Ejército de Salvación: programas sociales en tiempos de pandemia

El Ejército de Salvación desarrolla diversos programas con niños, jóvenes y adultos.

 

El comandante divisional de Uruguay del Ejército de Salvación, mayor Marcelo Rosas y la mayora Margarita Rosas, visitaron la sede local donde funciona el CAIF enmarcado en una experiencia única a nivel nacional de dicha institución, además de los programas orientados a niños, jóvenes y adultos.
“Visitamos las actividades del Ejército, en un año donde hemos tenido que readaptarnos y reinventarnos. Trabajamos mucho en forma virtual con nuestros programas con niños, jóvenes, hombres y mujeres. Y hace poco, nos habilitaron las actividades presenciales con todos los protocolos. Hemos visto que continuamos funcionando muy bien en lo social y espiritual, vemos que es un tiempo donde la gente necesita apoyarse en lo que cree. En Dios, que para nosotros es lo principal en un año tan complejo”, resaltó la mayora Rosas.

SOPA DE AMOR

El centro CAIF se lleva adelante únicamente en Paysandú, al tiempo que “en Artigas, Salto y Montevideo trabajamos a nivel de la iglesia con todas las áreas, es decir, niños, jóvenes, mujeres y hombres.
Además de la ayuda social a través de nuestro programa ‘Sopa de Amor’, que brinda alimentación a quienes más lo necesitan. Este año se acentuó esa obra por mayores necesidades de las personas a largo de todo el país. En otros lugares entregamos comestibles a personas que solicitan”.
En Paysandú no funciona “Sopa de Amor”, sino la entrega de canastas de comestibles y este año se completó con el reparto de un kit de limpieza para desinfección, efectuado a nivel nacional.
“Seguimos trabajando e invitando a personas con necesidades que nos solo materiales sino que están solos. Estuvimos muchos meses cuidándonos y hay personas con necesidad de una charla. O tener con quien comunicarse. El Ejército de Salvación da esa ayuda y se ha transformado en una linda experiencia porque varias personas se han acercado a nuestros programas. Seguimos firmes en Uruguay, como desde hace 130 años y la obra en Paysandú tiene muchos años. Porque nuestra ayuda no es solo el área espiritual, sino dentro de todas nuestras posibilidades”, dijo a EL TELEGRAFO.
Evaluó que “nos fuimos contentos por ver la marcha de todos los programas, ajustándonos a esta nueva modalidad que vivimos a nivel mundial y nos afecta a todos. Pero estamos satisfechos de ver que seguimos adelante y llevamos el mensaje de Dios a las personas y eso realmente conforta las almas”.