La clave: evaluación del riesgo de cada partido

Primero que nada, hay que dejar en claro que “no hay fecha para la vuelta del público” a las canchas. Ni para el profesionalismo, ni para el amateurismo. La frase partió de la Secretaría Nacional del Deporte (SND) ante la consulta, anoche, de EL TELEGRAFO. Ahora bien: OFI prepara un documento para presentar ante la Secretaría, que contemple la posibilidad de hinchas en la cancha. Ese aspecto es clave para que el fútbol del Interior pueda retornar en todas sus expresiones, y sobre todo pensando en que finalmente la Copa Nacional de Selecciones 2020 pueda volver a rodar y retomar su disputa desde los cuartos de final, donde se quedó en marzo debido a la pandemia de coronavirus. Los médicos que elaboraron en su momento el protocolo sanitario que finalmente no fue presentado ante las autoridades (OFI lo elevó a la AUF y allí se elaboró otro que resultó ser aprobado), trabajan en el nuevo documento, que posiblemente a fin de mes esté listo para que los presididos por Mario Cheppi lo presenten a la SND. En ese sentido, hay aspectos que resultan fundamentales a la hora de pensar que las autoridades pudieran aceptar el desafío de tener hinchas en las tribunas. Por lo pronto, los médicos tienen en claro que al igual que en su protocolo original, la capacitación es clave también entre los protagonistas externos del fútbol. Más claro: el hincha tiene que conocer los riesgos y tomar conciencia de lo que significa la tarea y la responsabilidad de hacer todo lo posible para evitar el contagio de coronavirus. Es decir que como primer punto, se espera que el hincha pueda realizarse una autoevaluación con respecto a los síntomas, y saber si está o no en condiciones de concurrir a un partido de fútbol. Más allá de que se le tomaría la temperatura al ingresar al escenario, y se promovería el uso de alcohol en gel y la obligatoriedad del tapabocas, se deberá controlar el distanciamiento de las personas. Y para ello hay que tener en cuenta que algunos escenarios no tienen tribunas, otros presentan asientos pero también lugares abiertos, y en otros se podría controlar con mayor certeza el distanciamiento ya que solo se cuenta con tribunas. Para ese control de distanciamiento es indispensable también la capacitación del personal que trabaje en el espectáculo, entienden los médicos. Pero hay un paso previo, que resulta realmente clave para el desarrollo de cada partido, en caso de que se autorice finalmente la presencia de público en las canchas: la evaluación de riesgo de cada espectáculo. Este aspecto es promovido por FIFA, y no es otra cosa que tener en cuenta diferentes aspectos y variables que determinarán, previo a cada partido, si se trata de un espectáculo de bajo o mediano riesgo. Esta tarea deberá ser llevada adelante, en el caso de la Copa Nacional, por ejemplo, por parte de OFI y los dirigentes de los dos combinados protagonistas del pleito. Y dependiendo del riesgo (al que se llega a través de un puntaje de acuerdo a las variables que se tienen en cuenta), tendrán la responsabilidad de fijar o no el compromiso, y de qué medidas adoptar. Clave también resultará el contralor, por lo que posiblemente se estipule que algún profesional médico forme parte de la evaluación de riesgo.

Primero que nada, hay que dejar en claro que “no hay fecha para la vuelta del público” a las canchas. Ni para el profesionalismo, ni para el amateurismo.
La frase partió de la Secretaría Nacional del Deporte (SND) ante la consulta, anoche, de EL TELEGRAFO.
Ahora bien: OFI prepara un documento para presentar ante la Secretaría, que contemple la posibilidad de hinchas en la cancha.
Ese aspecto es clave para que el fútbol del Interior pueda retornar en todas sus expresiones, y sobre todo pensando en que finalmente la Copa Nacional de Selecciones 2020 pueda volver a rodar y retomar su disputa desde los cuartos de final, donde se quedó en marzo debido a la pandemia de coronavirus.
Los médicos que elaboraron en su momento el protocolo sanitario que finalmente no fue presentado ante las autoridades (OFI lo elevó a la AUF y allí se elaboró otro que resultó ser aprobado), trabajan en el nuevo documento, que posiblemente a fin de mes esté listo para que los presididos por Mario Cheppi lo presenten a la SND.
En ese sentido, hay aspectos que resultan fundamentales a la hora de pensar que las autoridades pudieran aceptar el desafío de tener hinchas en las tribunas.
Por lo pronto, los médicos tienen en claro que al igual que en su protocolo original, la capacitación es clave también entre los protagonistas externos del fútbol. Más claro: el hincha tiene que conocer los riesgos y tomar conciencia de lo que significa la tarea y la responsabilidad de hacer todo lo posible para evitar el contagio de coronavirus.
Es decir que como primer punto, se espera que el hincha pueda realizarse una autoevaluación con respecto a los síntomas, y saber si está o no en condiciones de concurrir a un partido de fútbol. Más allá de que se le tomaría la temperatura al ingresar al escenario, y se promovería el uso de alcohol en gel y la obligatoriedad del tapabocas, se deberá controlar el distanciamiento de las personas. Y para ello hay que tener en cuenta que algunos escenarios no tienen tribunas, otros presentan asientos pero también lugares abiertos, y en otros se podría controlar con mayor certeza el distanciamiento ya que solo se cuenta con tribunas.
Para ese control de distanciamiento es indispensable también la capacitación del personal que trabaje en el espectáculo, entienden los médicos.
Pero hay un paso previo, que resulta realmente clave para el desarrollo de cada partido, en caso de que se autorice finalmente la presencia de público en las canchas: la evaluación de riesgo de cada espectáculo.
Este aspecto es promovido por FIFA, y no es otra cosa que tener en cuenta diferentes aspectos y variables que determinarán, previo a cada partido, si se trata de un espectáculo de bajo o mediano riesgo.
Esta tarea deberá ser llevada adelante, en el caso de la Copa Nacional, por ejemplo, por parte de OFI y los dirigentes de los dos combinados protagonistas del pleito.
Y dependiendo del riesgo (al que se llega a través de un puntaje de acuerdo a las variables que se tienen en cuenta), tendrán la responsabilidad de fijar o no el compromiso, y de qué medidas adoptar.
Clave también resultará el contralor, por lo que posiblemente se estipule que algún profesional médico forme parte de la evaluación de riesgo.