“Perfectamente pudo llamarse Ministerio de Asistencia Social” el Mides, dijo Ignacio Ifer

Ignacio Ifer, Alejandro Colacce.

“El gobierno anterior mantuvo solo la asistencia, perfectamente pudo llamarse Ministerio de Asistencia Social porque solamente brindaba bastones. Nosotros luchamos por un verdadero Ministerio de Desarrollo Social; no queremos generar dependencia, queremos que nuestra gente se desarrolle. Es lo que necesita el país”, dijo Ignacio Ifer, director de la oficina territorial del Ministerio de Desarrollo Social. Junto a Alejandro Colacce, director adjunto de la misma oficina subrayó que “cada instrumento es hijo de su tiempo. Todas las herramientas se tienen que ir aggiornando”.
“Todo esto no implica que la asistencia no se debe hacer, pero estamos mirando un poco más adelante, qué pasará cuando termine todo esto, cuando los seguros de paro venzan. Estamos tratando de redimensionar y hacer efectivos nuestros programas de desarrollo”, aseguró Ifer.

PRODUCIR Y VENDER FLORES

Uno de esos programas en que se está haciendo énfasis es el de Ruralidad. “Tenemos un buen equipo de trabajo, que proviene del gobierno anterior en parte, con ingeniero agrónomo, dos asistentes sociales; un equipo que realmente hace ruta, y eso ha generado un gran cambio. Hubo dos emprendimientos diferentes en el anterior gobierno: uno de producción de huevos y otro de huertas. Pero en realidad no se trabajó en el destino de la producción. Nosotros al ingresar encontramos a casi todos los programas de ruralidad sin funcionar. Así que tuvimos que redimensionar y hacer que las cosas funcionen como se debe”.
Ifer dijo que “se había apoyado la infraestructura pero no se había trabajado en lo que es realmente esencial, es decir dónde vender la producción y a qué precio”. Actualmente “tenemos un vivero de flores en Lorenzo Geyres, un grupo de mujeres jefas de hogar que se denomina Vivero Estación Queguay, que viene trabajando desde hace tiempo pero lo que hacían era venta al menudeo a sus vecinos. Cuando tomamos contacto con el proyecto, quedó muy claro que tenía mucho para crecer. Así que comenzamos a ayudarlas en la búsqueda de clientes”.
Ante esa realidad, “lo primero fue contactarnos con la Intendencia. Curiosamente en el anterior gobierno se compraban flores a 45 pesos cada una en Maldonado. Con nuestro apoyo, este grupo de Lorenzo Geyres logró venderle 500 flores a 25 pesos. Una pequeña cantidad, pero dice a las claras que la cooperativa produce y vende en Paysandú. Comprar en Maldonado cuando hay productores sanduceros –incluso varios otros, como se aprecia en Paysandú Flor de Ciudad–, ciertamente fue una mala idea. Se pagó más caro y las flores no llegaban en buenas condiciones. Nos pareció algo realmente absurdo”. Hubo además “una segunda venta a la Intendencia, de unas 5.000 flores de temporada para ornamentar Paysandú”.

BARRIOS PRIVADOS COMO CLIENTES

Por otra parte, Ignacio Ifer aseguró que “hay además otro convenio a mediano y largo plazo de enorme impacto. La posibilidad de que la producción de flores de esta cooperativa puedan aportar todos los cultivos de flores en los barrios privados de Paysandú, que han tomado auge, más allá que la pandemia ha reducido su construcción. Pero es evidente que su construcción inyecta mucho dinero y que hay argentinos que quieren venir a radicarse. Grandes y hermosos jardines son claves y aquí en Paysandú hay quienes las producen. Hay que encontrar no solamente un proyecto, sino hacerlo viable, y esto se logra solamente si encontramos un mercado seguro y permanente”. “No entiendo –y no lo voy a comprender—por qué el gobierno anterior evitó siempre trabajar con privados a través de este Ministerio. Se trata de una concepción netamente ideológica, que hay una cuestión filosófica que tuvo el gobierno anterior, que al privado no se lo puede ayudar”, destacó más adelante. “Por suerte, así como se rompió el Muro de Berlín, fuimos a hablar con los privados. Y vamos por más, no solamente que vendan flores, sino que puedan prepararse con un curso de paisajismo para que ellas mismas puedan vender el parquizado de esos privados. No solamente el Ministerio ayudará, sino que además podrán transformarse en una empresa que no tenga dependencia con nosotros”, explicó el director de la Oficina Territorial del Mides.
“En quince años, ni una sola cooperativa social se convirtió en una cooperativa de trabajo, y esto en todo el país. No se pudo, no se quiso, no lo sé. Queda claro que si pasan a ser de trabajo ya no dependen del Mides, que se desvincula paulatinamente. Para nosotros nada será mejor que una cooperativa social crezca y se transforme en independiente, que tengan vuelo propio”, resumió.