Pequeños empresarios reclaman por altos costos de inclusión financiera

Tanto los empresarios del Interior nucleados en la Confederación Empresarial del Uruguay (CEDU), como los pequeños empresarios capitalinos que integran Cambadu (Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas y Afines del Uruguay) se manifiestan contrarios a la postura “abusiva” de tarjetas de crédito y a la forma en que se ha instrumentado la inclusión financiera.
En este sentido el presidente de la gremial capitalina, Daniel Fernández, indicó que su institución “no está contra la inclusión financiera, sí contra el abuso dominante de los sellos de las tarjetas que nos ‘matan’ con lo que cobran”.
Consideró que “Uruguay es el país más caro del mundo en cuanto a intereses de las tarjetas; lo que pedimos es igualdad de condiciones. Seguimos peleando con esto, aún no lo hemos logrado. Hemos pedido la prolijidad de las liquidaciones, que nos lleguen en tiempo y forma. En el caso del sello Master Card le ha pasado por arriba a ordenanzas del Ministerio de Economía y Finanzas”.
En cuanto a la relación con el comercio del Interior, el presidente de Cambadu evaluó que la gremial trabaja en conjunto con las gremiales de cada departamento, teniendo en cuenta que los empresarios están nucleados por regla general en los respectivos centros comerciales.
“De todas maneras trabajamos en conjunto, vamos a dar charlas, los invitamos a eventos, pero su territorio lo maneja el centro comercial local. Somos socios, pero no hay compromisos ni vinculación económica”, explicó.

RECLAMOS DESDE CEDU

Desde CEDU, en tanto, se dio a conocer una carta abierta en la que se hace referencia a la difícil problemática comercial y empresarial en general que se vive en el Interior, además de cuestionarse la entrada en vigencia del Decreto 127/014 que establece condiciones respecto a prevención y salud en el trabajo que harán incrementar sustancialmente los costos de las pequeñas empresas.
Indica la confederación que hasta el momento han resultado vanos los reclamos realizados para que “las obligaciones burocráticas no ahoguen el funcionamiento de las empresas”.
Señala CEDU que “hoy la realidad de nuestro país indica que de manera gradual, sin interrupciones, y día tras día, se reducen o incluso se cierran más empresas, incrementando la desocupación, diezmando la economía y deteriorando gravemente el entramado social en el interior del país. Las principales razones de este fenómeno son varias y están a la vista, pues cada vez de parte del Estado se nos imponen más exigencias, más responsabilidades y más obligaciones burocráticas ajenas a nuestro quehacer”.
Agrega que “nos siguen sumando de manera forzada actores financieros y tecnológicos externos, a los cuales también inadmisiblemente debemos sustentar a costa de nuestro trabajo. Estos aspectos se suman a un informalismo que en lugar de disminuir aumenta, y del contrabando que lejos de ser erradicado cada vez da más réditos, y no solo económico sino también por la impunidad con la que se manejan ante la total ausencia del Estado en los controles y en la aplicación de las normas”.
“Al capital que produce este flagelo alguien lo maneja, lo hace circular y también lo blanquea a la vista de todos, y son estas prácticas las que provocan el deterioro y menoscabo de los pequeños comercios de cercanía, generando una iniquidad incomprensible, tan inaceptable e injusta que compromete su viabilidad. Y como si esto fuera poco, estamos padeciendo una inseguridad que no se detiene, y ocasiona el aumento de costos y riesgos”, agrega.
“Tenemos un Estado omiso al control del contrabando y el lavado de activos, y por otro lado exhibe un celo casi destructivo, extremo, a la hora de controlar a las pymes legalmente establecidas, incursionando en una peligrosísima dinámica de ley de mínimo esfuerzo, ya que todos sabemos que es más fácil controlar las empresas inscriptas que investigar el contrabando”, subraya CEDU.
Directivos de la confederación a su vez subrayaron que el negocio formal se ve deteriorado y disminuido “y entonces ya no se está mirando si el negocio es más o menos rentable sino si es viable. Porque el Estado sigue imponiendo cosas tecnológicas financieras forzadas de las que se tiene que hacer cargo el comercio”, refiriéndose a la “bancarización, la facturación electrónica, lo que hace que el comercio chico haga números y no le cierren las cuentas”.
Asimismo ello lleva a que “mucha gente se está bajando del sistema y hay que concluir en que el comerciante chico tiene demasiadas exigencias del Estado que son más burocráticas que otra cosa y que obliga a tomar más personal administrativo que se ocupe del control de todo eso, que lleva a que se nos controle más mediante el incremento de costos fijos que se van agregando, lo cual para el comercio chico es inviable”.