Implementan camas biológicas como solución para la contaminación en la agroindustria

Ejemplo de cama biológica instalado en la Bodega Joanicó.

Como resultado de una serie de investigaciones y ensayos de investigación, liderados por la doctora Verónica Cesio, investigadora de Facultad de Química y el Centro Universitario Regional (Cenur) Litoral Norte, actores públicos y privados implementan el sistema de camas biológicas para mitigar la contaminación en los predios productivos.
La Dirección General de la Granja del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y Bodegas Joanicó, importante empresa vitivinícola del país, con asesoramiento de investigadores de la Universidad de la República, instalaron camas biológicas en sus predios, luego de que estos dispositivos hayan dado buenos resultados en ensayos del proyecto interinstitucional denominado “Proyecto Plaguicidas” que lidera Cesio.
“La instalación de las camas biológicas es sencilla, se pueden armar con materiales baratos” pero hay que tener en cuenta detalles como “el distanciamiento del hogar, la fuente de agua y la cercanía del lugar donde se realizan las manipulaciones”. Para una remediación efectiva, cada cama debe ser preparada en función de las particularidades del predio y de los productos que en éste se utilizan, por lo que es importante ir probando en cada caso.
Las camas o lechos biológicos son soluciones amigables con el ambiente que cumplen el objetivo de reducir el riesgo de contaminación por plaguicidas y son estructuras fijas que se instalan en el lugar donde se llena y lava la maquinaria para la aplicación de plaguicidas. “Es un espacio confinado, aislado e impermeable, que se rellena con una mezcla biológicamente activa (llamada biomezcla), compuesta por salvado de cereales (afrechillo), tierra y turba o compost en el que se vierten los sobrantes de la aplicación y de las aguas utilizadas para el lavado de equipos o envases”, explicó Cesio.

Apoyo de FAO

El proyecto Plaguicidas tiene participación de los ministerios de Ambiente, Ganadería, Agricultura y Pesca y Salud y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con apoyo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (conocido como Fondo GEF). Esta experiencia colaborativa implicó a la Universidad de la República con equipos desde Facultad de Química y el Cenur Litoral Norte, a organizaciones de productores y empresas del sector privado, junto a técnicos especialistas de la FAO. El equipo multidisciplinario trabajó para probar y verificar la eficiencia de las camas biológicas, controlando su uso, evitando fugas y derrames que puedan afectar el ambiente, aplicando tecnologías adaptadas a las necesidades y posibilidades de los establecimientos agropecuarios del país. A partir de entrevistas con los productores, se definió una lista de 36 plaguicidas a ser evaluados, primero a escala de laboratorio y luego en el predio. No hay antecedentes a nivel regional de evaluaciones para un paquete entero de plaguicidas en cama biológica, como se hizo en este caso.

Resultados de la investigación

Los equipos acompañaron el proceso en dos predios específicos: la familia Malán, productora de frutas en Colonia Valdense y la familia De Amores que produce hortalizas en la localidad de San Jacinto, Canelones. Con cada una de ellas se trabajó para diseñar e instalar una cama biológica específica a ser utilizada en su predio.
Las pruebas realizadas por el equipo apoyado por el Proyecto Plaguicidas permitieron comprobar que las camas biológicas son una herramienta útil y sencilla para minimizar la contaminación puntual por plaguicidas y de utilidad para la producción hortícola y frutícola. Se pudo realizar con éxito el diseño, instalación y evaluación de la eficacia de camas biológicas para la bio-rremediación de plaguicidas en aguas residuales o para evitar una contaminación puntual.
Además, los ensayos demostraron resultados muy positivos sobre la degradación de los plaguicidas testeados y que la cama biológica es una herramienta adaptable a la necesidad de diferentes tipos de productos y producciones, que fue incorporada con éxito por los productores.
Los resultados de este trabajo conjunto del Grupo de Análisis de Compuestos Trazas de la Universidad de la República (GACT), integrado por Facultad de Química, el Cenur Litoral Norte, la Dirección General de la Granja y el Proyecto Plaguicidas sirve de puntapié para que los productores puedan avanzar hacia la instalación de este tipo de herramientas de mitigación, tal como lo aconsejan las guías de buenas prácticas agrícolas vigentes en el país.
Así es que empresas comerciales están implementando la herramienta a diferentes escalas (predios hortícolas, frutícolas y de agricultura extensiva) y desde el Estado, Digegra avanza con esta línea de trabajo para que más productores lo hagan. En ese marco, empresas vitivinícolas de gran porte como Bodegas Joanicó ya la han incorporado con apoyo del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y hay más consultas de productores agrícolas que quieren implementar camas biológicas en sus predios.