La alcantarilla grande, conocida como puente sobre el arroyo Guayabos por los vecinos, se inauguró ayer formalmente, tras varios meses de trabajo –y un paréntesis por una inundación que derivó en el desvío del cauce– y con un costo de unos 24 millones de pesos.
“Es un puente de 8 bocas de 3 metros por 2,5, de seis metros de ancho y una capacidad de drenaje cuatro veces superior a lo que había y que permite el paso de vehículos pesados”, dijo a EL TELEGRAFO el director de Obras, Marcelo Romero, detallando que “cada vez que llovía, el paso quedaba cortado por varios días, con todas las problemáticas que eso implicaba. Luego de reunirnos con los vecinos y productores de la zona para escuchar y ver de primera mano la situación que les tocaba vivir, comenzamos un trabajo conjunto del Departamento de Obras y el Departamento de Descentralización, con el aporte fundamental de una cuadrilla del municipio que comenzó Mateo Tolosa y luego estuvo a cargo de Tony Orihuela, que fueron quienes ejecutaron la obra”.
“SON CAMINOS SOCIALES”
“Aunque técnicamente es una alcantarilla grande, es un puente importante no solo por la salida de la producción de la zona, sino porque es el camino que comunica con las colonias Pintos Viana y las Pitangas, son caminos sociales”, dijo a EL TELEGRAFO la directora de Descentralización, Liliana Geninazza.
Dijo que hay varios casos de vecinos de las colonias que lleva a sus hijos a estudiar a la escuela que está antes del puente, y “fue una quijotada hacer el puente, pero también era una necesidad de todos los vecinos”. Además había riesgo de que con el anterior puente de rolos de madera que “era un puente de palos –no de tablas– y podía haber algún accidente, porque pasan camiones cargados”.
A su juicio, “lo importante es que se pudo terminar y quedó muy bien y la hizo la cuadrilla de Guichón, que ya hizo varias alcantarillas, la primera en la ciudad de Guichón; después en la cañada de Tropas, hizo todos los cruces, badenes y alcantarillas chicas en el camino de Guichón a Piñera”.
También destacó la participación de los vecinos, que “no esperábamos que fueran tantos”, y el intendente Mario Díaz contó la anécdota de una vecina que era radioaficionada, y recordó que “hace años el aislamiento era tal, que se comunicaban por radio con la civilización”
Geninazza destacó “el buen trabajo de los obreros municipales, que ponen el alma para hacer las cosas” recordando que “esta cuadrilla fue formada por Mateo Tolosa cuando estuvo en Guichón”.