La Sub 17 tuvo un invitado de lujo: el “Loco” Abreu

El “Loco” la picó ante Ghana. Recuerdo imborrable del Mundial de Sudáfrica 2010.

“Disfruten, sean felices y sean buenos compañeros”. La frase la largó Sebastián Abreu en el inicio de la despedida de la charla virtual que mantuvo con la selección Sub 17 de Paysandú, mientras estaba en el Complejo de la Mutual filmando para un nuevo programa de televisión.
El hoy jugador y técnico de Boston River también formó parte de la estrategia que lleva adelante el cuerpo técnico del combinado juvenil sanducero mientras no puede retomar los entrenamientos pensando en el reinicio de la competencia.
El diálogo con jugadores profesionales, de experiencia internacional, ha sido un plato espectacular para los orientados por Álvaro Ilaharregui, que han absorbido la enseñanza que han transmitido sus ídolos.
“Cuando iban al campito, como me pasaba a mí, siempre decían ‘vamos a jugar’. No decían ‘vamos a la guerra, a la lucha’. Iban a jugar, a divertirse. No pierdan nunca eso por más que en la vida les va a tocar el que ‘esto es de vida o muerte, el cuchillo entre los dientes, vamos a partirlo al medio, dientes apretados’. Respeto todo, pero no pierdan la esencia: el fútbol es para disfrutar con compromiso, seriedad, responsabilidad, pero disfrutar. Irse a la casa amargado porque no sos feliz, no es deporte. Traten de mantener eso siempre”, fue el mensaje final del “Loco”.
Pero claro que dejó otras cosas en el camino. Habló de la adaptación, de los amigos que deja el fútbol, de la importancia de mantener la pasión.
Habló de la importancia del estudio, de su admiración por el fútbol argentino, y que además de Nacional, el club de sus amores, se siente identificado con Rosario Central, Botafogo y Dorados de Culiacán, alguno de los clubes en los que paseó su locura.
También reconoció que su gol más importante fue el que le marcó a Costa Rica en el Estadio Centenario, en el repechaje, porque permitió a Uruguay clasificar al Mundial 2010, con todo lo que significó para la Celeste la cita sudafricana. Luego “fuimos cuartos en el Mundial, con un fútbol dinámico, competitivo, y al año siguiente logramos un título de manera contundente (Copa América), y dándole continuidad a un proceso de responsabilidad, organización, mucho sentido de pertenencia Si no hubiéramos clasificado al Mundial se hubiera cortado el proceso del maestro (Tabárez) y no podríamos haber vivido lo que vivimos. Por eso ese gol sobre la tribuna Amsterdam fue el más importante”.
Y recordó a los jóvenes la importancia de escuchar a los grandes. “Tienen esa intención de transmitirte, de ayudar, y uno no podría no escucharlos, porque lo hacían por mi bien. Querían colaborar para cuando se fueran presentando las cosas malas, porque en lo bueno todos se acercan en lo malo muchos se alejan”, dijo.
Y recordó la anécdota con Pep Guardiola, hoy exitoso DT, cuando eran compañeros en Dorados de Culiacán.
“Hay que saber escuchar a los de mayor trayectoria, que te dan indicaciones para mejorar. No lo hacen para exigirte o para sacar a relucir una carencia. Hay que estar abierto a escuchar porque nadie va a reprocharte algo para hacerte sentir mal, sino para mejorar, pulir, y que seas mejor jugador”, señaló.
Y recordó: “Guardiola me dijo que estaba perdiendo tiempo y espacio en los perfiles. Así que me quedaba entrenando con él y corregí varios aspectos”.
Esto le permitió darse cuenta que, corrigiendo los aspectos que Guardiola le remarcó, “pasaba a ser más jugador que el 9 goleador. Ahora podía participar en la secuencia del juego, de la circulación, porque me perfilaba de manera. Participaba directamente de la construcción del juego y no solo de la finalización”.
Y remarcó a los Sub 17, que escuchaban atentos los mensajes del goleador, que “hay que tener las orejas, ojos y cabeza bien abiertos para asimilar. No hay que estar a la defensiva. Primero escuchá, por más que te lo digan de manera bruta, y después contestá con argumentos”.