En plena pandemia, aumentó el uso de energía eléctrica y el supergás en Uruguay

La demanda anual de energía eléctrica creció levemente un 0,37% en 2020 respecto a 2019, aunque si se observa por sectores se aprecian resultados variables, el industrial y el comercial y servicios donde la demanda cayó 6% y 4,1% respectivamente, y el residencial, donde se incrementó un 5,6%. Por el lado de los combustibles la realidad también fue distinta según el tipo de energético, mientras la demanda de gasolina y gasoil bajó 6,8% y 2,4% respecto a 2019, la de supergás creció 8,4%, según el último informe de SEG Ingeniería.
Dado que la temperatura media anual en los últimos dos años fue similar, las variaciones antes expuestas sobre la demanda de energéticos y lo efectos de la pandemia parecen estar relacionados. La mayor permanencia de la población en los hogares podría explicar el aumento en el consumo de electricidad residencial y el supergás, y la caída en la demanda de gasolina.
Por otra parte, la merma en la actividad económica estaría relacionada con la menor demanda de electricidad en los sectores industrial, comercial, servicios, y de gasoil.

Una caída mundial del 5%

La crisis global sin precedentes a consecuencia de la pandemia de la COVID-19 atraviesa a todos los sectores de actividad y aún está por verse cuál será la dimensión de esos impactos. No obstante, algunas consecuencias fueron inmediatas y el sector energético ya muestra algunos indicadores que podrían dimensionarlos.
La pandemia constituyó en 2020 el mayor shock en la historia reciente del sector de la energía, con una caída del 5% en la demanda y del 18% en la inversión. La baja actividad trajo un consuelo, las emisiones globales de gases de efecto invernadero del sector cayeron 7%.

Mayoría de energías no renovables

A diferencia de lo que aconteció históricamente en Uruguay, la respuesta a la baja hidraulicidad la realizaron las energías renovables no convencionales, que en conjunto totalizaron una participación del 59% en la matriz de generación eléctrica del país. La energía solar fotovoltaica alcanzó una producción de 423 GWh y un aporte de 3,6% y la generación a biomasa llegó a 1.027 GWh y 8,8% de la matriz, registros máximos tanto de energía volcada como de participación para ambas fuentes. La energía eólica también fue récord durante 2020, con 5.456 GWh y aportando el 47% de la matriz total, se convirtió en la mayor fuente de generación eléctrica del Uruguay, por primera vez desde la introducción de la tecnología en 2008.
Además, se mantiene a Uruguay como país líder en transición energética, y ocupa el puesto 11 en el Índice de Transición Energética, es el mejor ubicado fuera de Europa y sólo es superado por Suiza, Austria, Reino Unido, Francia y Países Bajos. Este indicador, elaborado por el Foro Económico Mundial (weforum.org), valora la preparación para la transición energética y el rendimiento de los sistemas de energía en 115 países. En el segundo componente, Uruguay es el cuarto mejor ubicado a nivel mundial.