial está roto desde el año 2010’. Nunca más se arregló. Así que no puede decirse –como se ha dicho– que la calidad del aire es apta para la vida humana cuando nunca se pudo medir el aire que se respira”.
“Lo que refiere al contralor de la calidad del suelo es algo increíble. Al laboratorio Lain se le llevó una muestra de tierra, la que fue estudiada. Pero el propio laboratorio deja en claro que no pudo realizar por sus técnicos el retiro de la misma, lo que hubiera dado seguridades, por el protocolo que debe seguirse. Se dice que el suelo no está contaminado. Bueno, el suelo de esa muestra de tierra no lo está. Pero el de la zona fabril bien puede estarlo. No se le dio la oportunidad a los profesionales que sacaran por sí las muestras. ¿Por qué? La respuesta puede ser evidente”, reflexionó el edil del Partido Nacional.