La ausencia argentina induce a nuevos tiempos en el Mercosur

En tiempos del COVID-19, con la incertidumbre sanitaria y económica global, ha pasado casi desapercibida la decisión del gobierno de Alberto Fernández en el sentido de retirar a la Argentina de las negociaciones del Mercosur, con repercusiones contenidas dentro y fuera de la región ante la prioridad que implica la lucha contra la pandemia.
En el caso de Uruguay, la Cancillería acusó recibo de la decisión y concluyó que esta decisión no afectará los acuerdos concluidos con la Unión Europea y con la Asociación Europea de Libre Comercio.
Argentina anunció que por el momento no continuará acompañando la agenda de negociaciones comerciales del Mercosur, en una reunión de coordinadores nacionales del bloque, celebrada en la tarde del viernes 24 de abril por videoconferencia.
La cancillería uruguaya a su vez emitió un comunicado informando que “esta decisión no afectará los acuerdos concluidos con la Unión Europea (UE) y con la Asociación Europea de Libre Comercio, ambos en etapa de revisión legal y cuya firma y remisión a los Parlamentos está prevista para este año”.
Asimismo, “en lo que refiere a las negociaciones en curso con Canadá, Corea del Sur, Singapur y el Líbano, la decisión argentina de no participación en las mismas no afectará la agenda prevista ni el objetivo de conclusión de estos procesos a fines de 2020”, agrega el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Por otro lado, Cancillería dio cuenta que “la decisión argentina no afectará los procesos exploratorios en curso y que podrían concluir en el lanzamiento de nuevas negociaciones comerciales del Mercosur especialmente con Vietnam e Indonesia, ni los procesos de profundización de los Acuerdos en vigor con Israel, India y la Alianza del Pacífico”.
Paralelamente, destaca que Uruguay “reafirma su fuerte compromiso con la integración regional y con el rol de Mercosur como plataforma para la inserción económica internacional de sus Estados Parte”, y que por ello, continuará “trabajando conjuntamente con Brasil y Paraguay para la pronta y eficiente conclusión de los acuerdos comerciales en negociación y la búsqueda de oportunidades para realizar nuevos acuerdos”.
Ahora, se supo que la Cancillería de Alberto Fernández redactó el documento cuando se supo que Brasil, Paraguay y Uruguay continuarían negociando tratados de libre comercio con Corea del Sur, Canadá, India y el Líbano, pese al rechazo explícito de la Casa Rosada.
Desde el vecino país se indica que Alberto Fernández cree en la integración regional y apoya la continuidad del Mercosur, pero tiene profundas diferencias con Brasil, Paraguay y Uruguay respecto a las estrategias que deben ejecutarse para enfrentar en el Cono Sur las consecuencias económicas y sociales que derivarán tras la crisis del coronavirus.
El presidente argentino sostiene que la apertura económica será letal para el sistema productivo regional y por eso rechaza ahora la decisión de Jair Bolsonaro (Brasil), Mario Abdo Benítez (Paraguay) y Luis Alberto Lacalle Pou (Uruguay) de cerrar acuerdos de libre comercio con India, el Líbano, Corea del Sur y Canadá.
En Olivos igualmente explicaban que Fernández no trata de representar una posición ideológica estatista ante el pensamiento liberal aperturista de Bolsonaro, Benítez y Lacalle Pou, sino de plantear una perspectiva realista ante las consecuencias inevitables del paso de la pandemia por América Latina.
Así, el jefe de Estado del vecino país considera que firmar esos acuerdos con Corea del Sur, Canadá, India y el Líbano implicaría inundar al mercado argentino con productos extranjeros que pueden profundizar aún más la actual crisis del sistema industrial nacional. Y, a través del canciller Felipe Solá, exigió congelar esas negociaciones hasta nuevo aviso, según se indica desde la vecina orilla.
Es sabido que el Mercosur, en sus más de dos décadas de existencia, no ha cumplido ni por asomo con las expectativas que se habían generado en la región, tanto en lo que refiere a la integración regional como en la apertura comercial hacia el exterior, de lo que es claro ejemplo que en todo este período de existencia del bloque no ha suscripto ningún acuerdo de preferencia arancelaria o libre comercio con ningún bloque, lo que ha sido evaluado como un corsé para fomentar el intercambio comercial y el crecimiento de sus integrantes.
Pero peor aún ha sido la influencia del hecho de que con los gobiernos “progresistas” en los países del bloque, el Mercosur ha funcionado como un “club de presidentes amigos”, y en su momento la exclusión de Paraguay del bloque, para habilitar el ingreso de Venezuela, ha sido el ejemplo tan claro como irrefutable de esta postura.
El reciente advenimiento de gobiernos de corte liberal en la región ha permitido que por lo menos desde el punto de vista de la actitud se hayan rectificado posturas y buscado alternativas comerciales aggiornadas a los tiempos que corren, incluyendo la reactivación de las negociaciones con la Unión Europea, emprendidas hace más de veinte años y esta vez cercanas a un acuerdo, hasta que la pandemia puso en stand by toda negociación.
Pero no cuesta mucho inferir que las razones que argumenta la Cancillería argentina, aún teniendo en cuenta que la coyuntura no abona por ahora el innovar en materia comercial ante la incertidumbre económico financiera en los países del bloque y en el mundo, pasan en realidad por el caos que en materia económica enfrenta el país vecino, agravado por la decisión extrema del gobierno de Fernández de establecer una severa cuarentena obligatoria que contribuye a destruir lo poco que queda de la economía argentina.
En gran medida igualmente la cuarentena ha sido utilizada por el gobierno kirchnerista como excusa distraer la atención de los reales problemas del país, que inevitablemente recuperarán visibilidad una vez se deje atrás la coyuntura y se insista con el proteccionismo, los subsidios y las políticas asistencialistas, mientras en todo este período se le ha dado con todo a la máquina de imprimir billetes para repartir dinero para financiar la cuarentena suicida en que se ha paralizado toda actividad.
Este panorama indica que lejos de influir negativamente el no contar con Argentina para las negociaciones, estamos ante un elemento positivo para rectificar errores en la conducción política del bloque, de forma de que no prospere el intento del gobierno argentino de hacer primar la óptica proteccionista, y ampliar los lazos comerciales procurando preferencias para nuestros productos con lo que hasta ahora no hemos contado.