Apenas unas cincuenta personas frente al monumento a Artigas, en la plaza homónima. En general autoridades departamentales y nacionales. Entre ellas el intendente Mario Díaz, los diputados Nicolás Olivera, Cecilia Bottino y Carlos Moreno, el subsecretario del Ministerio de Industria, Energía y Minería Walter Verri, el presidente de la Junta Departamental Hermes Pastorini, el jefe de Policía, comisario general ( r) Eduar Alvez, el comandante del Batallón “General Leandro Gómez” de Infantería Mecanizado Nº 8, teniente coronel Gustavo Negrín. Asimismo, de la enseñanza.
Pero sin abanderados, sin niños emocionados ante la instancia de la Promesa a la Bandera o de liceales de primer año para la Jura de Fidelidad a la Bandera. Tampoco estaba la banda municipal.
Pero la emergencia sanitaria por el COVID-19 no impidió recordar el aniversario 256 del nacimiento de José Gervasio Artigas. Para el 23 de setiembre venidero quedaron los juramentos a la bandera nacional.
Tras los himnos Nacional y de Paysandú, la profesora Luján Mayans hizo uso de la palabra, refiriéndose a “una de las tareas más profundas y menos difundidas” del prócer oriental, “la educación”.
“En estos tiempos de confinamiento social, los educadores se convirtieron en los líderes invisibles que reinventaron sus prácticas para que la educación pudiera llegar a cada estudiante de nuestra patria”, dijo Mayans.
“Los docentes hemos sido capaces de afrontar los desafíos de esta pandemia, porque el valor de la educación está en nuestros orígenes”, desde que “Artigas siempre tuvo claro su papel educador”.
La profesora Mayans destacó que “a pesar de haber escasas referencias a la escuela artiguista de Purificación, sabemos sí que en ellas se exaltaba la alegría de la vida, la hermandad entre los coterráneos, la belleza de la naturaleza, el cariño hacia los padres y el ideal federal”.
EL TRATO BONDADOSO AL NIÑO
El concepto artiguista “llamó la atención a dos novedades pedagógicas. Primero el tratamiento bondadoso del maestro hacia el niño, drástico cambio respecto del proceder de los maestros coloniales que usaban castigos físicos e infamantes. Y segundo, la total integración social de indios, negros y blancos en el ámbito escolar”.
Luego recordó que en el Archivo Histórico Nacional de Madrid se encontraron en 1913 dos proyectos constitucionales artiguistas, uno aplicable a la Provincia Oriental y el otro a las provincias federales; “nadie había advertido su existencia durante 100 años”.
ENSEÑAR A LEER Y ESCRIBIR
En esos textos “aparece por primera vez en una norma general el principio de gratuidad de la enseñanza pública” y hay “una referencia inequívoca al principio medular de la obligatoriedad de la educación primaria, ya que declara principio fundamental y esencial que todos los nacidos en esta provincia precisamente han de saber leer y escribir”, dijo Mayans.
Explicó también, frente a las autoridades reunidas, que “la pedagogía artiguista está inspirada en la virtud de los modelos éticos que se originaron en la Grecia clásica y que fueron retomados por los ‘pensadores de la ilustración’ del siglo XVIII. Esta virtud se encuentra estrechamente ligada al héroe, ya que es parte de aquellos elementos que hacen a la honorabilidad de una persona que no lo alejan de su humanidad, sino que lo convierten en un modelo de hombre. En sus condiciones de ser humano, no de monumento de bronce ni de traje militar. Hombre guiado por la razón con un conjunto de cualidades que tuvieron coherencia en su accionar, independientemente de la variación de las circunstancias”.