En la Isla Rey Jorge, en el territorio antártico, donde se encuentra la Base Antártica Artigas, se realizó la celebración del Solsticio de Invierno o Mid Winter, que marca la noche polar más larga, uno de los eventos más significativos para los integrantes de las diferentes bases que se encuentran en la Antártida, aun cuando un campeonato de actividades deportivas y recreativas que se desarrolla en la base chilena fue suspendido en la víspera, por los fuertes vientos.
La Base Científica Antártica Artigas en invierno tiene una dotación de nueve efectivos, comandados por el coronel José Carlos Fonseca, con quien dialogó por teléfono satelital EL TELEGRAFO.
Integran la base, junto al jefe un jefe logístico, un encargado de generación eléctrica, un buzo, dos operadores, un cocinero, un mecánico y un médico, Claudia Bueno, de Young.
El coronel Fonseca indicó que “ha estado nevando pero no en la proporción que esperábamos a la entrada del invierno. Sí hay mucho viento, fuerte, de entre 47 y 48 nudos, unos 100 km/h, lo que hace bajar notoriamente la sensación térmica. En realidad, la temperatura real ha sido de entre 7 y 10 grados bajo cero, pero la sensación térmica llegó a 33 grados bajo cero”.
Debido al fuerte viento, “las actividades previstas para desarrollarse en la base chilena, deportivas y recreativas, que comenzaron el jueves, hoy (por ayer viernes) debieron suspenderse y el sábado se esperan sean culminadas”, agregó Fonseca.
Tras “el cierre de la campaña de verano en mayo, la dotación que permanece en invierno, tenemos la misión de mantener las instalaciones en condiciones, preparando también dentro de lo posible las condiciones para el próximo verano”.
Aun cuando no hay actualmente grupos científicos, sí se llevan adelante dos investigaciones “que nos utilizan a nosotros mismos, los que estamos en la Base, como objeto de investigación”.
Desde que en el polo sur geográfico el día dura 6 meses y la noche los otros 6 meses, porque el eje de rotación de la Tierra está inclinado con respecto al plano de la órbita de la Tierra alrededor del Sol, “se estudia la incidencia de la escasez de luz en invierno y la permanencia durante el verano, en lo que tiene que ver con dos aspectos. Por un lado cómo afecta la provisión de vitamina D (esencial para el metabolismo del calcio y la mineralización del hueso) y por otro de la melatonina (una hormona cuya concentración en el cuerpo varía precisamente debido al ciclo diurno/nocturno)”, destacó el jefe de la base antártica uruguaya.
“Se estudia por un lado cómo afecta al suelo, a los organismos y por otro a nosotros mismos, aun cuando estemos durmiendo. Cómo es posible que reaccionemos de manera diferente en este ambiente tan particular”.
Asimismo, uno de los logros científicos recientes “que llenan de orgullo, que hacen fuerte la garra charrúa”, expresó el coronel Fonseca, es “la creación de paneles fotovoltaicos, de células fotoelétricas a partir de algas marinas y de la pigmentación de la flor de ceibo. Nosotros tenemos la misión de controlarlos aquí en la Base”.
Un grupo de investigadores de Facultad de Ciencias, encabezados por Fernanda Cerdá, son los autores del estudio de pigmentos producidos por algas rojas de la Antártida para la generación de energía eléctrica. “La investigación permitiría el armado de paneles solares especiales que se colocan dentro de las habitaciones o en las ventanas, mostrándose como vitrales de colores”.
En la Base Artigas “tenemos dos pequeños paneles, que tienen un rendimiento superior a los fotovoltaicos hechos con otros elementos artificiales”, aseguró el coronel.
Aunque lejos de la patria, siguen de cerca los mismos temas de interés de sus connacionales en el territorio uruguayo, caso de la Copa América. “Tenemos acceso a las telecomunicaciones a través de una red satelital de Antel; tenemos la mejor conexión wifi. En ese sentido nos podemos sentir orgullosos, como lo reconocen las bases cercanas, como la chilena, la rusa y la coreana. En ese sentido, tenemos excelente nivel de comunicación”.
