Miedo latente: China y la central nuclear en Zárate

China planifica la construcción de una planta nuclearen Argentina, cuyo reactor nunca fue probado.

El plan para que China instale un reactor nuclear en Zárate, provincia de Buenos Aires, que no ha sido probado en ninguna parte del mundo, fue catalogado ayer por Infobae –que publicó la noticia– como “un experimento”.
El proyecto está en manos de la empresa China National Nuclear Corporation (CNNC), una de las más importantes de aquel país y que está bajo el control del Partido Comunista Chino. Fue en 2013, en la presidencia de Cristina Fernández, que se comenzó a gestar el acuerdo. Pero durante el gobierno de Mauricio Macri se optó realizar alguna modificación para poder llevarlo adelante, previo a que la crisis económica argentina llevara a que se pusiera en espera el proyecto, para el que se debían poner sobre la mesa 8 mil millones de dólares, más allá que China se comprometió a financiarlo en un 85 por ciento, a 20 años y con ocho de gracia.
Pese a ello, la idea sigue latente y el proyecto en pie, aunque cada vez despierta más atención teniendo en cuenta que el reactor nuclear (Hualong One) que se pretende instalar en Zárate, a menos de 100 kilómetros de la frontera con Uruguay, “no está en funcionamiento en ningún lado, ni siquiera en China”, dijo a Infobae un experto nuclear consultado.
Actualmente hay seis de estas plantas nucleares en obra: dos en Guanxi y dos en Fuqing, en China, y otras dos en Punjab, en Pakistán. La de Argentina comenzaría a instalarse este mismo año, pero su fecha de inicio y de finalización son una incógnita.
Desde la administración del nuevo presidente argentino, Alberto Fernández, se asegura que el convenio con China se está evaluando, pero se estima que el proyecto se mantendrá en virtud de la buena relación entre ambos gobiernos.
Pese al hermetismo gubernamental en la vecina orilla, todo indicaría que la política de la anterior gestión continuará en este caso, tal como sucede con la Estación Espacial China de Neuquén, ratificada por el ministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza. En ese centro de observación, solo se permite personal chino: nadie sabe qué observan y escuchan con sus poderosas antenas y tecnología.
“A diferencia de nuestros reactores, el Hualong One o HPR1000 funciona con uranio enriquecido y agua liviana. Los nuestros son de uranio natural y agua pesada”, explicó Irma Argüello, directora ejecutiva de la Fundación de No Proliferación para la Seguridad Global y física experta en materia nuclear. “Al día de hoy no hay ninguno operando en el mundo”, agregó.
Pero en algunos sectores hay alarma. Más si se tiene en cuenta el análisis realizado por el Grupo de Investigación de Política Energética de la University of Cambridge en 2018, que señala que “China debería mejorar sus normas de seguridad nuclear, así como la gestión y el monitoreo de seguridad, reformar los arreglos institucionales para reducir la fragmentación, mejorar la transparencia de la información y la confianza pública y la participación, fortalecer la cultura de seguridad, introducir regulaciones de seguridad basadas en procesos y promover la colaboración internacional para garantizar que la respuesta de China a la seguridad nuclear pueda implementarse completamente en la vida real”.
Por último, el riesgo ambiental emerge como uno de los factores que más preocupan en un área tan poblada y con tanta biodiversidad como la de Zárate. Andrés Nápoli, director Ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), indicó a Climate Diplomacy: “No consideramos la energía nuclear como energía renovable, tiene muchos riesgos con respecto al funcionamiento de los reactores y los residuos. No es adecuado para la Argentina. Una nueva planta nuclear requeriría estudios de riesgo e impacto, y no hemos visto ninguno”.
La central nuclear Atucha III está en carpeta, y se planifica su proceso de construcción. Estará a solo 118 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, y los miedos crecen ante la instalación de un reactor que nunca fue probado.