Solicitada

Ante los dichos motivadores del presidente del CESS, Dr. Rodolfo Saldain

El Presidente del CESS en estos días dijo en la TV que los problemas por los que atraviesa la seguridad social se deben principalmente al aumento de la esperanza de vida y el consecuente envejecimiento de la población, y que era imposible mantener la situación de hace 40 años atrás, donde alguien que trabajara y aportara 30 años, se jubilara a los 60 años y luego cobrara jubilación 25 años más. Dicho así, lleva a la conclusión de que aumentar la edad para jubilarse es inexorable. Abonando la idea de una edad mínima de 65 años. Y luego avizorar el aumento de años de trabajo.
Con todo respeto a la persona del Dr. Saldain, pero esa es una parte del relato concerniente al tema.
Es cierto que si la gente se muere antes, cobra menos años la jubilación o pensión. También es cierto que como sigue cayendo la tasa de natalidad, habrá menos gente y por tanto menos pasivos que atender. Es cierto también que el Estado se ha tomado muy en serio la tarea de recaudar para atender la seguridad social y “otras yerbas”.
Pero si vamos para atrás 40 años, hay que recordar que entonces solo se aportaba el montepío, que era un porcentaje de los sueldos. En general, era 21% en los Bancos y el 16% en la función pública y los trabajos privados comunes.
Después al mucho tiempo se sumó a los descuentos, el impuesto a los sueldos, que arrancó con un porcentaje de un dígito. Hasta que finalmente apareció el Cr. Astori con su IRPF convirtiendo los sueldos en rentas. Ese impuesto se aplicó por franjas de ingresos. Hoy son siete. Arrancan en un 10% y llega gradualmente a descontar hasta el 36% del sueldo. Aparte se suma el aporte por pago del montepío. Y cuando los pasivos pensaron que no pagarían más IRPF, le cambiaron el nombre y siguieron pagando el IASS, cobrable en franjas tan absorbentes como el IRPF. Con la diferencia que del IRPF usted se zafa cuando se jubila, pero el IASS es persecutorio, lo persigue hasta la tumba.
En los tiempos a que se retrotrae el Dr. Saldain, tampoco existía el IVA. Impuesto aplicado al precio de casi la totalidad de lo que la Sociedad compre. Todos los habitantes aportan entre el 10 y el 22% sobre lo que compran. Eso va a Rentas Generales y es usado “para todo servicio”.
En consecuencia, si bien hay más pasivos que hace 40 años, porque la gente vive más, también es muy cierto que hay infinitamente más recursos que hace 40 años para echarles mano. De eso el Dr. Saldain nunca dice ni pío. Y tampoco que al Estado no le alcanza nada porque está sobredimensionado y pasó por etapas de despilfarro desbocado. Basta recordar que el Dr. Tabaré Vázquez en el 2005 apenas entró al gobierno, derogó una Ley del gobierno de Jorge Batlle que disponía no tomar funcionarios públicos hasta el 2015. Cuando llegamos alrededor del 2013, mientras nos entraba dinero a raudales con “el viento de popa”, ingresaron al Estado más de 70.000 empleados públicos, proliferaron las casas particulares convertidas en oficinas públicas, y los cargos de confianza fueron “el rebusque” de muchos “compas”.
Ahora bien, volviendo a todas las fuentes de recaudación dichas, al BPS no le alcanza. Porque según se dice, Rentas Generales tiene que abastecer al BPS en varios puntos del PBI lo cual incomoda a los gobiernos. Pero a los ciudadanos comunes, también nos incomoda que la gestión del BPS no tenga la cristalinidad suficiente como para saber si su administración es todo lo eficaz y eficiente que debería ser. Y parece que no lo es, dado que el propio “pope” de la política económica de los últimos 15 años, el Cr. Astori, ha manifestado sus reservas y objeciones sobre las medidas y reformas de ese Banco de Previsión Social bajo la batuta del Maestro Murro. En el BPS se llegó al colmo de inventar jubilaciones y pensiones para los integrantes de la guerrilla tupamara que quiso derrocar a un gobierno constitucional en los años 60. Y antes de irse “los muchachos” aseguraron la perdurabilidad de esas regalías haciéndolas heredables.
Atando cabos, el Dr. Saldain aparece como monotemático con el aumento del número de viejos. Y parece olvidar mucha cosa, especialmente lo que no le conviene. Si vamos un poco más allá, digamos que fundamentalmente así como existe lo que se llama “seguridad social”, también existe la previsión social que va más lejos. Es la que debería fomentar la natalidad en forma estratégica y ordenada. Combinada con los planes de enseñanza, para lograr formar jóvenes aptos para desarrollar trabajos de buen nivel que luego aporten en consecuencia a la seguridad social. Esas serían políticas a prever y fomentar, mucho más positivas que el aborto y la eutanasia. La riqueza de los pueblos está en los brazos y cerebros de su gente cuando esta es alimentada, instruida y culta. Allí radica la soberanía de los pueblos. Porque sigue siendo cierto que “el conocimiento es poder”. Y también el “mens sana in corpore sano”.

De “la tacita del Plata”, a “el cenicero del porro”

Suiza tiene 41.288 kilómetros cuadrados de superficie y unos siete millones de habitantes. Nosotros tenemos 187.000 kilómetros cuadrados de superficie más el doble de mar territorial y somos siempre los mismos tres millones cuatrocientos mil habitantes. Aquella fábula de que éramos “la Suiza de América”, fue un invento político. Después de haber estado becado en Suiza, nunca más lo creí. Solo algunas diferencias esenciales que vi. Son una confederación de cantones desde el 1° de agosto de 1291. Son muy ordenados. Son muy instruidos y educados. Tienen servicio militar entre los 18 y los 60 años, lo que les permite poner en pie de guerra un millón de hombres en 24 horas. No obstante tener cada ciudadano en servicio militar, las armas de guerra en su casa, son pacíficos. No tienen cacao y hacen los mejores chocolates del mundo. Tampoco tiene café y también fabrican de los mejores solubles. No tienen algodón y fabrican las telas de algodón de las mejores del mundo. Está rodeada de montañas y no tiene costas, pero tiene buena flota mercante. Fue pionera en relojería y aparatos topográficos de alta precisión, etcétera.
Mientras tanto, nosotros hemos pasado, del tiempo de “la Suiza de América” y “la tacita del Plata”, a ser trágicamente “el cenicero del porro”.
Son 730 años de existencia de la confederación frente a 191 años de nuestra República. Pero hoy la tecnología permite avanzar más rápido. ¡Tenemos chances!
Prevenir acontecimientos sociales de las naciones, es cosa de los políticos, es Previsión Social. Hacer eficaz y eficiente la gestión socio-económico de los recursos para solventar la vida de los pasivos de una sociedad, está dentro de la Seguridad Social.
Como nos queda todavía mucho por andar, hay que empezar ahora.

Ing. Ramón
Appratto Lorenzo