“Me faltaba, pero siempre había palos en la rueda”

Comunales hoy, alejada del ring, pero entrenando y dando clases.
La derecha ante la defensa de Alegre. Fue la primera defensa del título de la UBO.

Los números fríos dicen que saltó al ring el 10 de enero de 2009 para debutar profesionalmente, y que su última presentación fue el 6 de junio de 2016. Fueron un total de 15 peleas, de las cuales ganó 14 (nueve por la vía rápida) y perdió una.
Y en ese tiempo hizo historia: fue campeona de la Organización Universal de Boxeo (UBO), y de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), el título mundial más importante que lograra un boxeador de nuestro país.
Hoy, Cecilia Comunales está retirada. Tuvo una meteórica y corta carrera, en la que todo le cayó muy rápido. Y si bien sigue abrazando lo que ama desde otro lado, dando clases y entrenando, repasa su carrera y asegura que seguramente hay cosas que cambiaría.
“Doy clases en tres gimnasios en Montevideo, y en uno de ellos seguimos con las clases online. Encontré lo que me gusta hacer”, remarca al contar que da clases de boxeo y pilates.

Pasaron ya algunos años, aunque “La Reina” recuerda que el domingo se cumplirán nueve años de aquella pelea que la marcó. Fue en el Anfiteatro del Río Uruguay, en la Semana de la Cerveza, donde le ganó a la argentina Alicia Alegre. No fue una pelea fácil, pero Comunales pudo retener el cinto de la UBO en esta primera defensa. Pero, sobre todo, la hizo poner los pies sobre la tierra.
“Esa fue la primera pelea que hice a 10 rounds, porque siembre había noqueado antes. Fue una pelea clave para mí. Hermoso porque había mucha gente, nunca había imaginado poder pelear en el anfiteatro. Tras esa pelea pude hacer un click”, reconoció.
Es que, a la distancia, confiesa: “Pensé que la cosa se había puesto seria”. El primer título se había logrado en Punta del Este, y defendido con éxito en Paysandú. “Seguí entrenando un tiempo acá, se siguió ganando y se subía en el ranking, y se dio la chance de lo de la AMB. Pero la pelea del anfiteatro abrió muchas posibilidades”, dijo.
Pero también repasó que en aquella ocasión “pasó el primer round, el segundo, el sexto, y pensé que no la iba a noquear más. Y encima ella no se iba desgastando, sino que los rounds eran parejos. Me acuerdo que entró una mano suya, y que tenía muchos nervios porque estaba peleando acá”.
Después, el resto es más o menos conocido. Siguieron las defensas de ese título menor, la obtención del de la AMB y sus posteriores defensas; la vida en Buenos Aires entrenando en Ciudad Evita con el profe Jorge Ocampo y el equipo de Marcela Acuña, en procura de poder mejorar.
“El boxeo femenino recién se afirmaba acá, no había mucha actividad y te arreglabas con lo que podías, pero decidí ir a Argentina a prepararme”, señaló.
Si hay algo que siempre reconoció Comunales más allá de la nube en la que estaba viviendo, fue que tenía mucho por aprender. Pero la realidad es que tuvo que convivir, en pleno crecimiento, con durísimas críticas y con la aparición permanente de la Federación Uruguaya, que en varias ocasiones quiso impedir que peleara.
“Hoy estoy segura que a esas mismas situaciones, ya más madura, las viviría de otra manera. Me generaban mucho nervio e incertidumbre”, reconoció.
Recuerda que “en aquel momento eran críticas todo el tiempo, y a eso se sumaba que me autoexigía más de la cuenta. Sabía lo que me faltaba, sabía lo que tenía que mejorar, pero siempre había palos en la rueda. Críticas durísimas y problemas con la Federación”.
Igual, le puso el pecho a las balas. “Me ayudó mucho el equipo que tuve, a mi promotor Sampson Lewkowicz, que nunca me soltó la mano y al que eternamente le estaré agradecida”.
Pero no era fácil. “Se fue llevando como se pudo. Pero siempre me sentí rehén de la situación con la Federación, porque no eran problemas conmigo. Pero era a la que tenían que atacar. Estaba en Panamá pronta para subir al ring, y quisieron parar la pelea. Y así fueron muchas veces, incluso cuando yo estaba con los guantes puestos”, recuerda. “Todo eso afectó mi carrera, y también personalmente”.
Mientras intentaba digerir la situación, las críticas no cesaban. La mochila era pesadísima, y la gente no tenía idea de que “La Reina” sumaba preocupaciones extradeportivas.
“Antes de una pelea entré en pánico. No quería ir al estadio por ese enfrentamiento que se había generado con la Federación. No podía salir, me sentía horrible”, confesó. Fue en Colón, cuando defendió sus cintos ante la brasileña Simone Da Silva. Y la realidad es que minutos antes de finalmente ir al estadio de La Unión, Comunales estaba ahogada en llanto. “Fue la peor pelea”, remarcó.
Para colmo, ese día “me vendó otra persona, el entrenador no quería subir al rincón…”, por problemas ajenos a ella. “Sufrí mucho las cosas previas que me pasaban antes de cada pelea. La gente no se enteraba, pero parecía que lo hacían a propósito, que le buscaban la vuelta para que no pudiera pelear”.
Y recuerda también “aquello de querer enfrentarme todo el tiempo a (Chris) Namús. Eso iba más allá de nosotras. No tenemos amistad pero nos damos para adelante. El entorno se encargó todo el tiempo de generar una rivalidad que era nociva para las dos. Nunca lo llegamos a hablar, pero creo que no era sano el entorno. Y te hacía sentir incómoda, pero no tenía por qué haber una sola boxeadora, porque se podría aprender mucho de las boxeadoras de acá, compartir entrenamientos… Algo que era impensado en aquel momento”.
Más allá de todo el sufrimiento, el balance de su carrera “es más que positivo”.
“Logré títulos, estoy contenta con la carrera que tuve. Me hubiera gustado seguir, pero no se dio por situaciones de la vida, personales. A veces hay que elegir. Pero lo que hice me permitió la experiencia de irme a Argentina, estar con el profe (Ocampo) y con “La Tigresa” (Acuña)”, tiró.
E hizo historia. “Pero fue mérito de todo el equipo”, dice. “Me queda haber llegado, y me hubiera encantado seguir y retirarme con el título” de la AMB.
Hoy Comunales escribe un nuevo capítulo en su vida. Sin críticas despiadadas, ni golpes bajos.
“Ahora entreno lo disfruto”, dijo, como aliviada.