El Liceo Nº2 de Paysandú “Pivel Devoto” realizó el acto de fin de año en el que otorgaron diplomas a estudiantes con la finalidad de reconocer los esfuerzos de asistencia a clase con Cero Falta. En ese sentido este año fueron destacados Rodrigo Elizondo (del año 1º 2), Valentina Balderramos (1º 6) y Brisa Montaña (2º 2).
Si bien en Uruguay la educación media –que comprende de primer año a tercero de liceo– es pública, gratuita y obligatoria, también es real que no todos los estudiantes tienen las mismas facilidades a la hora de acceder a los centros educativos, ya sea por cuestiones familiares, lugar de residencia o por razones de corte estructural. Por esto es importante destacar la historia de uno de los estudiantes reconocidos por el liceo Nº2 como estudiante “0 falta”.
El caso de Rodrigo, que concurre a primero con 13 años de edad, quien vive en el paraje Costas del San Francisco, a 30 kilómetros de la ciudad de Paysandú. Al hablar con él contó sobre las largas caminatas para tomar un ómnibus y llegar al liceo. Destaca el apoyo familiar que tuvo para poder seguir estudiando, que sin ese sustento no hubiera sido lo mismo. Actualmente se mudó momentáneamente con su madre y hermano más cerca de la institución educativa, y aunque expresa que el primer año fue muy difícil poder asistir a pesar de eso fue un estudiante “0 Faltas”.
“Es importante poder venir, y no faltar” dijo Rodrigo al Diario EL TELEGRAFO, dejando claro que a pesar de tener limitaciones es importante la persistencia.
Igualar oportunidades
Existen esfuerzos de parte del Consejo de Educación Secundaria en pro de igualar oportunidades entre los estudiantes en lo que refiere al acceso a la educación media y no discreción estudiantil en la misma, como por ejemplo el acompañamiento de diferentes profesionales desde los equipos multidisciplinarios liceales con la presencia de psicólogas/os, trabajadoras/es sociales, entre otros.
También existen programas como “Tránsito educativo” cuyo objetivo es abordar los riesgos de desvinculación de los adolescentes del sistema educativo en su pasaje de Primaria a Secundaria. Así como también los esfuerzos de producir más instituciones educativas en diferentes puntos del territorio nacional, pero aun existen brechas que no quedan saldadas.
En el caso del Liceo 2, se suma este reconocimiento establecido por decisión institucional que busca destacar a los estudiantes que no tienen faltas y premiar el esfuerzo que hacen para estar allí. La historia de Rodrigo refleja la de muchos otros jóvenes quienes además de vivir el tránsito educativo de la escuela al liceo –el cual para muchos puede ser dificultoso– se les suma transversalmente la dificultad de que por el hecho de vivir lejos de los conglomerados de población deben atravesar el desafío de llegar a la institución educativa que se encuentra lejos de sus hogares.
