BPS volcó más de 42 millones de pesos entre subsidios de enfermedad y desempleo

El Banco de Previsión Social (BPS) pagó en Paysandú unos 3.957 seguros de desempleo, una cantidad que “fue importante, y llegaron ante un escenario complejo del empleo”, dijo el integrante del equipo de representación de los trabajadores, Diego Tacoronte.
Valoró la “fortaleza de la cobertura de seguridad social del país. El BPS está fuerte para enfrentar este desafío a nivel nacional, donde unos 250.000 trabajadores estuvieron en el seguro durante la pandemia”. Durante agosto, el BPS volcó en el mercado interno en Paysandú, un total de 42.797.029 pesos ($11.833.937 y $30.963.092 entre subsidios de enfermedad y desempleo, respectivamente).
Asimismo, extendió la “tranquilidad para jubilados, pensionistas y personas que se van a jubilar, porque el dinero para cubrir las prestaciones está, sin dejar de reconocer que se necesita una reforma de la seguridad social. Es una reforma genérica y no solo en el BPS, porque tenemos cajas que también dan pérdidas. Algunas de esas nos preocupan más por el volumen de personas que abarca y es tan poco para el dinero que se gasta”.
Tacoronte señaló que “los sistemas de pensiones a nivel mundial se van revisando cada cierta cantidad de tiempo, a fin de cambiar los parámetros y evitar que complique la sostenibilidad del sistema. El BPS paga unas 700.000 pasividades. Los puestos cotizantes son de casi 1.400.000 uruguayos. Tenemos casi dos cotizantes por cada jubilado, que es un número que hace tiempo no se daba porque no se llegaba a esa cobertura. El número ideal sería tres activos por cada pasivo, pero con la población de Uruguay es casi imposible que tengamos esos números”.
Consultado sobre las respuestas del sistema, tras las declaraciones del actual director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Isaac Alfie, quien aseguró a comienzos del año que “el sistema de seguridad social está absolutamente quebrado”, Tacoronte señaló que “la prueba la tenemos con la pandemia”. Evaluó que “el BPS pudo hacerle frente y no está en quiebra por una simple razón, la ley que creó el organismo, estableció que cuando sus dineros no alcancen con su recaudación, lo tiene que completar Rentas Generales. O sea, hacemos una tormenta financiera con la asistencia que requiere el BPS, cuando por ley está escrito que el Estado debe poner el dinero faltante”.
El integrante del equipo, afirmó que “la discusión es entre dos modelos. Si es solamente la sostenibilidad económica, como planteó Alfie, o la sostenibilidad social del sistema de seguridad social. Tenemos miradas opuestas y lógicamente queremos que la cobertura social sea acorde a los ingresos del Estado”.

CINCUENTONES

La desafiliación de los denominados “cincuentones” del sistema previsional privado, “fue un mojón importante al conseguir la ley, porque era un colectivo muy grande que iba a perjudicarse al momento de jubilarse. La representación de los trabajadores siempre estuvo en contra del lucro de la AFAP”.
En medio de la pandemia, “se hizo un planteo desde la representación en el directorio a las AFAP para que colaborasen con el fondo coronavirus, que se instaló con un impuesto a los funcionarios públicos de mayor salario. Dijeron que no podían, cuando el año pasado tuvieron U$S 40 millones de ganancia”.
Explicó que este sistema de ahorro “es muy egoísta, como en sí mismo es el sistema de capitalización individual. Directamente, con este sistema, el primer problema que le vemos nosotros es la obligatoriedad. Y lo decimos en todos lados, una persona puede divorciarse o cambiarse de cuadro, pero no puede borrarse de una AFAP. Los trabajadores planteamos una alternativa con un pilar de ahorro individual, pero no lucrativo”.