Necesitan más auxiliares en las escuelas, ya que deben limpiar por COVID y cocinar

Para el funcionario de Primaria, dirigente de TEP y presidente del Pit Cnt, Fernando Pereira, “uno de los temas que planteó Elbia Pereira es primordial. Las funcionarias no docentes tenían una tarea de comedor y de limpieza, durante la COVID-19 fueron todas a limpieza y a lo sumo entregaban las bandejas de alimentos. Pero ahora que se distribuye la carga, la directora de la escuela debe tomar una decisión, y es si cumple con el protocolo sanitario o si cumple con la alimentación escolar. Por ejemplo, en algunas escuelas están dando de comer entre las 11 y las 13, lo que es menos tiempo pedagógico porque van en tandas. Pero también quienes cocinan, ya no limpian, por lo que la ANEP tiene como posibilidades contratar más personal o extender los horarios laborales de las funcionarias, que son de 30 horas semanales. Pero si no toma una decisión, o va a incumplir el protocolo COVID o no se alimentará correctamente a nuestros niños. Y la defensa de los comedores es la defensa de los niños en un ámbito educativo almorzando o merendando con sus iguales. Y defender esto, que es histórico en la educación, supone que el organismo, en circunstancias tan dificultosas como esta, asuma la responsabilidad de contratación de personal para cubrir las básicas necesidades de limpieza para evitar la enfermedad”.

MEJORAR LAS CONDICIONES DE TRABAJO

En cuanto a la situación general de los trabajadores, dijo que “son poco más de 5.000 funcionarios no docentes que tienen todavía un salario deficitario, en cuanto no han alcanzado la media canasta familiar, pero han aumentado su salario de base 100 en 2005 a 175 en 2019, lo que es un aumento del 75%. Al mismo tiempo, han aumentado paulatinamente la cantidad de auxiliares hasta llegar a un 50% más, pero hay que darles mejores condiciones de trabajo, evitando que se enfermen de tendinitis o problemas de columna porque levantan ollas demasiado pesadas o porque no tienen el entrenamiento suficiente para no cargar de mala forma. Hay muchas soluciones que son preventivas”, afirmó.
Dijo que “de lo contrario, después puede venir la queja de las autoridades, por ejemplo de Da Silveira sobre la gente que pide mucha licencia. Bueno, pero ¿que se hizo para evitar que esos trabajadores se enfermaran de tendinitis, o de la columna? No es un problema nuevo, tiene años, de personas que llegan a los 60 años cargando la misma olla. Y si bien los comedores han mejorado, son tareas muy duras, a veces con una auxiliar para una escuela de 150 niños. Y al recorrer el país se ve que no es un caso aislado”.