Reiniciaron talleres de tai-chi, la disciplina oriental preferida de los adultos mayores

Desde el corriente mes se reiniciaron los talleres de tai-chi en plaza Artigas y en plaza Acuña, los días lunes y miércoles, en tanto está previsto que en febrero se retomen en la sede de Cajupay, Libertad casi 18 de Julio, en avenida Brasil 356 y en Purificación 1020, de acuerdo a lo adelantado a Pasividades por parte del profesor Nelson de Agustini.
Precisó que los días citados “estoy trabajando en plaza Artigas de 8 a 9 y en la plaza Acuña de 9.15 a 10”. En esta última, es mediante “un acuerdo con la Dirección de Deportes de la Intendencia para promocionar el tai-chi”.
Se trata de una disciplina oriental cuya popularidad crece a nivel mundial en el público de todas las edades y concretamente en nuestro medio ha tenido una muy buena aceptación entre las personas adultas mayores. En la visión de nuestro entrevistado las razones serían muchas, pero “creo que principalmente es por los beneficios que tiene el tai-chi, los cuales son comprobados a nivel mundial, en cuanto a lo físico y a lo interno”.
Asimismo, “por otro lado, las personas buscan salir del ese asedio constante del día a día, de la vorágine del trabajo” y en ese sentido, con esta práctica logran “desconectarse un poquito y, a la vez, los ayuda a encontrarse consigo mismos, mejorarse uno mismo. Es una práctica personal que trabaja sobre la mejora propia de la persona y sobre sí mismo permitiendo que todo el mundo lo pueda practicar sin condiciones físicas que limiten poder hacerla, ni razones económicas”, precisó.

“MOVIMIENTOS SUAVES Y DE POCO IMPACTO”

Más allá del crecimiento general que ha tenido el tai-chi también en occidente, De Agustini destacó que “el adulto mayor, en este lado del mundo es el que más la busca, ya que es una disciplina de movimientos suaves y de poco impacto, acorde para que la pueda practicar”.
Amplió que “en China, su país de origen, hay escuelas y universidades en las cuales se practica el tai-chi”. En ese sentido, aspira a que “acá en Paysandú, en un centro de estudios lo puedan incorporar como talleres, tanto en las escuelas como liceos. Eso serviría para que los chicos también se concentraran un poco más en sus estudios, además de muchos otros beneficios, ya que esta práctica le hace muy bien no sólo al adulto mayor, sino que al niño y al adolescente lo alinea bastante”.
Sobre el particular, este docente recordó que en 2019 “nosotros hicimos unos pequeños talleres de tai-chi –junto a un profesor que es alumno mío–, con los chicos del colegio Master. En los recreos un quinto año y el maestro hacían una media hora de tai-chi y notaron una mejora sustancial en la parte de la concentración de los chicos y obviamente que eso fue mejorando también el rendimiento. Se implementó un poco a modo de prueba, a la directora le encantó y creo que este año se piensa seguir, dependiendo claro de cómo evolucione la pandemia. Pero la idea es continuar”, adelantó.

PRINCIPALES BENEFICIOS

Consultado sobre cuáles serían para el adulto mayor los principales beneficios de practicar este arte marcial milenario, De Agustini aclaró que “son muchos” y enumeró algunos de ellos, tales como “la mejora del equilibrio, la mejora de su fuerza muscular que hace que se puedan valer por sí solos y que también hace que disminuya el estrés o no tener que estar dependiendo de alguien que los asista con cosas simples como subir unos escalones, levantar algún objeto, etcétera. También la mejora postural; el corregir su postura en cuanto al posicionamiento de los hombros, que va todo encadenado con la columna, hace que se sientan más aliviados en dolores de espalda, dolores de cuello. A la vez, afecta positivamente sobre las articulaciones de las extremidades, porque el fortalecimiento hace que también sientan menos dolores en brazos y piernas”, puntualizó.
Por último, se refirió a las bondades de esta disciplina para controlar el estrés. Citó a modo de ejemplo lo beneficioso que es para los adultos mayores “ver y sentirse vivos al realizar cosas o actividades que las van recuperando por sí solos, sin necesidad de ser asistidos. Eso hace que la persona empiece a salir de ese estrés, de esa tensión que causa el no poder hacer cosas. De a poquito las va recuperando, como subir algún escalón, levantar algún objeto o simplemente el hecho de poder caminar solos, sin un bastón, como le ha pasado a una alumna”, precisó.