Solicitada: Intentos de esclavitud

Estudiando filosofía he descubierto la novela escrita en 1946, por George Orwell. En esta novela, con un título poco atractivo a mi parecer, “1984”, el autor plantea una sociedad distópica, en que todo va mal, y puede ser peor, si la gente no reacciona.
Lo que resulta asombroso es que Orwell, parece estar anticipando hechos que están ocurriendo actualmente, en otros contextos y con otras tecnologías.
La novela es una crítica a la sociedad de su época y a los gobiernos autoritarios, a la manipulación del pensamiento de la población, como forma de mantener el poder indefinidamente.
Resulta impactante leer como, en este caso, se esclaviza o se intenta hacerlo, mediante la televisión. Se manipula la historia, se hace creer a la gente en hechos que nunca existieron, se manipula el pasado, se trata de borrar la memoria para que la gente no tenga puntos de referencia para comparar un horrible presente, para que no piensen y no puedan rebelarse, y así no sean castigados (“La libertad es la esclavitud”). Se tergiversa la verdad, haciendo creer que todo está bien, cuando la realidad es una continua peripecia sin fin. Se azuza el odio mediante programas de guerra y destrucción, en lugar de despertar amor y sentimientos positivos (“La guerra es la paz”).
Existe en esta sociedad distópica un “Gran Hermano” que todo lo controla, con la malvada finalidad de mantener la ignorancia y así darle más fuerza al poder.
En la actualidad estamos viviendo una situación de “esclavitud” en cierto sentido, con respecto a la tecnología, que tiene un fantástico poder para comunicar y enseñar para el bien, pero que también puede destruir, puede anular el pensamiento y convertir a los humanos en idiotas contentos (“La ignorancia es la fuerza”).
Lo cierto es que también en estos tiempos de coronavirus, tenemos un “Gran Hermano” que controla nuestros decires en Internet. Es alguien desconocido que conoce todo, o casi, sobre nuestras vidas, y la única verdadera libertad que tenemos es la del pensamiento… si no lo expresamos. Si usamos expresiones “inconvenientes”, nos puede bloquear. Nos vemos obligados al “doble pienso”, a dudar aunque estemos seguros, a saber y no saber al mismo tiempo. A decir lo que nos conviene, aunque sea contrario a nuestro verdadero pensar. En fin, que es toda una confusión terrible.
Los videos y las notas que aparecen continuamente a nuestros ojos y oídos, sobre teorías malvadas e inverosímiles o casi, son ejemplos de intentos de esclavitud del pensamiento.
Corremos el serio peligro de hacernos esclavos de la tecnología y de que nuestros pensamientos sean subordinados a las pantallas y uniformizados. Corremos peligro de perder o disminuir la capacidad de pensar.
Es hora de aplicar la famosa “resiliencia” de la que tanto se habla. Tenemos que demostrar que somos más inteligentes que las máquinas “inteligentes”.
Afortunadamente, la máquina más inteligente e insuperable, es nuestro cerebro.

Sanducera