Para contener inundaciones sería necesario un dique de 4,8 metros

Se aprecia a la izquierda el muro ya construido y a la derecha una parte sin intervenir, cuya vista se perderá si se concreta la obra.
El ingeniero ambiental Juan Sanguinetti dio los detalles del proyecto que surge tras tres meses de estudio.

El Instituto de Mecánica de los Fluidos e Ingeniería Ambiental de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República presentó su informe de prefactibilidad para la construcción de un dique que proteja la ciudad de inundaciones superiores a la registrada en 1959, de 8 kilómetros de extensión y 4,8 metros de alto promedialmente. El costo de la obra sería de 250 millones de dólares, ligeramente superior al Presupuesto Quinquenal de la Intendencia de Paysandú.
Hace algún tiempo vecinos del puerto formaron una comisión con la intención de construir un dique (también llamado polder, palabra que viene del neerlandes, desde que los Países Bajos los utilizan con frecuencia para ganar tierra al Mar del Norte). Llevaron su inquietud a la Intendencia y la Junta Departamental. De manera coincidente la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande decidió financiar un estudio de prefactibilidad para la construcción de un dique similar en Salto, también para reducir el impacto de las inundaciones. La Intendencia de Paysandú solicitó que el mismo equipo se hiciera cargo de un estudio de esas características en Paysandú, el que fue financiado asimismo por el ente binacional.

ESTÁNDARES DE SEGURIDAD
DEL PRIMER MUNDO

El ingeniero ambiental Juan Sanguinetti, del mencionado instituto, donde trabaja desde 1990, dio los detalles del proyecto que surge tras tres meses de estudio y que está sujeto a cambios, por ejemplo en su trazado.
Tomando en cuenta la solución demandada “se tomaron estándares de seguridad del Primer Mundo, criterios de riesgos de fallas aceptados en Europa, Estados Unidos y Australia”, por lo que “para proteger la ciudad de Paysandú” se diseñó un dique con una altura equivalente a una casa de dos pisos, en promedio de 4,8 metros, pero que en algunos tramos puede ser de 5 metros o de una altura algo superior. Para construirlo será necesario realizar un movimiento de tierra de un millón de metros cúbicos.
Claramente, el dique eliminaría completamente la vista al río Uruguay desde el nivel actual y solo lo haría visible desde la calle que coronaría el dique o directamente del lado oeste. Una altura como esa brindaría seguridad a la ciudad con inundaciones superiores a la 1959. Ese año el Uruguay llegó a los 11,10 metros “pero sin la represa, por lo que si hubiera estado ya construida, claramente su nivel máximo hubiera sido muy inferior”.
El proyecto hidrológico de dique toma como medición el cero oficial (Wharton, nivel medio del mar en Montevideo) que en Paysandú es el nivel 0 del puerto más 0,11 metros. Utilizando esos parámetros, “la cota de coronamiento calculada es de 12,20 metros; con 1,30 metros de borde libre (para oleaje revancha de seguridad y otros) por lo que la cota del río Uruguay considerada es 10,90 metros; todo respecto al cero oficial”.
Si se construyera el dique, tomando en cuenta las alturas de las crecientes a lo largo de los años, se establece como período de retorno los doscientos años. Esto quiere decir que puede considerarse que podrá contener con seguridad las inundaciones de los próximos dos siglos. Obviamente, es una estimación “y puede pasar que ese período de retorno sea de un día o de cinco años; estimamos pero puede pasar algo excepcional que supere el período de retorno”.

UNA SOLUCIÓN QUE
GENERA UN PROBLEMA

El dique que podría construirse significaría una solución para proteger a la ciudad de inundaciones del río Uruguay, pero al mismo tiempo crearía un problema que exige ser considerado con mucha atención porque del mismo modo que impide el ingreso a la ciudad de las inundaciones, no permitirá el desagüe al Uruguay de la lluvia.
Para eso, la solución técnica es construir “lagunas de amortiguación” para lo que será necesario “expropiar 9 hectáreas hoy habitadas por familias en la zona del puerto”. Esto es, parte de la población que hoy pide como solución la construcción de un dique de 4,8 metros de altura, no podrá vivir en esa zona, para hacer posible la obra. “Cuando no llueve esas 9 hectáreas estarán parquizadas, pero antes las torrenciales lluvias que ocurren sobre la ciudad, servirían para contener el agua de lluvia. Esto se debe a que no es posible una evacuación lineal, sino que solamente se podrá hacer con el uso de bombas hidráulicas colocadas en lugares estratégicos y que poco a poco volcarán lo que haya llovido hacia el Uruguay”.
Hay empero cuestiones técnicas que agregan complejidades. “La operación de bombeo es crítica; cuando llueve las bombas tienen que funcionar incluso si no hay energía eléctrica. De lo contrario pasaríamos a tener inundados dentro de la ciudad por lluvias torrenciales”.
Extender el rango de seguridad para evitar eso, llevaría a expropiar y realojar a los residentes en 30 hectáreas, lo que agregaría otros 100 millones de dólares a los costos hoy previstos. Asimismo deben agregarse al valor de 250 millones de dólares, el monto necesario para el mantenimiento permanente de las bombas y la estructura misma, de modo de asegurar su correcta operación”.

DEBE TENER LA
ALTURA DEL DISEÑO

En el mundo los diques son muy utilizados, pero “en general no con una altura tal elevada. Como los estándares de seguridad de Paysandú no son aceptables, es necesario pensar en una altura tal. Construir un dique de menor elevación, agregaría riesgos muy importantes.
Porque si el agua de creciente sobrepasa la altura máxima, con el volumen y la fuerza que lo hará ya no habrá evacuados, sino decenas o incluso centenas de muertos. Esa es la razón de que en el caso de Paysandú, un dique que brinde seguridad debe tener una altura similar a una casa de dos pisos”.
El proyecto es “técnica posible” pero depende de “una decisión política, porque básicamente hay dos soluciones. Una es levantar esta infraestructura y la otra es proceder al realojo de los residente en la zona de mayor riesgo ante inundaciones. Eso es algo que excede largamente los propósitos de este estudio que acabamos de terminar”, subrayó el ingeniero ambiental Juan Sanguinetti.