La zafra de frutales, caracterizada por temporales, logró buena calidad interna

En el informe elaborado por el INIA, se rindan recomendaciones de manejo de los frutales.

La presente zafra de frutales de hoja caduca se caracterizó por temporales de lluvia y viento, y días con temperaturas bajas durante la floración, sostiene un reciente informe elaborado por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).
A pesar de ello, la producción de manzanas no disminuyó significativamente con respecto a la cosecha 2019, siendo necesario aplicar raleo en la mayoría de los montes. En cuanto a la producción de peras, esta sí fue afectada en relación con la producción promedio, debido fundamentalmente al bajo cuajado dado en condiciones climáticas desfavorables.
En lo que respecta a la producción de duraznos y ciruelas, la misma fue medianamente afectada, y disminuyeron con respecto a las del año anterior. En general los calibres de fruta fueron de medianos a chicos, fundamentalmente por el estrés hídrico sufrido por los cultivos, debido a las nulas precipitaciones existentes en el período de crecimiento de fruto previo a la zafra. En varios cultivos, el bajo calibre de frutos también se pudo deber a la falta de un adecuado raleo.
Agrega el informe que la calidad interna de la fruta producida este año fue muy buena, presentando un alto contenido de sólidos solubles totales (azúcares) debido a las bajas precipitaciones previo y durante la zafra.
En el durazno, además del alto contenido de azúcares, las bajas precipitaciones afectaron positivamente, teniendo muy baja incidencia de podredumbre morena (Monilinia fruticola). Por otro lado, las precipitaciones primaverales, durante la floración, favorecieron la infección de sarna en montes de manzanos (Venturia inaequalis) y perales (V. pyrina).

MANEJO SANITARIO

Vale recordar algunas prácticas de manejo en el monte a implementar con posterioridad a la cosecha. En aquellos montes de manzanos y perales que tuvieron problemas con sarna, se recomienda la aplicación de productos a base de nitrógeno o biofertilizantes. Estos se aplican con el objetivo de acelerar la descomposición de las hojas y contribuir a la reducción del inóculo para la próxima zafra, además de suministrar nutrientes.

MANEJO DE LAPLANTA Y NUTRICIÓN

Fertilizaciones con nitrógeno y con boro son recomendables para el otoño. En el caso del Nitrógeno, se debe evitar excesos, no aplicando más del 50% de lo planificado utilizar en la temporada (Normas de PI 2018).
Se debe considerar también en el plan de fertilización los aportes de nitrógeno por abono orgánico que, a su vez, tienen la característica de mejorar las condiciones fisico-químicas del suelo y la actividad biológica promoviéndose el desarrollo radicular de la planta.
La aplicación de boro en manzanos y perales en la postcosecha sirve para reponer las reservas y fortalece las nuevas yemas para la próxima zafra. En otoño se debería dar el momento en que la planta entra en dormancia, promovida por la defoliación otoñal.
En general se considera que a partir de un 50% de hojas caídas el proceso de entrada en dormancia ha comenzado. Se sugiere que si a mediados del mes de mayo, no se han dado las condiciones para la caída natural de las hojas, y no se ha alcanzado al menos ese 50% de defoliación, intervenir con productos cáusticos para promover dicha defoliación.

MANEJO DEL SUELO

Otros manejos que pueden ser realizados en el otoño son: mejorar los drenajes de los cuadros, mantener el alomado de las filas, dar mantenimiento a los caminos y estructuras de soporte. Es muy importante mantener el suelo siempre cubierto en la entrefila (salvo para realizar laboreos de suelo para la implantación de coberturas). En montes ya establecidos se puede utilizar mezcla de gramíneas y leguminosas en la entrefila.
Esto permite además de lograr los buenos efectos de la cobertura, agregar la fijación de nitrógeno (ejemplo: festuca 50-60%, lotus 20-30% y trébol blanco 10-20%). También se puede utilizar verdeos sobre la fila, manejándola con herbicida o desmalezadoras durante el ciclo productivo.
Otra medida recomendable es realizar la siembra de una gramínea alrededor de los cuadros, como por ejemplo Festuca, en una faja de 5 metros de ancho. El objetivo de esto es hacer que la especie sembrada compita con la gramilla y así evitar su entrada en los montes.