Tras la reapertura de las fronteras, el gobierno planea “trabajar en un estilo como el usado en los combustibles”

“Vamos a trabajar en un estilo como el usado en los combustibles, pero también entendemos que hay que buscar acciones adicionales”.

“El Presidente habló de generar políticas de frontera para tratar diferencialmente a los departamentos donde el impacto de la relación muy cercana con ciudades de Brasil y Argentina, debido a un diferencial cambiario que beneficia a la frontera extranjera”, dijo a EL TELEGRAFO el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado. “Vamos a trabajar en un estilo como el usado en los combustibles, pero también entendemos que hay que buscar acciones adicionales”, agregó.
Respondía así a la consulta ante la situación que probablemente vuelva a plantearse cuando se proceda a la reapertura para tránsito general del puente internacional Paysandú-Colón. Si se toman en cuenta las tres evaluaciones de impacto económico realizadas por la Intendencia de Paysandú, una de las principales demandas del comercio sanducero es la de “mantener cerrado el puente internacional”.
Obviamente, eso resulta imposible, pero el gobierno nacional, considera establecer incentivos para la compra dentro del territorio nacional de comestibles, del mismo modo que lo hace con el combustible.
Álvaro Delgado estuvo reunido –precisamente– con los centros comerciales del litoral y esa fue una demanda de comerciantes y distribuidores “porque notoriamente aumentó el consumo en Paysandú por el hecho de que la frontera con Argentina está cerrada. En esta situación, de una manera químicamente pura se puede evaluar el impacto comercial en Paysandú que tiene la compra en el lado argentino”.
No obstante, el secretario de Presidencia subrayó que “la prioridad es lo sanitario, siempre lo sanitario. Después de eso, de resolver ese aspecto, tenemos que buscarle alternativas al comercio. En el programa de gobierno, hay que recordar, hay una fuerte decisión de trabajar en políticas de frontera. Eso obviamente tiene algunas complejidades adicionales, porque no es lo mismo la frontera seca con Brasil, o en Artigas, que la frontera con Argentina a través de puentes internacionales. A eso hay que agregar que las conexiones con los países vecinos sirven para relacionarnos y también para impulsar el comercio. Lo que se debe atender es el trasiego de mercadería de personas particulares, que es el gran problema que tienen los comerciantes. Ahora, en el caso de Argentina, se nota claramente un aumento en las ventas”.
Delgado aseguró además que “junto al Presidente estuve reunido con diputados de departamentos de frontera, para hablar de coronavirus y de políticas de frontera. Al mismo tiempo el Presidente, el ministro de Economía y Finanzas y yo hemos recibido en diferentes reuniones a CEDU (Confederación Empresarial del Uruguay). La preocupación del descenso en las ventas si las fronteras están abiertas se ha repetido”.
Asimismo, en la reunión de ayer realizada en el Centro Comercial e Industrial de Paysandú quedó determinado que “me van a hacer llegar propuestas para cuando el puente pueda ser reabierto a la circulación general. Pero reitero que lo primero es el aspecto sanitario y es evidente que actualmente la situación en Argentina es compleja. Hoy, pensar en cuatro meses hacia adelante, parece pensar en la eternidad”.

AUTORIZAR LAS FIESTAS Y COMBATIR LAS CLANDESTINAS

Otro sector que presiona para que se permita retornar a la actividad que “de cien quedó en cero de un día para el otro” es el de fiestas y reuniones. “Honestamente se pensaba que debía ser el sector que último volviera a la normalidad, pero con el paso de los meses ha quedado al descubierto el enorme impacto económico que sufre. Y eso hay que tenerlo en cuenta”, dijo Delgado a EL TELEGRAFO.
Recordó que “una de las cosas que el gobierno determinó es la necesidad de apoyarse en la academia, en la ciencia. Por eso convocó a un grupo de expertos científicos como asesores honorarios. No deciden, no es perceptivo lo que dicen, pero su opinión es valiosa”.
“Entonces, a la cantidad de sectores de la actividad económica que piden la reapertura se les solicita un protocolo. Vamos a ser el país con más protocolos del mundo. Pero es una manera exitosa que se encontró para avanzar dando pasos cortos, seguros, responsables y evaluados”, subrayó.
“Un protocolo se puede controlar, inspeccionar y evaluar. Pasó con la construcción. Se estableció un protocolo, se levantó la licencia y además de medidas sanitarias, se realizaron hisopados nasofaríngeos en una muestra aleatoria de trabajadores. Pasó en las escuelas rurales. Así se pudo determinar si había circulación viral tras la apertura de actividad”.
“Entre medio nos fuimos acostumbrando a uno o ningún caso día tras día. Pero aparecieron focos en Treinta y Tres así como en Médica Uruguaya. Para hacernos recordar que está ahí, que si aflojamos un poco el impacto puede ser muy duro. Entonces, el asunto es cómo controlamos los focos con las consecuencias negativas reducidas tanto como se pueda”, reflexionó Delgado.
En el caso del sector de fiestas, “hemos recibido varias demandas y propuestas. Llega a Presidencia, se genera un expediente electrónico que se envía al Ministerio de Salud Pública y luego al grupo asesor. Los proyectos de protocolo son realizados por los propios interesados con asesoramiento profesional. Estamos considerando con la seriedad debida cómo proceder a la reapertura de este sector que de venir a 100 kilómetros por hora quedó parado bruscamente. Sabemos que es una situación muy dura. Lo que están proponiendo está a estudio, porque no es tan sencillo instrumentarlo y controlarlo”. Entre las ideas propuestas por el sector se cuentan fiestas con aforo reducido y sin baile. Este es uno de los aspectos en discusión, desde que claramente resultará prácticamente imposible controlar que los concurrentes a una fiesta no disfruten de la esencia del festejo, el baile.
No obstante, mientras no se autoriza a quienes están inscriptos ante los organismos respectivos y cuentan con la experiencia profesional, Delgado reconoció que “han comenzado a realizarse fiestas clandestinas dentro de viviendas particulares. Entonces, mientras los protocolos que plantea el sector profesional son graduales para ir estudiando resultados, las fiestas clandestinas se hacen sin ningún tipo de protocolo. Pero además, de acuerdo a la legislación uruguaya, tenemos muy pocas herramientas para interrumpir esas fiestas; se hacen en casas particulares. Estamos en contacto con las intendencias y los comités departamentales de emergencia, pero es un problema de muy difícil solución”.
Un subsector que sirve como ensayo es el de bares y restaurantes. “Se le toman los datos a los clientes de modo que si aparece un foco se puede hacer la trazabilidad, con quiénes estuvo en contacto tanto directo como puntualmente. Es un protocolo que puede expandirse a las fiestas. Pero hoy por hoy las clandestinas no respetan nada, desconociendo incluso que los primeros perjudicados pueden ser quienes a ellas concurren”.
“Hay un apuro que parte de un efecto sicológico”, aseguró Delgado, en la medida que este mes debería disfrutarse de la Noche de la Nostalgia por cuadragésimo tercer año. Es una noche de enorme movilidad, una zafra de un día que arroja un muy positivo resultado para quienes organizan festejos y los trabajadores”, indicó el secretario de Presidencia.
“Es una fecha comercial que se metió en el ADN de los uruguayos. Entonces eso presiona para definir un protocolo y abrir paulatinamente este sector. No de cero a cien, pero gradualmente”, destacó.

UN MARZO QUE NO SE OLVIDARÁ

Marzo fue un mes que no se olvidará en Uruguay. Especialmente Álvaro Delgado. El 11 se tomó un tiempo para levantar una copa junto a los suyos para celebrar su cumpleaños. El 13 viajó junto al presidente Luis Lacalle Pou a Bella Unión para la inauguración de la cosecha de arroz 2020. Durante esa jornada se enteró de los primeros cuatro casos de coronavirus. Puso en práctica la resolución del presidente y de inmediato –como presidente del Sistema Nacional de Emergencias (Sinae)– convocó al Sinae, la Mesa del Congreso de Intendentes y a todos los secretarios de Estado. Mientras retornaban a Montevideo.
Aun con la emergencia agropecuaria que impactaba al sur del país con una severa sequía, aparecía un microscópico y desconocido problema, un virus que se evitaba con limpieza frecuente pero que también podía hasta causar la muerte.
“Lo primero que hicimos fue buscar qué protocolos había. Ninguno. La Administración anterior había priorizado la lucha contra el dengue. Pero llegó el coronavirus. Hubo que tomar una serie de definiciones desde cero. Se suspendieron espectáculos, aglomeraciones y hasta sepelios. Se interrumpió la educación presencial. La intención era evitar lo que había ocurrido en otros país donde el ingreso del virus produjo rápidamente picos de morbilidad. Nos criticaron porque parecían medidas muy duras para la cantidad de casos; eran pocos. Pero logramos mantener un control muy bueno y seguimos en un escenario controlado”, recordó Delgado.
“No se ha ganado nada, por eso tomamos muy en serio cada paso que damos. Como siempre dice el Presidente, esto es entre todos. Todos somos responsables. Queremos abrir la economía, queremos que los uruguayos trabajen, disfruten y vivan responsablemente algo que hoy llamamos normalidad, cuando hace pocos meses ni soñábamos con tener que hacer frente a tantas restricciones. Pero hay que seguir alertas”, resumió.
La lucha continúa. En prácticamente todo el mundo. Uruguay se mantiene hasta ahora como un país donde el coronavirus está bajo control y con un nivel reducido de morbilidad. Álvaro Delgado no tiene idea aun de cuál será la situación el 11 de marzo del año que viene. Este año fue prácticamente cuando comenzó todo. Justo cuando le deseaban un feliz cumpleaños.