Triage telefónico, máscaras e incineración de material

En cada móvil esperan los equipos a utilizar, en caso de que se visite a un paciente con sintomatología que haga sospechar la existencia de coronavirus.

Ya nada es igual. La aparición del coronavirus en nuestro país llevó a adoptar protocolos médicos necesarios para no solo atender a los enfermos, sino también para evitar la propagación de la enfermedad. Las emergencias móviles no se quedaron atrás en la implementación de los cambios necesarios para proteger también a su personal del riesgo de contagio, y llevan adelante una nueva modalidad de trabajo para casos sospechosos, que va desde una consulta médica telefónica a la utilización de máscaras y la incineración del atuendo médico.
“Desde que comenzó esta situación existe un protocolo que fue firmado en acuerdo con médicos, enfermeros, directivos y funcionarios”, con el objetivo de intentar no solo ofrecer la atención adecuada, sino también de minimizar los riesgos de contagio ante la eventual llegada del coronavirus a nuestra ciudad, explicó uno de los médicos responsables de UCEM, Gustavo Rizzo, al ser consultado sobre las medidas que han adoptado las emergencias móviles.
Hoy por hoy existe “un protocolo de atención médico telefónico, y Comepa también puso en marcha un protocolo de internación, por lo que hay que seguir sus pautas”, remarcó.
La principal atención y toma de recaudos aparece a la hora de un llamado en el que el paciente acuse un cuatro respiratorio. En cualquier otro caso, la atención no ha cambiado, como tampoco la atención a los llamados por accidentes en la vía pública.
Ahora bien: a la hora de recibir un llamado por un afección respiratoria “se enciende una alerta”. Rizzo explicó que “lo primero que se realiza son una serie de preguntas, con el objetivo de tener la mayor información posible y también así cuidar al personal de la salud, que fue algo que en Italia, por ejemplo, no se hizo”. Entonces, se intenta conocer en este triage telefónico “si tiene fiebre, tos, dificultad para respirar” y otras sintomatologías.
“Si hay tos y algo de resfrío, por ejemplo, se hace un seguimiento telefónico a lo largo de varias horas, para conocer la evolución del paciente y si se agregó algún elemento nuevo. Si no apareció, estaríamos frente a un cuadro respiratorio común, como los que aparecen en invierno o cuando hay cambio de temperatura”, remarcó.
“En caso de que hayan dos o más elementos que concuerden con una posible complicación, se concurre al domicilio y se toma como caso sospechoso”.
Las medidas de seguridad para el personal de la salud que concurre a domicilio, lógicamente han cambiado y se han incrementado debido a la pandemia de coronavirus. Por eso, se utilizan dos equipos a la hora de trasladarse para atender “un cuadro respiratorio que contenga elementos que nos indiquen que tenemos un caso sospechoso”, por lo que se utiliza “tapaboca, sobretúnica, gorro y lentes”.
“Y si hay algo operativo para realizar, que fuera algo grave y hay que intubar, por ejemplo, utilizamos máscaras N95, que filtran el 95 por ciento de las partículas del aire. Y sobre esa máscara se utiliza además un tapaboca común”, sumó el profesional.
¿Qué sucede con esa ropa que utiliza el médico? Es descartada, según indicó Rizzo, a los efectos de minimizar los riesgos de contagio. “El material contaminado se trae a base en una bolsa roja, y se manda a cremar. Dos veces a la semana pasa un camión que levanta los residuos contaminados para ser cremados. Solo se desinfectan los lentes y la máscara”.
En caso de que se deba trasladar a un paciente sospechoso, “tenemos tres móviles completos para adultos, pero uno está guardado, dado que el que trasladó al paciente se paraliza y se desinfecta totalmente, por lo que se pone en marcha el que estaba de reserva”.