En las últimas horas se ha difundido, a través de WhatsApp, un audio en el cual Ramón Méndez (doctor en Física, exjefe de los equipos técnicos de la candidatura a la presidencia de Daniel Martínez en su campaña del año pasado y exdirector nacional de Energía) acusa a la coordinación del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) de “no decir lo que está pasando” y de hacerle “los deberes al gobierno”. El GACH, que está conformado por el Dr. Rafael Radi, como coordinador general, y los doctores Fernando Paganini y Henry Cohen, asesoran a la Presidencia de la República desde el 16 de abril pasado en todo lo relacionado con los aspectos científicos de la enfermedad coronavirus COVID-19. Además de difamar a los integrantes del GACH, Méndez (quien no es médico ni especialista en temas de salud) acusó también al gobierno de no informar “lo que realmente está pasando”. De acuerdo con Montevideo Portal, en ese audio “el exjerarca frenteamplista y critica en forma directa y abierta al científico Rafael Radi, uno de sus líderes, al que acusa de haber ‘arreglado’ con la actual administración, influyendo en la creación del Programa de Apoyo a la Investigación e Innovación en Alimentos y Salud Humana que se incluyó en la Ley de Presupuesto votada esta semana”.
La lista de quienes condenaron a Ramón Mendez es tan numerosa como calificada. A nivel político, sus propios compañeros del Frente Amplio tomaron distancia rápidamente de sus declaraciones a través de sus respectivas cuentas de Twitter y dejaron en claro que no las comparten. Enrique Rubio (senador del Frente Amplio) sostuvo que “en relación con el audio de R. Mendez: total desacuerdo. Desconoce gestiones proyecto alimentos y salud desde 2017. Mezcla lo temerario con verdades parciales. No contribuye. Debería aclarar”. Para Pablo Ferreri (exministro de Economía y Finanzas), “es momento de ayudar todos, con una pandemia que acelera su evolución no hay lugar para otra cosa. Radi, Cohen y Paganini han brindado un excelente aporte no al gobierno sino al Uruguay, merecen respeto y agradecimiento. Se trata de aportar ideas y que haya espacios para ello”. Mientras tanto Esteban Valenti (exmilitante del Frente Amplio) afirmó que “No me extraña nada que alguien como Ramón Méndez trate de insultar y sembrar sospechas sobre el Grupo Asesor Honorario. Él nunca hizo nada honorario, ni la regasificadora ni la campaña de Martínez”.
Pero tal vez nadie como el Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (UdelaR), Prof. Dr. Miguel Martínez Asuaga, fue tan claro y terminante al rechazar las expresiones de Mendez, “difamando a un grupo de universitarios del más alto nivel académico, con amplio reconocimiento internacional, que trabajan desinteresadamente en la defensa de la población y en particular a quien ha sido su principal vocero, el Prof. Rafael Radi”. El mencionado decano sostuvo, asimismo, que “el referido grupo (GACH) está integrado por personas que se han destacado en su ámbito profesional, la mayoría de ellos docentes universitarios de primer nivel científico, que aportan a la sociedad en forma desinteresada su conocimiento y su tiempo. El GACH es coordinado en forma honoraria por los profesores Rafael Radi, Henry Cohen y Fernando Paganini, cuyos inestimables servicios a la ciencia desde sus diferentes ámbitos de desarrollo, están más allá de cualquier duda. Los citados profesores han colaborado y colaboran permanentemente con la Facultad de Medicina y han sido y son un invalorable apoyo a la hora de decidir conductas que disminuyan los riesgos de estudiantes, funcionarios y docentes de nuestra Casa de Estudios y en la Universidad toda”. Martínez Arsuaga manifestó que, en su opinión, “las afirmaciones realizadas por el Dr. Ramón Méndez constituyen no sólo un agravio a la verdad, sino también a las personas y a la institución Universidad de la República toda. Finalmente como universitarios, aún estamos a la espera de un desmentido o una disculpa franca por parte de quien ha sido responsable de tan desatinadas, inoportunas e infundadas aseveraciones”.
Ante la unánime reacción en contra de su audio, Méndez trató de ensayar una tímida y confusa respuesta en la cual nunca pidió disculpas por sus afirmaciones, sino que se limitó a expresar “lamento profundamente que un audio enviado hace 3 días en el marco de una lista cerrada de amigos haya salido de este ámbito y se haya viralizado”. (…) “Más allá de que he sido una víctima de esta situación, lo que me ha dejado un importante aprendizaje sobre el uso de las redes sociales lamento el involuntario impacto negativo que la difusión de este audio pueda haber tenido sobre terceras personas mencionadas en el mismo”. Las palabras de este mensaje no solo omiten cualquier tipo de disculpas de reconocimiento de responsabilidad alguna (tan sólo se limita a lamentar la situación como si fuese totalmente ajena a la misma) sino que omite llamar a los difamados por su nombre limitándose a tratarlos de “terceras personas”.
Lo que olvidó mencionar Ramón Mendez fue que por los deberes que él mismo le hizo al gobierno de Tabaré Vázquez cobró nada más y nada menos que 330.000 pesos uruguayos según el contrato firmado el 13 de enero de 2020, o sea sobre el final del gobierno frenteamplista. En efecto, de acuerdo con lo informado por el programa “Así nos va” que emite Radio Carve, “tras perder las elecciones nacionales en noviembre de 2019 –y estando en pleno período de ‘transición’ como se conoce a los meses que transcurren entre el acto electoral y la asunción de la nueva administración–, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) del gobierno de Vázquez firmó un contrato de servicios por un mes con Ramón Méndez, en el marco del Proyecto URU/07/002, en apoyo a la ejecución del ‘Programa de mejora de la calidad del gasto y del proceso presupuestario’”. Está claro que esta “colaboración” de Méndez no fue honoraria y mucho menos desinteresada, ya que le permitió embolsarse una abultada suma a 43 días de que el Frente Amplio entregara el gobierno y en pleno período de transición con el gobierno electo de Luis Lacalle Pou.
Con su audio, el cual difundió a través de un grupo de WhatsApp, Ramón Méndez trató de difamar a los integrantes del GAHC, pero claramente el tiro le salió por la culata. Tal vez pensó que, al igual que él, los miembros del CACH iban a pedir 330.000 pesos más IVA por unos pocos días de trabajo. Al tratar de descalificar a los tres científicos calificados que se han puesto una tarea tan importante en forma honoraria, dejó en claro que piensa que todos son de su condición. Se equivocó. Sembró tormentas y cosechó tempestades de reprobación y rechazo. Su miserable maniobra mediática ha quedado al descubierto y tan sólo ha servido para dos cosas: conocer quién es realmente Ramón Méndez y reafirmar el antiguo dicho según el cual “lo que dice Juan de Pedro, habla más de Juan que de Pedro”.