Autopsia determinó que Aguilar Rodríguez fue asesinado de cinco balazos por “Alambre” Arguet

Durante la audiencia, “Alambre” Arguet bostezó en varias ocasiones y se mantuvo sin mostrar signos de arrepentimiento.

La Justicia encarceló a un hombre de 22 años que hallado responsable del asesinato de Julio Alberto Aguilar Rodríguez, que fue ultimado de cinco balazos en la noche del domingo. Al homicida, conocido como “Alambre” Arguet, se le comprobaron además otros delitos vinculados al porte de arma de fuego, de la cual no pudo acreditar su propiedad, y el hurto una motocicleta cometido días atrás.
De acuerdo a información obtenida por EL TELEGRAFO, próximo a las 21 del domingo, ingresó un llamado al 911 local en que una señora daba cuenta que había escuchado –al menos– cinco detonaciones similares a las cometidas con un arma de fuego. Dijo que al asomarse por la ventana de su casa vio un hombre caído en la vereda, de costado, pero que no se animaba a salir. Este relato fue luego corroborado con el de otros vecinos que aportaron otros elementos que permitieron vincular a la escena del hecho a “Alambre” Arguet, que fue visto con un arma de fuego en la mano y a pocos metros de donde estaba el herido.
Desde el Centro de Comando Unificado Departamental se implementó un rápido operativo con móviles de la Comisaría Segunda –por tratarse de su jurisdicción– y del Grupo de Respuesta Táctica que pusieron como punto de encuentro la zona de Entre Ríos y avenida Soriano. Desde allí se dirigieron hacia Marote de Raña y Carlos Albo donde hallaron a un hombre caído en un charco de sangre. Al ver que tenía escasos signos vitales y una hemorragia importante en boca y oídos, se resolvió trasladarlo en un patrullero hacia el servicio de urgencias del hospital Escuela del Litoral donde informaron de su deceso.

EJECUCIÓN EN EL SUELO

De la investigación realizada por personal de la Unidad de Investigaciones y Fiscalía se pudo saber que entre Aguilar y Arguet había recurrentes problemas. Incluso el ahora fallecido llegó a decirle a un conocido suyo –del barrio Tatuses Sur– que “el Alambre” lo tenía amenazado pero que era “por lo de siempre”, haciendo alusión al consumo y o venta de droga.
La noche del hecho, los hombres se encontraron en la calle, ocasión en que Aguilar estaba por consumir estupefacientes que adquiría en una boca de venta cercana. Mantuvieron un fuerte cruce de palabras, con amenazas de por medio, y Arguet Desiderio, junto a otro secuaz, comenzó a correr a su rival. Habrían recorrido aproximadamente una cuadra, desde Marote de Raña y Liberad, cuando –tras doblar por Carlos Albo– “Alambre” efectuó los primeros disparos que dieron en la parte posterior de las piernas de Aguilar, heridas características en el código que utilizan los “tranzas”, es decir consumidores y vendedores de droga de bajo nivel.
A consecuencia de los gritos de dolor de la víctima, fueron varios vecinos que notaron que algo estaba ocurriendo. De inmediato se oyeron otras detonaciones que fueron hechas por Arguet a corta distancia, a modo de ejecución, cuando Aguilar ya se encontraba caído y herido. Al asomarse a la calle, testigos vieron que había dos sujetos parados a pocos metros del herido, identificándose a uno de ellos como Marcel Sebastián Arguet Desiderio, poseedor de antecedentes penales por hurto e integrante de la familia que durante años estuvo conectada con la famosa Mafia del Río: Pedro Miguel “el Oveja” Arguet, asesinado en 2006, y Julio César Romero Arguet –conocido como “el Pichulo”– que apareció ejecutado en julio de 2019.
En tanto, con la autopsia practicada a Aguilar se comprobó que había sido víctima de cinco balazos, tres de ellos en la zona alta del cuerpo (uno con ingreso en la axila izquierda), que ingresaron en la cavidad toráxica, y otros en sus piernas, de donde se recuperaron dos proyectiles.

DETENCIÓN DE “ALAMBRE”

En el marco de la investigación, se libró orden para allanar la casa de una cuñada de “Alambre” Arguet, ubicada en las cercanías del lugar del homicidio, donde se presumía que estaba oculto.
Efectivos de la Policía local se dirigieron al lugar y lograron detener al sospechoso, así como incautar un revólver Galand calibre .22, que es compatible con el usado para dar muerte a Aguilar. En tanto, escondidas en una pila de cerámicos para piso, en una habitación contigua, se recogieron tres cartuchos de calibre .22 y .32. En primera instancia las testigos del allanamiento fueron detenidas y puestas a disposición de Fiscalía pero, al reconocerse que el arma y los cartuchos eran de Arguet, fueron luego liberadas.
En tanto se supo que “Alambre” Arguet había sido identificado como el conductor de una motocicleta que fuera recuperada por la Policía y figuraba como hurtada desde comienzos de febrero. En esa instancia, personal del PADO –que estaba de recorrido por el barrio Tatuses Sur– avistó a dos sujetos en una motocicleta Yumbo City sin chapa matrícula. Al notar cierta actitud sospechosa, los uniformados les dieron la voz de alto pero éstos se fugaron hacia una zona de estrechos pasillos donde se les dio seguimiento.
Durante la huida, quien viajaba como acompañante se tiró de la moto y se metió en el patio de una finca. El conductor siguió unas cuadras y perdió el dominio del rodado. Una vez en el suelo, se incorporó –para no ser detenido– y se fue corriendo. Sin embargo, los policías lograron identificarlo como “Alambre” Arguet Desiderio.
Ante la presencia de pruebas recabadas, la fiscal Estela Long le solicitó a la doctora Gabriela Azpiroz, jueza penal de Octavo Turno, que se formalizara a Marcel Sebastián Arguet Desiderio por “un delito de homicidio, un delito de porte de arma por reincidente en concurrencia formal, con un delito de tenencia ilícita de arma de fuego, y un delito de receptación, todos en reiteración real”, imponiéndose la pena de 180 días de prisión preventiva, recluido en el INR local, mientras aguardan los resultados de pruebas biológicas y demás para llegar a la instancia de un juicio oral.