Un intenso operativo fue desplegado por personal de Prefectura, Guardavidas, Policía y particulares a fin de localizar a una joven de 19 años que perdió pie cuando se adentró a las aguas del río Uruguay y desapareció de la superficie, en la Zona B del Balneario, según denunció un adolescente. Datos primarios recabados por EL TELEGRAFO permitieron saber que Melina Casas, oriunda de la zona de Zárate, Buenos Aires, había concurrido a la playa con su hermano.
Estaban cerca del agua, en la zona cercana al parador, cuando en determinado momento ambos entraron al agua para refrescarse. Según dijo el muchacho, lo hicieron tomados de la mano hasta que la joven se soltó para dirigirse hacia una de las boyas indicadoras. En esos minutos, éste la descuidó de su vista y al girar para verla, se había perdido bajo el agua. Pensó que se trataba de una inmersión sin ningún inconveniente por lo que retornó hacia la arena. Pasaron unos pocos minutos cuando notó que Casas no salió, por lo que pidió ayuda a los guardavidas que estaban apostados a pocos metros.
De inmediato, se dio aviso de lo ocurrido a Prefectura, que “peinó” la zona en un gomón. Pese a los esfuerzos, no la encontraron, por lo que particulares tomaron la decisión hacer una cadena humana e ir caminando desde varios metros hacia la zona donde fue vista por última vez. La desesperación también se vivió desde la orilla donde personal de Prefectura y otros paseantes contenían al hermano de la joven, que se encontraba en estado de shock. El muchacho contó que su hermana había llegado hace pocos días para pasar unas vacaciones en casa de su abuela en nuestra ciudad.
La búsqueda continuó hasta casi la medianoche, pero la falta de luz natural dificultó la tarea, pese a que con un reflector y linternas de mano continuaron observando la zona. Al cierre de nuestra edición, pasada la 1, aún no había novedades. De igual forma fue avisado del hecho el cónsul de Argentina en nuestro departamento, Nicolás Domingo, quien de inmediato se puso a la orden.
El agua del río Uruguay es sumamente turbia debido a la tierra rojiza en suspensión que trae desde Brasil. Por ese motivo aún cuando el río está limpio resulta casi imposible localizar una persona apenas sumergida incluso a distancias tan cortas como a un metro del observador.
Y si bien ayer el río apenas corría debido que estaba relativamente bajo –1,42 metros sobre el cero del puerto de Paysandú–, de hecho es suficiente para arrastrar un cuerpo sumergido, haciendo difícil su ubicación.
Además, otro aspecto fundamental es que sobre el agua no hay referencias físicas de lugar, por lo que se pierde la noción del lugar exacto donde se encontraba la persona apenas se pierde de vista.
