La Justicia condenó a una pareja de 30 y 45 años al hallarlos responsables de una boca de venta de drogas que funcionaba en la zona sur de la ciudad, donde además recibían contadores de bronce como parte de pago. La investigación fue corolario de otras emprendidas por la Policía ante la denuncia del hurto de contadores de OSE y caños de cobre de aires acondicionados, hechos por el cual ya fueron imputados dos hombres de 19 y 21 años.
En el marco de las actuaciones de la Unidad de Investigaciones con la Brigada Departamental Antidrogas y el apoyo de la ARP se realizaron varios allanamientos en la zona sur de la ciudad, incautando desde una vivienda varios objetos pertenecientes a OSE e identificando a la vez a varias personas, entre ellos los dos formalizados recientemente. De los datos aportados se estableció que la finca se encontraba como “aguantadero” de objetos hurtados por éstos los que luego vendían a un reducidor. Asimismo, se supo que los robos eran planificados y una vez concretados recibían dinero a cambio del material de los medidores. Contando con elementos, la Policía efectuó una inspección en una chatarrería de calle Proyectada 17 donde se incautaron fragmentos de bronce con características similares a los utilizados por OSE, caños finos de cobre y acoples de aluminio, identificándose al propietario del lugar.
COBRE EN UNA “BOCA”
En tanto, surgió que los delincuentes concurrían a otra finca donde vendían los contadores a cambio de dinero y droga. Munidos de orden expedida por la Justicia, efectivos del Área de Respuesta Policial concurrieron a la misma –por avenida San Martín– donde interceptaron a una mujer de 45 años que intentó evadirlos en motocicleta.
En el lugar fue identificada su pareja, un hombre de 30 años, con quien estaban al frente de una boca de venta de droga, donde, entre otras cosas, compraban contadores de bronce, hallándose dos pertenecientes a OSE. En la inspección fue posible incautar 216.777 pesos y 50 dólares, así como una balanza tipo industrial, 173 gramos de cocaína en trozos pequeños, varios teléfonos celulares, cuatro motocicletas y tres bicicletas.
Elevados los antecedentes a Fiscalía donde se continuaron las diligencias, la Justicia dispuso la formalización de la investigación y posterior juicio abreviado para el hombre (de 30 años) por “un delito continuado de venta de sustancias estupefacientes en concurrencia en régimen de reiteración real con reiterados delitos de receptación especialmente agravados”, imponiéndole como pena 3 años y 6 meses de penitenciaria efectiva. Su pareja, por su parte, fue condenada por “un delito continuado de asistencia a un delito precedente previsto en la Ley Nº 14.294 (estupefacientes) en concurrencia en régimen de reiteración real con reiterados delitos de receptación especialmente agravados”, imponiéndole como pena 2 años y 6 meses de penitenciaria efectiva.
Se dispuso la confiscación de todos los efectos incautados en el allanamiento y su puesta a disposición de la Junta Nacional de Drogas.
