Milagros Galmarini necesita colaboración para afrontar su recuperación tras grave accidente

Milagros Galmarini sufrió graves lesiones en un accidente ocurrido el pasado 23 de enero cerca de La Lata.

El pasado 23 de enero, Milagros Galmarini viajaba como acompañante de su novio, Enzo Barrios, en una motocicleta Kawasaki Ninja por ruta 3 al sur. Al llegar al kilómetro 364, en la zona de La Lata, un accidente de tránsito truncó parte importante de sus sueños. Su primer amor, con quien compartía su vida diaria y tantos proyectos, falleció en el acto, y Mili (como le llaman sus familiares y amigos) sufrió gravísimas lesiones que la tuvieron diez días en CTI y cuya recuperación física le costará al menos un año. Allegados a su familia abrieron la cuenta 114865 para quienes deseen colaborar con dinero para ayudar a afrontar las demandas que tendrá su salud una vez que reciba el alta.

EL CUERPO FRACTURADO

Tal vez como su nombre lo indica, esa noche vivió un milagro porque las lesiones que la sanducera recibió debido al impacto con un auto y el asfalto podrían haberle ocasionado la muerte como a su compañero. Sin embargo, Mili –que el 25 de febrero cumplirá 21 años– sobrevivió y fue trasladada de urgencia al hospital Escuela del Litoral, donde permanece internada.
A su ingreso al nosocomio, la joven fue diagnosticada con politraumatismos graves. La utilización de un casco costoso, de los que suelen tener quienes gustan rodar por la ruta, la protegió de lastimarse el cráneo. Sin embargo, su cuerpo pequeño y delgado recibió la peor parte. “Mili tiene quebradas las dos piernas y los dos brazos”, dijo su mamá, Nidia Pérez, a EL TELEGRAFO.
“La gente está muy pendiente y quieren colaborar. Lo que pasa es que ella está internada todavía, aunque ahora en sala común. Estuvo 10 días en CTI. Mientras esté en el hospital a ella no le va a faltar nada, la cosa es cuando la manden para casa. Yo por ejemplo tuve que dejar de trabajar para poder estar para ella. Es decir, por el momento estoy faltando a mi trabajo”, contó la mujer que hace más de 20 años trabaja en el sector de carnicería de Gustavo Souza en un supermercado de la zona Norte, transformándose su rostro en conocido para muchas personas.
“Milagros necesita una persona las 24 horas, porque ella no puede hacer nada. No se puede levantar. Tiene para dos meses de quietud en principio, porque una nunca sabe bien cómo va a evolucionar”, comentó.
Cuando a veces uno se queda con el diagnóstico de “politraumatizado” puede llegar a desconocer cuán grave realmente es. En el caso de Milagros, las lesiones fueron muchas: “Se quebró el fémur derecho y la tibia, que tuvieron que ponerle hierros. También se deshizo la pelvis. Le tuvieron que sacar todos los huesos rotos, digamos, para ponerle una planchuela de titanio entera en la parte de adelante, como si tuviera hecha una cesárea. Como que la armaron de vuelta (…) Pero también tuvo una operación grande de cadera y tiene fractura de coxis, que eso sí irá soldando solo, por lo que nos explicaron”. Además, Mili sufrió “una fractura de húmero en el brazo derecho donde también le pusieron planchuela y la mano izquierda se la operaron hoy (por ayer) porque se quebró la muñeca y unos huesos más arriba que tuvieron que arreglarle”, detalló su madre.
La joven sufrió también un golpe fuerte en un pulmón, “pero por suerte se pudo controlar todo bien. Tenía aire, nos habían explicado, pero ya lo superó”. “En el hígado también tuvo un golpe importante pero como ese órgano se regenera, no le causó nada grave”, dijo Nidia. En la cabeza no sufrió lesiones. “Tenía un buen casco caro y bien abrochado que no se le salió nunca y solo tenía un moretón en el mentón”, dijo.

Batallar contra el sentimiento

Pero además de las heridas físicas, que llevarán meses y tal vez un poco más de recuperación, Milagros debe sanar el corazón. “Tiene una tristeza tremenda, porque ella sabe todo lo que pasó”, comentó Nidia.
Si bien no recuerda el accidente, “desde que entró el hospital ella está consciente y sabe todo lo que pasa desde el primer momento”. A los 10 días del hecho, cuando la iban a sacar de CTI, “le conté lo que había pasado con su novio, su primer novio, con quien estaba desde hacía cinco años en una relación hermosa, sana, que donde iba uno al ratito caía el otro, y quien la re cuidaba”.
“Yo iba todos los días a verla al CTI y ella me preguntaba por Enzo y yo me sentía mal porque le estaba mintiendo. Le decía que él estaba mal de salud y que no sabían como iba a seguir. Entonces me armé de valor y le conté”, dijo su madre que debe afrontar más que la compañía de su hija y ser también el pilar para todo.
El director del hospital, Gustavo Curbelo, “estuvo con ella y le va a poner un psicólogo porque está muy triste y recién está cayendo en todo esto. No es fácil afrontar todo, porque ella misma se preocupa mucho por como va a quedar, porque además Mili es cuida la estética, se cuida, se arregla, y tiene que encontrarse ahora tirada en una cama donde ya se está hasta lastimando toda, por culpa de un irresponsable (haciendo referencia al automovilista). Y esto no es cuestión de unos días, Milagros tiene para rato todavía de recuperación. Va a venir de alta, cuando le den, pero tiene que estar como dos meses más en una cama y después empezar a ver su recuperación de cada fractura, de cada lesión. Lo importante es que la tenemos con nosotros y de a poco vamos a ir saliendo de esto”, dijo Nidia.
“Desde ya agradezco a la gente que se ha comunicado, que ha puesto cosas en Facebook pidiendo oraciones, estando pendiente, preguntando en qué nos pueden ayudar. Por ahora estamos con todo en el hospital, pero cuando le den el alta vamos a precisar pañales, materiales para curarla y una enfermera que nos ayude”, comentó la mujer que sabe que el pueblo sanducero volverá a armarse de solidaridad y no los dejará solos.